domingo, 11 de julio de 2021

El Cristo de la Caridad y la peste, protector de la salud de los santaolalleros

 


La peste bubónica, la epidemia grande de 1598[1]

Al menos desde la Edad Media la villa de Santa Olalla fue uno de los pueblos más azotados de la comarca por las fiebres tercianas (paludismo). Sabemos que el arroyo Valdeflores en muchas ocasiones se quedaba estancado a su paso por Santa Olalla a los pies del lienzo norte de la muralla, negándose a seguir su curso y produciendo entonces corrompidas nieblas y vapores.

San Sebastián y San Roque, dos santos tradicionalmente protectores contra estos males tenían levantadas sendas ermitas en nuestro pueblo y a ellos acudía la devoción popular cuando se presentaban estas fiebres.

Pero lo cierto es que ninguna de estas epidemias llegó a provocar las muertes que trajo la peste bubónica en el año 1598.

La peste bubónica fue una devastadora pandemia que asoló Europa varias veces a lo largo de la historia, en el siglo XIV se la conoció como la peste negra. A esta cepa de peste se la llama bubónica por los bubones, bultos o tumores dolorosos que se forman en los ganglios linfáticos de la ingle y las axilas fundamentalmente. La peste es causada por la bacteria yersinia pestis que se contagia por las picaduras de las pulgas de la rata negra, que hoy conocemos como rata de campo. Estas pulgas pueden permanecer en los tejidos y el los cadáveres y los gérmenes infecciosos pueden hacerlo en la orina, las heces, la sangre, los esputos, las ropas, apósitos y menaje utilizado por los infectados, aumentando así las posibilidades de contagio.

El periodo de incubación está entre dos y cinco días, sus síntomas son fiebres muy altas que pueden llegar a 40 grados, vómitos, gran debilidad y tartamudeo. El bubón inglinar es muy doloroso y obliga a los infectados a mantener flexionada esa parte del cuerpo. Los bubones evolucionan en hemorragias y necrosis purulenta, y termina viéndose afectado el sistema nervioso con vértigos, alucinaciones y delirio. La mayor parte de las defunciones se daban en los primeros ocho días, muriendo el 90% de los contagiados, y su final dependía de la resistencia del corazón. La cal viva y el agua cociendo eran los únicos medios usados para la desinfección. Popularmente al ganglio abultado o bubón se le conoció como “seca”, en las partidas de defunción de los libros parroquiales de Santa Olalla (de esta época solo se conservan los de San Julián) se repite como causa del fallecimiento “murió de seca”.

Se cree que la epidemia de 1598 entró en la península a través de unos tejidos que llegaron a los puertos levantinos. Aunque otros historiadores afirman que en primer lugar entró por el Cantábrico o Galicia.

El 23 de enero de 1598 llegan noticias a Talavera de que se habían dado varios casos de peste en Maqueda y Santa Olalla. En pocos meses la epidemia se extiende a otros muchos puntos como Ocaña, Yepes, La Puebla de Montalbán o Cenicientos (Madrid). Los pueblos contagiados llegaron a estar enumerados en una tablilla en las puertas de la ciudad de Toledo, que pese a todo también se contagió.[2]

Las estimaciones que se han hecho vienen a concluir que en 1598 en Santa Olalla debieron morir en torno a 600 personas.

La situación debió ser francamente devastadora, llegándose a colapsar el suelo del interior de las iglesias donde se enterraba a los muertos, teniendo que enterrar muchos cadáveres en el exterior. También se utilizó la desaparecida iglesia de San Miguel, que después de estos acontecimientos quedaría marcada como lugar infeccioso y poco saludable cayendo en desgracia entre sus parroquianos que paulatinamente la fueron abandonando.

            Pese a que los meses de verano son los más propicios para la propagación de esta enfermedad, los casos comenzaron a reducirse en el mes de julio, cuando se acercaban las fiestas de Santa Olalla.

Al año siguiente, en 1599, se produjo en España un fuerte rebrote de la pandemia, que parece no tuvo incidencia en Santa Olalla.



 

El Voto al Cristo de la Caridad

Pasamos ahora al capítulo del mito y la leyenda. El relato legendario que vamos a transcribir tiene para Santa Olalla un gran valor antropológico, digno de estudio, dada la continuidad en la transmisión oral de esta historia.

