sábado, 28 de agosto de 2021

Casa del Médico de Santa Olalla

 


Hace unos días el Archivo Histórico Provincial de Toledo publicaba información sobre las “Casas del Medico” y “Centros Rurales de Higiene” que se construyeron en varios pueblos de Toledo en los años 50. https://ahpto.wordpress.com/2021/08/18/la-casa-del-medico/  

Entre estos proyectos que destacaba la publicación del archivo provincial estaba el de Santa Olalla, cuya tramitación se inició en 1951. En estos días he solicitado el expediente completo[1] para conocer las vicisitudes de aquel edificio que hoy, ampliado y setenta años después, es nuestra guardería municipal. El expediente recoge documentos de varios años e incluso de reformas y mejoras posteriores y adjunta dos fotografías de las obras tomadas en junio de 1952.

Entre los documentos llama la atención una relación de “aparatos e instrumental recibidos en esta alcaldía para la casa del médico de Santa Olalla” fechada el 13 de septiembre de 1952.



[1] Archivo Histórico Provincial de Toledo (AHPTO): Expediente para la Construcción de Casa del Médico y Centro Rural de Higiene en Santa Olalla. 5228/159




lunes, 16 de agosto de 2021

La desaparecida ermita de San Roque en Santa Olalla


Muchas veces hemos contado que San Sebastián y San Roque, ambos santos protectores contra las epidemias, tenían levantadas en Santa Olalla sendas ermitas. Hemos escrito alguna vez sobre la pequeña ermita de San Sebastián, pero absolutamente nada hemos escrito de la desparecida ermita de San Roque, hoy vamos a intentar recopilar la información que tenemos sobre ella.

            La devoción popular a San Roque está muy extendía por toda España, es habitual encontrar representaciones suyas en cualquier parroquia y son muchos los pueblos que celebran su fiesta y le tienen como patrón. En nuestro entono celebran su fiesta, Erustes, El Casar de Escalona, Quismondo, Almorox o Escalona, sin duda esta abundancia de celebraciones en toda la comarca hizo que en Santa Olalla no se consolidara una devoción importante y llevara incluso a la desaparición de la ermita a finales del siglo XIX.

            La ermita estaba situada extramuros de Santa Olalla, cerca de la conocida como puerta de Maqueda, en el entorno de la actual calle San Roque. El historiador José Luis Ruz Márquez asegura en su libro "La villa de Santa Olalla en el siglo XVIII" que la ermita era bastante anterior al siglo XVIII.[1]

            Esta afirmación parece correcta, pues sabemos que la ermita se encontraba en muy mal estado a principios del siglo XIX, tal vez maltratada durante las guerras napoleónicas. Tuvo que ser reedificada en 1821, el archivo municipal conserva la solicitud y la licencia para volver a abrirla al culto.[2]

            Transcribimos en primer lugar la solicitud de reapertura del párroco al arzobispo de Toledo: “Excmo. Señor - El doctor don Isidoro Gabriel Díaz, cura propio de la parroquia del apóstol San Pedro de la villa de Santa Olalla. A vuestra excelencia con todo respeto, expone que a expensas de los fieles devotos de San Roque se ha reedificado su ermita sita extramuros de la misma villa. Se halla con toda decencia y esmero no solo para la colocación del Santo, sino también para celebrar en ella el incruento sacrificio de la misa, solo falta y se necesita su bendición, para lo que a vuestra excelencia suplica se digne conceder las licencias necesarias a este efecto, como lo espera al celo de vuestra excelencia, cuya importante vida conserve Dios. […] Santa Olalla a 1 de julio de 1821”.

Documento sobre la ermita de San Roque
Archivo Municipal de Santa Olalla

La respuesta no se hizo esperar y se firmaba en Madrid 4 de julio de 1821 por mandato del cardenal Luis María de Borbón y Vallabriga: “Damos facultad al párroco exponente para que proceda a la bendición de la ermita de San Roque, reedificada a expensas de sus fieles devotos arreglándose en su ejecución a lo que previene el ritual romano. Así lo decretó y rubricó el cardenal mi señor de que certifico yo, Manuel Josef de Gallego”.

