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Inmaculada de Tristán Iglesia de San Julián de Santa Olalla Foto: David Blázquez |
El lienzo de la Inmaculada
Concepción conocido, en tiempos, con el sobrenombre de "Tota Pulchra Est"[1]
es sin duda la obra de caballete más importante de cuantas se conservan en la
iglesia de San Julián de Santa Olalla.
Esta Inmaculada es obra de Luis Tristán (Toledo, 1585 -
Ídem, 1624), uno de los discípulos oficiales de El Greco, considerado por
muchos como el principal discípulo del pintor toledano por encima incluso de su
propio hijo, Jorge Manuel Theotocópuli. El influjo de El Greco se manifiesta en
determinados aspectos estilísticos e iconográficos de su obra, que se sitúa en
la fase de transición entre el manierismo final y el barroco.
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Posible autorretrato de Luis Tristan Museo del Greco - Toledo
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El estudioso de la obra del Greco y sus discípulos, Manuel
Bartolomé Cossío dijo de Luis Tristán: "ha
pasado este pintor, y todavía pasa en la opinión vulgar, por una especie de
segundo Greco, y hasta, muchas veces, superior a éste mismo. Discípulo
predilecto suyo, ejecutor, por recomendación del maestro, de aquellos encargos
importantes, que éste no quería o no podía llevar a cabo”.[3]
Nuestra obra hay que fecharla en el primer cuarto del siglo
XVII, muy posiblemente en torno al año 1621.
El primer documento en el que aparece es mucho más tardío, ya que no
encontramos referencia alguna a esta pintura hasta un inventario de 1696.[5]
Se trata de un inventario elaborado el 5 de octubre de 1696 durante la estancia
en la parroquia de San Julián del visitador Pedro Gracián.
Coincide su ejecución con el voto que Santa Olalla hizo a la
Inmaculada Concepción y que se firmó en la iglesia de San Julián el 2 de
febrero de 1621.[6] Este voto se realizó en
presencia de los Condes de Orgaz don Esteban Hurtado de Mendoza y Guzmán y doña
Catalina de Rivera y Mendoza, juntó con el clero, justicias, regimiento y
vecinos de Santa Olalla. También estuvo presente el tío del conde, don
Francisco Hurtado de Mendoza y Ribera, en esos momentos Obispo de Pamplona.
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Posible autorretrato de Luis Tristán Museo del Prado - Madrid |
Su ubicación original dentro de la iglesia de San Julián fue
el pilar frente al pulpito, en ese lugar se encontraba en 1696 según el
inventario y allí estuvo hasta 1995 momento en que se reorganizaron las
pinturas de esta iglesia. Actualmente está en el bajo coro tras la pila
bautismal.
Está elaborado en óleo sobre lienzo, mide 167 por 111 cm. y
posé un marco barroco de época, de madera negra con apliques de relieves
vegetales tallados y dorados.
La Virgen aparece de pie, en actitud orante, con la mirada
hacia el cielo, coronada por estrellas, con el pelo suelto y ondulado sobre sus
hombros, se apoya sobre una media luna. Su postura anatómica, que
aparece resuelta en vertical con suaves ondulaciones en su perfil, debido a la
sinuosidad del manto que la envuelve. En su túnica roja y manto azul, aparecen
pliegues entre los cuales el artista ha dispuesto espacios en sombras que,
contrapuestos a otros plenos de luz, señalan un intenso movimiento expresivo en
su disposición corporal.
La imagen de la Virgen aparece rodeada de nubes que se abren
de forma ovalada, dejando tras de la Inmaculada una luz dorada y celestial.
Entre las nubes ángeles y multitud de querubines, todos dirigen su mirada a
María en señal de adoración, los dos más grandes representados de media figura
vestidos de rojo y verde, tienen sus alas desplegadas y sus manos en posición
orante.
A sus pies un paisaje en el que se colocan con cierta
verosimilitud numerosos atributos de las letanías. Estos elementos simbólicos
son: la puerta, la escalera, la palmera, el árbol, el ciprés, el sol, la torre,
la ciudad, el vellocino, el jardín, la fuente, la serpiente (no es un símbolo
de las letanías, sino de la victoria sobre el pecado), el lirio, las rosas, las
azucenas, el pozo, el espejo, la zarza en llamas, el barco (en forma de galera),
la casa, el monte, el cedro y el templo.
Ya en 1939 después de
la Guerra Civil es catalogada como obra de Luis Tristán, pero su atribución
definitiva fue confirmada en 1993 por Fernando Collar de Cáceres (profesor de
la Universidad Autónoma de Madrid)[7]
y en 2001 por Alfonso Emilio Pérez Sánchez (Ex director del Museo del Prado;
Miembro de la Real Academia de la Historia; y miembro de la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando)[8].