Cuentan que todos los años, como se venía haciendo desde el siglo XIII, la villa de Santa Olalla esperaba la llegada de sus fiestas del Triunfo de la Cruz el 16 de julio, pero esa fecha del año 1598 fue distinta. Santa Olalla estaba sumida en la fuerte epidemia de peste bubónica que hemos descrito, no era momento de celebraciones. Y los santaolalleros se comprometieron ante un Cristo, que habían mandado de Indias y que pertenecía a la Cofradía de la Santa Caridad, pidiéndole que sofocara los males que azotaban el municipio. Se prometió al Cristo, en el caso de que hiciera efectiva esta petición, la celebración todos los años en esta fecha de una solemne fiesta en su honor.

            Como la petición se cumplió de una manera “milagrosa”, según asegura la tradición oral, la villa de Santa Olalla se consagró al Cristo e hizo el voto solemne de celebrar la fiesta del Santísimo Cristo de la Caridad el 16 de julio de cada año. Durante siglos esta sería la fiesta patronal más importante de Santa Olalla.

La costumbre cívico-religiosa de que una población entera hiciera un Voto solemne a Cristo, a la Virgen o a un Santo ante una calamidad pública, tiene su origen en la Italia medieval. Las ciudades-estado italianas con su autonomía y la piedad popular de la época con sus prácticas fueron los dos factores decisivos para que surgiera este fenómeno del Voto. En Santa Olalla se había realizado con anterioridad, el 26 de diciembre de 1553, el voto a Santa Eulalia, un documento que conservamos y que está firmado por la condesa Isabel Pérez de Guzmán. También el 2 de febrero de 1621 en Santa Olalla "don Esteban Hurtado de Mendoza y Guzmán y doña Catalina de Rivera y Mendoza, condes de Orgaz, junto con el clero, justicias y regimiento y vecinos de Santa Olalla, pronuncian el voto de la Inmaculada Concepción en la iglesia de San Julián de la villa". Estuvo presente el obispo de pamplona Francisco Hurtado de Mendoza, hermano del conde y habitualmente presente en los principales acontecimiento religiosos de Santa Olalla. Estos dos votos, tan cercanos en el tiempo, nos pueden dar una idea clara de cómo era y que personajes firmaron el voto del Cristo de la Caridad. Curiosamente al año siguiente, 1599, los más ilustres personajes de la casa señorial de Santa Olalla-Orgaz aparecen inscritos como cofrades de la Santa Caridad.

       Sea como fuere, desde entonces se convirtió al Cristo en protector de la salud de los santaolalleros, bajo el lema “In te nostra salus”, y lo cierto es que las epidemias siguieron castigando a la población en otras muchas ocasiones.

 

Cristo de la Caridad
en su Capilla de la Puebla de Montalbán

El Cristo de la Caridad de la Puebla de Montalbán

Aunque todavía no se han encontrado los documentos que acrediten esta relación, los historiadores pueblanos afirman que pudo tratarse de un voto conjunto entre La Puebla de Montalbán y Santa Olalla.[3]

Al “Vaquerito” o Cristo de la Caridad de la Puebla de Montaban, nos unen a él multitud de coincidencias, el origen, el nombre, la fecha de la fiesta, etc.

De acuerdo con las Relaciones de Felipe II realizadas para La Puebla de Montalbán el 10 de febrero de 1576, dos días después que en Santa Olalla, “En esta villa se guardan demás que las de la iglesia manda de guardar la aparición de San Miguel, que es a ocho días del mes de mayo, y la causa por que se guarda es porque destruyan las viñas de ciertos gusanos que se llaman pulgón, y después de este voto lo ha guardado Dios, y así mismo se guarda por voto el día de Nuestra Señora de la Paz que es a veinticuatro de enero, por ser advocación de la dicha iglesia de Nuestra Señora de la Paz de la dicha villa” [4]. En otro punto de las relaciones se dice que el Voto a la Virgen de la Paz es del año anterior, es decir de 1575.

No se habla, por tanto, en las relaciones, ni de la fiesta del 16 de julio, ni del Cristo de la Caridad. Sí se habla del Hospital de la Caridad, fundado en 1532, y de la Cofradía de la Santa Caridad, documentada desde 1554, que cumplían las habituales funciones asistenciales de este tipo de entidades. Como anécdota contar que entre los bienes con los que estaba dotado el Hospital para su sostenimiento aparece “una tierra en Santa Olalla”[5] que lógicamente fue desamortizada en el siglo XIX.

Curiosamente en la epidemia de peste de 1598, los pueblanos no acuden a la Virgen de la Paz, como era de esperar al ser su patrona. Tampoco a San Sebastián o San Roque, cuya invocación contra la peste se había hecho general en toda la iglesia. Recurren al Voto al Cristo de la Caridad.

