jueves, 30 de abril de 2020

Mis estampas de la Virgen de la Piedad, Patrona de Santa Olalla


En estos días en los que, como cada año, deberíamos estar celebrando las Fiestas Mayores de Santa Olalla en honor a Nuestra Señora de la Piedad, pero no se podrán celebrar debido al estado de confinamiento en el que vive España y buena parte del mundo, quiero compartir en este blog eulaliense una sencilla colección de imágenes de Nuestra Patrona.


 Virgen de la Piedad, Patrona de Santa Olalla
Virgen de la Piedad, Reina Coronada de Toledo
Virgen de la Piedad, Señora de esta Villa
Virgen de la Piedad, Alcaldesa Perpetua
Virgen de la Piedad, Madre de los Santaolalleros
Virgen de la Piedad, Protégenos














miércoles, 29 de abril de 2020

Las rosquillas de la Virgen, el dulce típico de las fiestas de la Virgen de la Piedad de Santa Olalla

Había oído hablar desde siempre de las rosquillas de la Virgen, pero la verdad es que no conocía casi nada sobre ellas. Tengo grabado un comentario que escuche de pequeño: “la tía mengana (no recuerdo su nombre) era la que mejor las hacia pero se murió y se llevó la receta a la tumba”. 
La única manera de poder escribir este artículo era volver a la fuente de la que pudo haber salido ese comentario; la solución, era preguntar a nuestros mayores.
Las rosquillas de la Virgen eran uno de esos dulces que se hacían casi exclusivamente en una época del año, se preparaban los días antes de las fiestas de mayo en honor a la Virgen de la Piedad para poder comerlos en esos días tan señalados, también se aprovechaba para hacer magdalenas y las clásicas rosquillas fritas, floretas (flores) y pestiños. Eran como los mazapanes, los cortadillos o los mantecados en época de Navidad, estos últimos asociados también a la matanza del cerdo; las torrijas en época de Cuaresma y Semana Santa; o los huesos de santo y las puches en el día de Todos los Santos; pero este dulce en Santa Olalla estaba asociado a la fiesta de la Virgen.
Estas rosquillas huecas, hechas al horno y cubiertas en la parte de arriba con una capa de azúcar blanco (Jarabe de azúcar montado con clara de huevo, con el que se baña la parte de arriba y se vuelve a cocer la rosquilla quedando como una corteza), las hacían las mujeres en sus casas y las llevaban a cocer a los distintos hornos de las panificadoras que había en el pueblo. También los panaderos las hacían para venderlas directamente.
Este tipo de rosquillas todavía hoy se siguen elaborando por algunos panaderos, en Santa Olalla y en su comarca. Y son las mismas que se siguen usando junto a una naranja en la fiesta de San Sebastián de Santa Olalla. 
Estas rosquillas son del estilo de las rosquillas de Santa Clara que se suelen vender en las romerías madrileñas como la de San Isidro. A diferencia de las roscas de San Blas o de la rosquilla y la naranja de San Sebastián que son bendecidas en misa y vendidas por sus hermandades, las rosquillas de la Virgen se quedan en el ámbito privado, cada uno hacia o compraba las suyas y se las comía en su casa, con su gente.  




