Mariano Benlliure retratado por Sorolla |
La Virgen de la Piedad es una talla de piedra caliza
policromada y datada en los primeros años del siglo XVII, respeta el modelo de
Piedad triangular marcado por Miguel Ángel en la “Pietà” del Vaticano.
Pero a todas estas singularidades se ha sumar todavía una
más. En 1943, se cumplen ahora setenta y cinco años, la imagen de la Virgen de
la Piedad fue restaurada por el más prestigioso de los escultores del momento: Mariano
Benlliure, que tuvo incluso que rehacer de nuevo su cabeza por completo,
perdida tras los incidentes de la Guerra Civil.
La imagen fue trasladada al estudio del artista en la calle
José Abascal de Madrid, y el coste de la restauración fue sufragado por el empresario
Cirilo Calderón Pérez (1890-1947), cuyo esfuerzo fue reconocido aquel año por
la Hermandad de la Virgen.[1]
Mariano Benlliure y Gil (Valencia, 1862- Madrid, 1947), es considerado
como el último gran maestro del realismo decimonónico, perteneciente a una
familia de artistas, fue precoz y extraordinariamente prolífico. Se formó en su
Valencia natal, en Madrid en la Academia de San Carlos y en la de San Fernando,
en París y Roma donde estuvo como pensionado lo que le permitió estudiar a los
clásicos italianos. Su obra escultórica sintetiza elementos impresionistas,
modernistas e, incluso, naturalistas. Alcanzó muy pronto la fama y el éxito,
que le acompañaron toda su larga vida, como escultor preferido de la sociedad
de su tiempo.
Virgen de la Piedad de Santa Olalla (detalle de la cabeza) |
Desarrolló la escultura taurina y realizó numerosos retratos
de la sociedad de su tiempo como los de Ramón y Cajal, Gayarre, Fortuny,
Sorolla y Pastora Imperio. Cultivó la imaginería religiosa, especialmente en
los años posteriores a la Guerra Civil, época en la que se encuadra la
restauración de nuestra Virgen.
En la ciudad de Crevillent (Alicante) se encuentra el Museo
Monográfico de Mariano Benlliure, donde se exponen numerosas obras, tanto
civiles como religiosas, de este artista.
En noviembre de 1951 el Banco de España emitió un billete de
500 pesetas con la imagen de Benlliure en el reverso. Desde ese momento era
fácil explicar a cualquiera quien había restaurado la Virgen de la Piedad,
dicho de una manera muy popular: “la
había restaurado el hombre del billete de 500 pesetas”.