Aunque no se conoce con certeza por qué se recurre al Cristo de la Caridad “hay un dato que conviene tener en cuenta y que puede dar un poco de luz a este asunto: la estrecha relación que La Puebla mantuvo durante esa epidemia con las poblaciones de Santa Olalla y Mesegar de Tajo” [6].

Las relaciones entre los señoríos de Santa Olalla y la Puebla de Montalbán pasaron a lo largo del siglo XVI por buenos y malos momentos. En 1547, Alvar Pérez de Guzmán Suárez de Mendoza mantuvo varios pleitos con la Puebla de Montalbán sobre los límites de ambos señoríos. Estos pleitos se repiten en varias ocasiones hasta 1599, curiosamente un año después de la epidemia, momento en el cual quedan todos resumidos en un espléndido manuscrito que se guarda en la Biblioteca Regional del Alcázar de Toledo.[7]

La villa fue socorrida por don Andrés Pacheco (La Puebla de Montalbán, 1550 – Madrid, 1626) obispo de Segovia y por el gobernador del arzobispado de Toledo, pero también se solidarizaron con ellos pueblos vecinos como Alcabón, Carmena, Carpio de Tajo, Escalona, Escalonilla, Mesegar, Quismondo, San Martín de Pusa, San Pedro de la Mata, San Silvestre, Talavera, Torrijos, Val de Santo Domingo, Villarejo de Montalbán y muy especialmente Santa Olalla. Santa Olalla además de enviar a La Puebla “800 aves, una carga de harina y 150 fanegas de trigo, hizo voto solemne con La Puebla de guardar como festivo el día del Triunfo de la Santa Cruz y celebrar en dicho día una función al Santísimo Cristo de la Caridad”[8].

Decidieron hacer rogativas al Cristo de la Caridad, una imagen mejicana de caña de maíz venerada en el Hospital de la Caridad y regido por la Cofradía de la Santa Caridad. La epidemia remitió a finales de julio cuando ya habían fallecido 2.200 personas, entre las que estaba la propia condesa de Montalbán, doña Juana de Cárdenas y su cuñada Jerónima de Figueroa.

Al sanarse, decidieron hacer el voto al Cristo de la Caridad y convertirlo en su patrón. Sólo las conjeturas nos llevan a pensar que teniendo en cuenta la colaboración material de Santa Olalla, aprovechando que la epidemia remitió en el mes de julio y que se trataba del Cristo de la Caridad como en Santa Olalla, tomaran el ejemplo para instaurar las fiestas el 16 de julio. Lo importante es que desde aquel momento La Puebla permanece unida a Santa Olalla en su devoción al Santísimo Cristo de la Caridad.

Ya contamos en el capítulo dedicado a la celebración del “Triunfo de la Cruz” las numerosas curiosidades que se daban entre Mesegar, Santa Olalla y La Puebla de Montalbán. Esta pequeña población pertenecía en 1598 al señorío de los Condes de Montalbán pero dada su antigua pertenencia al estado feudal Orgaz-Santa Olalla celebraban “el día del Triunfo de la Cruz de la Batalla, que cae a diez y seis de julio”. Fue en esta población en la que se refugiaron los Condes de Montalbán huyendo de la epidemia de peste que sufrió su villa noventa años antes, en 1507, por lo que podría pensarse que hubo alguna influencia por parte de estos nobles a la hora de fijar el 16 de julio como la fecha de su fiesta en honor del Cristo de la Caridad.

 

El cólera de 1885

En 1885 España se veía afectada por una epidemia de cólera morbo, murieron 45 personas en Santa Olalla. Santa Olalla de nuevo de encomendó a su patrón el Cristo de la Caridad, aunque no renovó el voto sumándose al que en esa fecha hizo la Puebla de Montalbán.

La Puebla de Montalbán renovó el voto de consagración al Cristo de la Caridad que hicieron en el año 1598 y cuya acta de renovación magníficamente ilustrada se conserva en los archivos de La Puebla. Este cólera de 1885 afecto a bastantes pueblos de la provincia entre los que también estaba Santa Olalla, como se deja constancia en el acta. Desde esa fecha el voto al Cristo del a Caridad se renueva todos los años con la lectura por parte del alcalde, al terminar la misa mayor del 16 de julio, del “Acta de Consagración y Renovación del Voto de la Puebla de Montalbán al Santísimo Cristo de la Caridad”. El juramento termina diciendo en referencia a La Puebla: “¡Mírala como cosa tuya; reina siempre en ella; líbrala de todo mal!”.[9]

 

El Coronavirus de 2020-2021[10]

Y si los santaolalleros habíamos oído contar a nuestros mayores estas historias de epidemias, poco podíamos imaginar que nos tocaría vivir una.