jueves, 16 de abril de 2020

Juan de Espinosa, músico y Arcipreste de Santa Olalla

Juan de Espinosa (1479-1520)[1] fue un clérigo, compositor y teórico musical que desarrollo su actividad en Toledo a principios del XVI.
            Sabemos muy poco de este clérigo y músico toledano, por las portadas de sus dos obras conservadas sabemos que fue arcipreste de Santa Olalla y racionero de la catedral de Toledo. Juan de Espinosa fue Arcipreste de Santa Olalla en una de sus épocas de mayor apogeo e influencia en una amplia comarca que excedía los límites del Señorío de Santa Olalla, este arciprestazgo pertenecía al Arcedianato de Talavera al que correspondían 36 iglesias parroquiales y 3 Arciprestazgos (Escalona con 28 parroquias, Maqueda con 13 y Santa Olalla con 28).[2]
Su figura ha llegado hasta nuestros días gracias a la publicación de dos de sus tratados musicales, que realmente son en la práctica dos ediciones distintas de un mismo trabajo, eso si el segundo sustancialmente ampliado y mejorado.
La primera obra es “Tratado breve de principios de canto llano” cuyo único ejemplar conocido se conserva en la British Library de Londres.[3] El libro está dedicado a don Martin de Mendoza arcediano de Talavera y Guadalajara, y no aparece en él la fecha de su publicación.
La segunda obra es “Tratado de principios de música practica y teórica sin dejar ninguna cosa atrás” cuyo original se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.[4] Una obra impresa en 1520 por Arnao Guillén de Brocar en Toledo. La dedicatoria también va dirigida a don Martin de Mendoza arcediano de Talavera y Guadalajara e hijo del ilustrísimo señor Duque del Infantado. Este tratado se diferencia del anterior en su mayor amplitud y en la calidad de su edición que incluye letras capitulares, diversas figuras explicativas con notas y acordes para la enseñanza de la música e incluso algún grabado.
Y muy poco más se conoce de Juan de Espinosa, que sí que ha aparecido recogido en diversas recopilaciones de músicos toledanos, pero nada nuevo aportan a su biografía de lo poco que de él nos dicen sus obras.
José Carlos Gómez Menor, en su discurso de contestación a la entrada en la academia del Maestro Celada, nos dice que fue el segundo libro de música que se imprimió en Toledo: “El primer libro de música que se imprimió en Toledo, aparte de los litúrgicos, debe de ser el que, según Tamayo de Vargas, apareció en 1510, titulado Luz bella de canto llano, del bachiller Domingo Durán. Desgraciadamente, parece no ha sobrevivido de esta edición de Toledo ni un solo ejemplar. Y diez años después aparece otro libro didáctico importante, el Tractado de principios de música practica y theorica sin dexar ninguna cosa atras: compuesto por el arcipreste de Santa Olalla Joanes de Spinosa, Racionero en la Santa Yglesia de Toledo, obra impresa también por Arnao Guillén de Brocar en Toledo”.[5]
Manuela Lourdes Herrejón recoge la misma cita años más tarde, aparece citado como una de las primeras obras musicales impresas en Toledo.[6] Aparece citado entre los tratadistas de música por Menéndez Pelayo.[7]
Termino con una cita tomada de la introducción del Tratado de principios de música practica y teórica: “Si alguna ciencia hay que pueda dar ocasión a todos los hombres que hablen de ella, cual mejor lo puede hacer que nuestra música”.



[1] OTAOLA GONZÁLEZ, Paloma: Tradición y modernidad en los escritos musicales de Juan Bermudo: del Libro primero (1549) a la Declaración de instrumentos musicales (1555). (Edition Reichenberger, 2000). Pág. 63.
[2] GUTIERREZ GARCIA-BRAZALES, Manuel: La decimación en el Arzobispado de Toledo (1508-1837). Toletum, segunda época, nº 13. (Real Academia de Bellas Artes y ciencias Históricas de Toledo. Toledo, 1982). Pág. 209.
[3] ESPINOSA, Juan: Tratado breve de principios de canto llano. Viejos libros de música, nº 10 (Joyas Bibliográficas. Madrid, 1977). Edición facsimilar.
[4] ESPINOSA, Juan: Tratado de principios de música practica y teórica sin dejar ninguna cosa atrás, Colección: Viejos libros de música, nº 13 (Joyas Bibliográficas. Madrid, 1978). Edición facsimilar.
[5] GÓMEZ-MENOR FUENTES: José Carlos: Discurso de contestación a Antonio B. Celada Alonso en su ingreso como miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Toletum, segunda época, nº 12. (Real Academia de Bellas Artes y ciencias Históricas de Toledo. Toledo, 1981). Pág. 109.
[6] LOURDES HERREJÓN, Manuela: Música y músicos en Toledo. Temas Toledanos nº 50. (Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, IPIET. Toledo, 1987). Pág. 14.
[7] Menéndez y Pelayo, Marcelino: Historia de las ideas estéticas en España. Obras Completas, Tomo I. (Editorial de la Universidad de Cantabria. Santander, 2017). Págs. 691 y 693.




miércoles, 15 de abril de 2020

El Greco y Santa Olalla

Pasados ya seis años desde la publicación del libro "El Greco y Santa Olalla", aprovechamos la situación de confinamiento que vivimos para descatalogarlo y compartir de manera abierta su edición digital, poniéndola desde hoy libre disposición.