 Y finalmente el documento recoge el cumplimiento: “Excelentísimo Señor Cardenal Arzobispo de Toledo - En la villa de Santa Olalla a 20 días del mes de septiembre de este año de 1821, siendo esta facultad que él el excelentísimo señor Cardenal Arzobispo de Toledo me concede, pasé procesionalmente a la ermita de San Roque, extramuros de esta villa y la bendije encomendando en todo el sitio y forma que previene el ritual romano y enseguida celebre en ella el santo sacrificio de la misa y para que conste lo firmo en Santa Olalla a21 de septiembre de 1821. Doctor don Isidoro Gabriel Díaz”.

La ermita debió abandonarse y destruirse a finales del siglo XIX, en los planos de Ibáñez Ibero de 1881 ya no aparece reflejada, en su lugar aparece la zona nombrada como Arrabal de San Roque.[3]

Imagen de San Roque tras los destrozos de 1936
Biblioteca Nacional de España

En los años de la Guerra Civil de 1936 la imagen de San Roque recibía culto en la iglesia de San Julián y allí fue destruida durante la persecución religiosa, como muestra una fotografía de la época.[4] Nunca fue restaurada y fue sustituida por una nueva imagen de pasta elaborada en los talleres de Olot (Gerona).



[1] RUZ MARQUEZ, José Luis: La villa de Santa Olalla en el siglo XVIII, (Ayuntamiento de Santa Olalla. Santa Olalla, 1982). Pág. 28.

[2] Archivo Municipal de Santa Olalla: Ermita de San Roque (1821). AMSO/111/32 bis.

[3] Instituto Geográfico Nacional: Planos topográficos del General Ibáñez Ibero, Termino municipal de Santa Olalla. (30 de abril de 1881). Ref. 451920.

[4] Biblioteca Nacional de España: Iglesias e imágenes religiosas destruidas (Toledo) [Material gráfico]

(España Delegación del Estado para Prensa y Propaganda. Fondo fotográfico de la Guerra Civil Española. 1936-1939). Signatura: 796272455.

Actual imagen de San Roque en Santa Olalla

San Roque, como peregrino y con su popular perro


domingo, 15 de agosto de 2021

Amigo Carrichano



El sábado 17 de abril pase con el coche por Carriches, llegue al Raso y allí me senté junto a la chimenea; me puse a escribirte por WhatsApp, amigo Jesús, no sabía si podrías contestarme pero lo hiciste y mantuvimos una larga conversación. Aquella conversación no se me olvidará nunca, recuerdo tus consejos: “no vivas con estrés, disfruta de la familia” y pese a que todo ya era negro para ti, tu seguías trasmitiendo esperanza, tenías fe en Dios y te habías entregado a sus designios. Aquella conversación me ha cambiado a mejor, me ha ayudado como persona; tú que tantas veces me habías ayudado con las cosas propias de nuestras aficiones, también me ayudabas con tu última conversación. Soy mucho más sensible desde entonces, desde entonces he llorado, antes casi no sabía que era eso.

Hasta ese último día yo no había querido ver la gravedad de la situación, simplemente te llamaba y te escribía para distraerte y hacerte más ameno el tiempo de hospital; pero ese día comprendí que no iba a volver a verte, así fue, ya que fallecías 3 días después. Pero no quiero llorar más, quiero quedarme con todo lo bueno que he vivido contigo y con todo lo bueno que he aprendido de ti.

Algunas veces hemos hablado de cómo nos conocimos; yo empecé a interesarme por la historia de Santa Olalla y en aquel rudimentario internet de los inicios encontré a un tal Jesús Sánchez de Haro que ya llevaba algunos años investigando la historia de Carriches. Me puse en contacto contigo, preguntándote de esos temas comunes que tenemos entre ambos pueblos. Una vez me dijiste que cuando recibías mis primeros correos electrónicos, como tú eras mayor que yo, me sacabas 6 años, pensaste que yo era un “muchacho pesado” que preguntaba sin sentido cosas de historia de nuestros pueblos, luego te sentiste identificado y viste que yo era como tú en tus inicios. Y así empezamos a tratarnos y a establecer amistad, hasta el punto de consultarnos todo lo que investigábamos sobre nuestros pueblos, revisándonoslo mutuamente y corrigiéndonos.

Como anécdota contar que siempre estábamos echándonos en cara el eterno pique Carriches-Santa Olalla, a veces hasta documentábamos su origen en el año 1749 cuando Carriches obtiene su título de Villa y se independiza por completo de Santa Olalla. Cuantas veces me has echado en cara “las continuas molestias y vejaciones a las que eran sometidos los moradores de Carriches por las justicias de Santa Olalla”, repitiendo textualmente ese fragmento de vuestra petición de independencia. Pese al pique, que se quedaba solo en algo anecdótico, sabíamos que nuestra historia es común y es complementaria, ya que ambos pueblos somos dos ramas de un mismo tronco.