La religiosidad ha cambiado mucho desde 1598 pero todavía hoy han sido muchos los que han puesto su fe y su oración en el Cristo de la Caridad. El 16 de julio de 2020 en medio de la pandemia de Covid 19, se renovó solemnemente el Voto de la villa de Santa Olalla al Cristo de la Caridad.



[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Dieciséis de Julio: Orígenes, historia, leyenda, tradición y devoción del Santísimo Cristo de la Caridad de Santa Olalla, en el Octavo Centenario de la Fiesta del 16 de julio (1212–1598–2012). (Ediciones Andante. Santa Olalla, 2012).

[2] MONTEMAYOR, Julián: Una ciudad frente a la peste; Toledo a finales del XVI. La España Medieval, 7. Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 1985). Pág. 1116.

[3] MARTÍN-ARAGÓN ADRADA, Julián: El antiguo Hospital de la Caridad, el Cristo de la Caridad. (La Puebla de Montalbán, 1991). Pág. 13.

[4] VIÑAS, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II.  (CSIC. Madrid, 1963). Pág. 262.

[5] MARTÍN-ARAGÓN ADRADA, Julián: El antiguo Hospital de la Caridad, el Cristo de la Caridad. (La Puebla de Montalbán, 1991). Pág. 5.

[6] ESTEBAN CARO, Mariano; HORCAJO MARÍN, Pedro; MARTÍN-ARAGÓN ADRADA, Julián; PRIEGO PRIEGO, Luis: Cristo de la Caridad: IV Centenario, (Ilmo. Ayuntamiento de La Puebla de Montalbán. La Puebla de Montalbán, 1998).

[7] Biblioteca de Castilla-La Mancha: Papeles varios 62, manuscritos “La villa de Santa Olalla con La Puebla de Montalbán” legajos de 77 a 87. (Fondo antiguo de la Biblioteca Regional de Castilla – La Mancha).

[8] MARTÍN-ARAGÓN ADRADA, Julián: El antiguo Hospital de la Caridad, el Cristo de la Caridad. Pág. 13.

[9] Acta de Consagración y Renovación del Voto de la Puebla de Montalbán al Santísimo Cristo de la Caridad, (La Puebla de Montalbán, 18 de octubre de 1885). Acta firmado por el alcalde Anastasio Vélez.

[10] LÓPEZ MUÑOZ, JOSUÉ: El Cristo de la Caridad y la peste. Programa de las Fiestas de Verano de Santa Olalla en honor del Stmo. Cristo de la Caridad. (Ayuntamiento de Santa Olalla y Hermandad del Stmo. Cristo de la Caridad. Santa Olalla, julio de 2021).

sábado, 10 de julio de 2021

El Cristo de la Caridad y la peste

Comparto el artículo elaborado para el programa-revista de las Fiestas de Verano de Santa Olalla 2021, en honor del Santísimo Cristo de la Caridad.




La peste bubónica, la epidemia grande de 1598

Al menos desde la Edad Media la villa de Santa Olalla fue uno de los pueblos más azotados de la comarca por las fiebres tercianas. San Sebastián y San Roque, dos santos tradicionalmente protectores contra estos males tenían levantadas sendas ermitas en nuestro pueblo y a ellos acudía la devoción popular cuando se presentaban estas fiebres.

Pero lo cierto es que ninguna de estas epidemias llegó a provocar las muertes que trajo la peste bubónica en el año 1598.

La peste bubónica fue una devastadora pandemia que asoló Europa varias veces a lo largo de la historia, en el siglo XIV se la conoció como la peste negra. A esta cepa de peste se la llama bubónica por los bubones, bultos o tumores dolorosos que se forman en los ganglios linfáticos de la ingle y las axilas fundamentalmente. La peste es causada por la bacteria yersinia pestis que se contagia por las picaduras de las pulgas de la rata negra. Estas pulgas pueden permanecer en los tejidos y el los cadáveres; y los gérmenes infecciosos pueden hacerlo en la orina, las heces, la sangre, los esputos, las ropas, apósitos y menaje utilizado por los infectados, aumentando así las posibilidades de contagio.

La mayor parte de las defunciones se daban en los primeros ocho días tras el contagio, muriendo el 90% de los contagiados. La cal viva y el agua cociendo eran los únicos medios usados para la desinfección. Popularmente al ganglio abultado o bubón se le conoció como “seca”, en las partidas de defunción de los libros parroquiales de Santa Olalla (de esta época solo se conservan los de San Julián) se repite como causa del fallecimiento “murió de seca”. Se cree que la epidemia de 1598 entró en la península a través de unos tejidos que llegaron a los puertos levantinos.