Siempre ha existido la sensación entre los santaolalleros de que nuestro pueblo tiene ciertos vínculos con El Greco y con su obra. Algo que viene provocado por el hecho de que en la época contemporánea al Greco, Santa Olalla era señorío y lugar de residencia de los Condes de Orgaz, descendientes del principal protagonista de su obra más conocida.

Este año 2014, cuando se cumplen 400 años de la muerte en Toledo de El Greco, es un momento propicio para investigar, recopilar y dar a conocer que hay de cierto en esa relación, hablar de la obra que El Greco hizo para Santa Olalla, de las relaciones que mantuvo con algunos santaolalleros y del protectorado que algunos de estos paisanos ejercieron en su carrera. Además hacer extensivo éste estudio a su hijo Jorge Manuel Theotokópoulos y a sus discípulos y artistas de su círculo, especialmente al más reputado de todos ellos Luis Tristán. Además de estudiar la versión del entierro del Señor de Orgaz que se conserva en nuestra iglesia de San Julián.

Doménikos Theotokópoulos –apodado, El Greco- (Candía (Creta), 1541 - Toledo,  1614), fue un artista completo; trazadista de retablos, escultor y especialmente pintor, del final del renacimiento que ejecutó su obra pictórica con un personal estilo manierista.
Nació en Candía la capital de la isla de Creta, hoy conocida como Heraklion y en aquellos años perteneciente a la Republica de Venecia. Hasta los 26 años vivió en su Creta natal, donde se dedicó con éxito a la pintura de iconos de estilo pos-bizantino. En 1567 se trasladó a Italia, donde residió diez años, allí se transformó en un pintor renacentista, primero en Venecia, asumiendo el estilo de Tiziano y Tintoretto, y después en Roma, conociendo el estilo manierista de Miguel Ángel, pese a que el estilo de Buonarroti no fue plenamente de su agrado. 
En 1576 El Greco llego a España atraído por las grandes obras que Felipe II había proyectado para El Escorial, pero su trabajo no gusto en la corte y al año siguiente, en 1577, se estableció en Toledo donde vivió y trabajó durante treinta y siete años hasta su muerte en 1614.
Al año siguiente de su llegada a Toledo, ya asentado en la ciudad imperial, nació su único hijo Jorge Manuel Theotocópuli (Toledo, 1578 - 1631), su madre era doña Jerónima de las Cuevas una mujer de la que muy poco se sabe. Estuvo toda su vida muy unido a su hijo, este fue su socio, su gestor e incluso su albacea.
Su obra se compone de grandes lienzos para retablos; numerosos cuadros de devoción para instituciones religiosas y particulares, en los que a menudo participó su taller; y también destaco como retratista conservándose actualmente una buena colección de retratos de personajes contemporáneos. En Toledo su arte evolucionó hacia un estilo muy personal, que se caracteriza por figuras manieristas muy alargadas, con iluminación propia, muy expresivas, en ambientes indefinidos y usando los contrastes con los colores. 
Pese a que durante siglos se le consideró como un pintor excéntrico y marginal, desde finales del siglo XIX su obra se reestudio y actualmente está sin discusión entre los artistas más grandes dela historia del arte.

Esta obra tiene un marcado carácter local, pero también nos aporta numerosos documentos hasta ahora inéditos que a tenor de su importancia traspasan las fronteras de lo estrictamente santaolallero. Algunos de los artículos de que se compone este libro ya han sido publicados de manera digital en Internet en el Blog Eulaliense , pero la ocasión merecía que hoy todos estén reunidos en este libro que hemos titulado: “El Greco y Santa Olalla”. 




viernes, 10 de abril de 2020

Mi perfil en Academia.edu

Os presento mi nueva cuenta en la página www.academia.edu donde en lo sucesivo subiré algunas de mis publicaciones.



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