Recuerdo como mi abuelo me dio una vieja tarjeta de la Asociación de Supervivientes de la Guerra de Cuba, era de su abuelo Juan Muñoz Rubio, que había nacido en Carriches en 1877. Fuiste la primera persona en verla, no podía ser de otra forma, y rápido me sacaste todos los datos de mi antigua familia carrichana, había vivido en la calle Labradores, se casó dos veces primero con una mujer de Carriches (mi tatarabuela, Ángela Blanco del Pino) y luego con una viuda de Mesegar y me hiciste un árbol genealógico de todos mis apellidos carrichanos: Muñoz, Rubio, Blanco, del Pino, Benítez… hasta el punto que descubriste que éramos primos quintos, ¡ya podíamos hasta primearnos!

Recuerdo con nostalgia nuestras visitas a Toledo, a alguna presentación, a los mercadillos de libros de la Real Academia, etc. y otras visitas más cercanas como aquellas a la ermita de San Illán de Cebolla para buscar un cuadro de la Virgen de la Encina que allí habían llevado los carrichanos del siglo XVIII. Ese mismo día se completó con otra visita a la ermita de San Blas donde por poco el ermitaño nos echa a garrotazos al vernos hacer fotos, que pensaba publicaríamos en internet y llegarían según sus palabras hasta “ustralia”.

Recuerdo aquel día en que tuve que rescatarte, pues buscando hacer buenas fotos de nuestros campos atrancaste en un camino lleno de barro, ibas con tu hijo Pablo, ¡pero como te metes hoy por aquí, según esta esto! os saque de aquel atolladero y te recordé aquel pasaje que tu habías recuperado en que el rey se quedó atrancado en un camino carrichano.

Recuerdo tus visitas al archivo de Santa Olalla, donde tanta documentación relativa a Carriches guardamos, y que durante el confinamiento digitalizamos y tú estudiaste, seguro que sacaste de allí muchos datos nuevos, que se han quedado en el tintero.

Y tantas otras cosas que se nos han quedado sin hacer, la invitación del conde de Orgaz a acudir a su archivo particular en Ávila, para seguir sacando datos de nuestros pueblos. O ese proyecto siempre pospuesto, que íbamos a hacer dentro de unos años, cuando estuviéramos más tranquilos, la historia completa del Señorío de Santa Olalla, o lo que es lo mismo, la historia común de seis pueblos vecinos (Santa Olalla, Carriches, Domingo Pérez, La Mata, Otero y Erustes) que tú nos enseñaste a conocer y cuidar como ramas que somos del mismo tronco.

Tus virtudes eran muchas, la humildad era una de ellas, tuve que ser yo quien dijera hace un año que tú debías ser académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Así, te obligue a tocar todos nuestros contactos y a que me prepararas el currículum con todos tus méritos (hoy se publica en esta revista) para enviarlo a la Academia. A la Academia llegó, pero la triste fortuna quiso que en el mes de junio cuando los académicos se reúnen para votar nuevos cargos, tú ya no estuvieras con nosotros. Faltaron solo unos meses para que tu fueras el primer académico correspondiente por Carriches, da igual, hoy estarás sentado en la academia del cielo, y además con el mejor título que se puede tener: el de CRONISTA oficial, que bonito contar con el reconocimiento de quienes más te conocen, de quienes más te han tratado. Y qué bonito para tu pueblo que el titulo no se quedara en una placa, colgada en una pared, sino que supiste darle vida devolviendo con trabajo y con constancia el homenaje que te habían hecho. Tu trabajo, fue el mejor homenaje a tu pueblo.

Pocos pueblos pueden contar con estudios tan pormenorizados como los que tú has hecho a lo largo de tantos años, parecía que la historia de Carriches se iba a acabar ya, y siempre encontrabas datos nuevos en los que seguir indagando y escribiendo para mayor conocimiento y disfrute de tus vecinos.

En adelante será imposible escribir sobre Carriches sin citarte. Has escrito, y muy bien, sobre todos los temas de la historia de Carriches. Tu propia vida y tu propia labor cultural son sin duda, desde ya, historia gloriosa de Carriches. Tu obra es importante y el tiempo demostrará su grandeza.