En palabras de Fernando Collar de Cáceres: “En la iglesia de San Julián de la
localidad toledana de Santa Olalla se conserva un notable lienzo de la
Inmaculada, dotado de marco barroco y afectado de graves desgarros y burdas
reintegraciones, que debe atribuirse sin reservas a Luis Tristán, a cuyo modelo
del Museo de Bellas Artes de Sevilla responde por entero, con variaciones que
en nada alteran el planteamiento general de la composición, y cuya particular
factura y sentido del color exhibe en igual grado”.[9]
Existen otras versiones de Luis Tristán de nuestra obra, la más
destacada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, las medidas de nuestro lienzo
coinciden con las del lienzo sevillano, a nuestra obra se la considera
posterior a la versión de Sevilla, a la que aventaja en el paisaje situado a
los pies de la Virgen y en la colocación sobre él del enorme conjunto de
elementos simbólicos que se representan. Una tercera pintura de la misma
composición fue localizada hace tiempo en una colección de Cataluña y fue
subastada en Madrid por la Casa de Subastas Ansorena el 28 de febrero de 2019,
esta versión es más reducida y simplificada, el artista ha
suprimido los ángeles que aparecen adorando a María, los símbolos marianos y ha
simplificado el paisaje. Otras dos obras más se han localizado con este tema,
aunque en este caso se trata de dos obras de taller: una para la iglesia de
Santo Tomé de Toledo, de pequeño tamaño; y otra para el convento de carmelita de
San José, también de la capital regional.
La calidad del paisaje de nuestro cuadro, superior a las
demás representaciones, ha hecho pensar a algunos estudiosos en la posible
participación en él de Manuel de Acebedo, pintor de origen portugués, experto
paisajista y cuñado de Tristán al estar casado con la hermana menor de este
Úrsula Tristán.
Tras su certificación como obra de Tristán, el lienzo fue
restaurado entre 1994 y 1997 por el Instituto del Patrimonio Cultural de España por las restauradoras
María del
Carmen Casas Ramos y Rocío Salas Almela. En
2005 participó en Toledo en la exposición “La Mujer vestida de Sol” organizada
por el Arzobispado de Toledo y donde se reunieron numerosas piezas sobre la
Inmaculada de las parroquias de la archidiócesis. En 2016 estuvo prestada al
Museo del Greco que la expuso durante varios meses como su pieza invitada.
Hecho que tuvo gran repercusión en la prensa provincial
así como la conferencia “El Greco, Tristán y la villa de Santa Olalla” que tuve
la oportunidad de dar en el museo para despedir el préstamo de la pieza.
Coincidiendo con la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Luis
Tristán esta obra participó, en noviembre de 2024, en la exposición «Luis
Tristán, excelente pintor de historias» en la localidad de Yepes (Toledo),
exposición comisariada por Luis Alberto Pérez Velarde, conservador del Museo
Sorolla de Madrid y anterior conservador del Museo del Greco de Toledo,
organizada por el Ayuntamiento de Yepes y la Diputación Provincial de Toledo.
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Inmaculada de Tristán Antes de su restauración en 1997 |
No quiero despedir este capítulo sobre Tristán sin contar
una anécdota del año 1613, que me ha llamado especialmente la atención pese a
que cae dentro del campo de la leyenda. Esta anécdota sobre Tristán y El Greco
nos la cuenta el pintor y tratadista de pintura Antonio Palomino:
“Estando en casa de su
maestro se le ofreció a éste pintar un cuadro de la cena de Cristo Señor
Nuestro para el refectorio del Convento de la Sisla, extramuros de la ciudad de
Toledo, y los religiosos querían que fuese allí a pintarlo; y no pudiendo darles
ese gusto, por hallarse ya muy anciano e impedido, les dijo que allí tenía un
muchacho de toda su satisfacción que lo desempañaría muy bien y las daría todo
el gusto. Aceptaron los religiosos y fue Luis Tristán y ejecutó dicho cuadro
muy a satisfacción de toda la comunidad: pero llegando al precio, dijo que no
lo podía dar por menos de doscientos ducados; los religiosos se escandalizaron
y acudieron al maestro para que mediase. Él hizo que buscasen un coche para ir
allá, como con efecto fue, y habiendo visto el cuadro comenzó a dar palos a
Tristán con la muleta, diciendo que era un pícaro, deshora de los pintores, que
como había pedido doscientos ducados por aquella pintura, que bien se conocía
su poco talento, que la enrollase y se la llevase a Toledo; pues no la habría
de dejar aunque le diesen quinientos ducados por ella. Los religiosos, que al
principios entendieron le reñía por lo mucho que había pedido, se quedaron
yertos cuando oyeron el final de la cuestión, y después de muchos debates, le
hubieron de dar lo que quiso; cierto que es un excelentísimo cuadro”.[14]
Instituto del Patrimonio Cultural
de España: Informe de restauración de
la "Inmaculada" de Luis Tristán, procedente de la parroquia de Santa
Olalla (Toledo). Sig. BM 205/20; Sig. digital R02463T y R02463F. (Dirección
General de Bellas Artes. Madrid, 1997).
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Inmaculada de Tristán Museo de Bellas Artes de Sevilla |
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Inmaculada de Tristán Colección particular toledana Foto: David Blázquez |
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Inmaculada del Taller de Tristán Parroquia de Santo Tomé - Toledo |
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Inmaculada del Taller de Tristan, con su marco Parroquia de Santo Tomé - Toledo |