 

Gracias por tanto amigo carrichano

 

Josué López Muñoz

Revista Adovea: Número especial en homenaje a Jesús Sánchez de Haro. (Patrimonio Cultural Villa de Carriches. Carriches, agosto de 2021). Pág. 46.


Revista Adovea 56, homenaje a Jesús Sánchez de Haro


Con mucha emoción se ha presentado en Carriches el número especial de la Revista Adovea, homenaje a Jesús Sánchez de Haro y además coincidiendo con el 25º Aniversario de esta revista.

Te debíamos este número, amigo Jesús, a ti que tanto trabajaste en este proyecto cultural y en tantos otros, siempre en beneficio de tu pueblo. 

Gracias a Sebastián Arrogante, de la Asociación Patrimonio Cultural Villa de Carriches; a Isidro Castaño, su alcalde; a Marta Pérez, infatigable concejala; y a tantos amigos carrichanos que han ayudado para que este número salga adelante pese a la dificultad de no contar con Jesús, tristemente fallecido hace unos meses en la juventud de su vida.

Yo humildemente he tenido el privilegio de coordinar la edición de este especial.

En el enlace podéis descargar la edición digital de la Revista Adovea: 

https://issuu.com/eulaliense/docs/2021_revista_adovea_-_jes_s_s_nchez_de_haro 

https://www.academia.edu/50862814/Revista_Adovea_56_N%C3%BAmero_especial_en_homenaje_a_Jes%C3%BAs_S%C3%A1nchez_de_Haro






viernes, 13 de agosto de 2021

Presentación de la Revista Adovea en Carriches


Presentacón del nuevo numero de la Revista Adovea. El sábado 14 de agosto de 2021, a las 20:00 h. en el Centro Social Polivalente de Carriches. A cargo de la Asociación Patrimonio Cultural Villa de Carriches.

Número especial en el veinticinco aniversario de la revista y en homenaje a Jesús Sánchez de Haro.


Año 25 de la Revista Adovea

Quien nos iba a decir que este año que se cumple el veinticinco aniversario de la Revista Adovea nos encontraríamos con una revista huérfana que ha perdido a quien fue su fundador, director y principal impulsor.

Pocas revistas locales pueden presumir de tener la trayectoria que tiene nuestra “Revista Adovea”, veinticinco años de publicación ininterrumpida y 56 números que han ido mejorando en calidad de contenidos y diseños. Desde los humildes primeros números, en los que unas pocas fotocopias recogían los primeros artículos del joven Jesús Sánchez de Haro, hasta los atractivos y elaboradísimos últimos números, impresos sin escatimar medios.

La evolución de la revista es la evolución de su director, el aprendió con ella y la revista creció con él. La clave de la revista fue la constancia y también era una virtud de su director. 

Enfrentarnos a la elaboración de este número no ha sido fácil, nos faltaba su director, su alma mater; nos faltaban sus textos y sus fotos; nos faltaba su maquetación y buen gusto para completar una revista que es hoy un tesoro bibliográfico de nuestro pueblo. No ha sido fácil, pero teníamos la obligación de hacerlo, la obligación de sacar a la calle este número que fuera a la vez celebración del aniversario de la revista y homenaje a nuestro amigo. ¡Jesús! tú eras la revista y hoy la revista está llena de ti. 

Mereces muchos homenajes, en Carriches, en Torrijos y en toda la comarca; el primero y más humilde es esta revista. Recíbela con cariño, comprende lo difícil que ha sido enfrentarnos a su elaboración, confiamos en que te guste aunque sabemos que tú la habrías hecho mucho mejor.

Josué López Muñoz



domingo, 8 de agosto de 2021

La Puebla de Montalbán - Historia de sus Hermandades y Cofradías


El pasado viernes 6 de agosto de 2021 se presentaba el libro “La Puebla de Montalbán - Historia de sus Hermandades y Cofradías” que he tenido la suerte de cerrar en sus últimas páginas con el epílogo.

La presentación se convirtió en una agradable conferencia y tertulia donde se habló de la historia de las cofradías de La Puebla y yo intervine hablando de las dificultades y también de las oportunidades a que se enfrentaran hermandades y cofradías tras la pandemia. Finalmente también pude hablar del vínculo que tanto La Puebla como Santa Olalla tienen con el Cristo de la Caridad.

Una bonita experiencia, en un marco incomparable como es la iglesia de Ntra. Sra. de la Paz.

Fotos: Fernando Melara - La Puebla de Montalbán