El 23 de enero de 1598 llegan noticias a Talavera de que se habían dado varios casos de peste en Maqueda y Santa Olalla. En pocos meses la epidemia se extiende a otros muchos puntos de la provincia, los pueblos contagiados llegaron a estar enumerados en una tablilla en las puertas de la ciudad de Toledo, que pese a todo también se contagió.

Las estimaciones que se han hecho vienen a concluir que en 1598 en Santa Olalla debieron morir en torno a 600 personas. La situación debió ser francamente devastadora, llegándose a colapsar el suelo del interior de las iglesias donde se enterraba a los muertos, teniendo que enterrar muchos cadáveres en el exterior. También se utilizó la desaparecida iglesia de San Miguel, que después de estos acontecimientos quedaría marcada como lugar infeccioso y poco saludable, cayendo en desgracia entre sus parroquianos que paulatinamente la fueron abandonando.

            Pese a que los meses de verano son los más propicios para la propagación de esta enfermedad, los casos comenzaron a reducirse en el mes de julio, cuando se acercaban las fiestas de Santa Olalla. Al año siguiente, en 1599 se produjo en España un fuerte rebrote de la pandemia, que parece no tuvo incidencia en Santa Olalla.

 

El Voto al Cristo de la Caridad

Pasamos ahora al capítulo del mito y la leyenda. El relato legendario que vamos a transcribir tiene para Santa Olalla un gran valor antropológico, digno de estudio, dada la continuidad en la transmisión oral de esta historia.

Cuentan que todos los años, como se venía haciendo desde el siglo XIII, la villa de Santa Olalla esperaba la llegada de sus fiestas del Triunfo de la Cruz el 16 de julio, pero en esa fecha del año 1598 Santa Olalla estaba sumida en la epidemia de peste bubónica que hemos descrito. Los santaolalleros se comprometieron ante un Cristo, que habían mandado de Indias y que pertenecía a la Cofradía de la Santa Caridad, pidiéndole que sofocara los males que azotaban el municipio. Se prometió al Cristo, en el caso de que hiciera efectiva esta petición, la celebración todos los años en esta fecha de una solemne fiesta en su honor.

            Como la petición se cumplió de una manera “milagrosa”, según asegura la tradición oral, la villa de Santa Olalla se consagró al Cristo e hizo el voto solemne de celebrar la fiesta del Santísimo Cristo de la Caridad el 16 de julio de cada año. Durante siglos esta sería la fiesta patronal más importante de Santa Olalla.

 

El Cristo de la Caridad de la Puebla de Montalbán

Aunque todavía no se han encontrado los documentos que acrediten esta relación, los historiadores pueblanos afirman que pudo tratarse de un voto conjunto entre La Puebla de Montalbán y Santa Olalla.

Al “Vaquerito” o Cristo de la Caridad de la Puebla de Montaban, nos unen multitud de coincidencias, el origen, el nombre, la fecha de la fiesta, etc.

Aunque no se conoce con certeza por qué se recurre al Cristo de la Caridad “hay un dato que conviene tener en cuenta y que puede dar un poco de luz a este asunto: la estrecha relación que La Puebla mantuvo durante esa epidemia con las poblaciones de Santa Olalla y Mesegar de Tajo”.

La villa fue socorrida por don Andrés Pacheco obispo de Segovia y por el gobernador del arzobispado de Toledo, pero también se solidarizaron con ellos pueblos vecinos como Alcabón, Carmena, Carpio de Tajo, Escalona, Escalonilla, Mesegar, Quismondo, San Martín de Pusa, San Pedro de la Mata, San Silvestre, Talavera, Torrijos, Val de Santo Domingo, Villarejo de Montalbán y muy especialmente Santa Olalla. Santa Olalla además de enviar a La Puebla “800 aves, una carga de harina y 150 fanegas de trigo, hizo voto solemne con La Puebla de guardar como festivo el día del Triunfo de la Santa Cruz y celebrar en dicho día una función al Santísimo Cristo de la Caridad.

Decidieron hacer rogativas al Cristo de la Caridad, una imagen mejicana de caña de maíz venerada en el Hospital de la Caridad y regido por la Cofradía de la Santa Caridad. La epidemia remitió a finales de julio cuando ya habían fallecido 2.200 personas, entre las que estaba la propia condesa de Montalbán, doña Juana de Cárdenas y su cuñada Jerónima de Figueroa.

La pequeña población de Mesegar pertenecía en 1598 al señorío de los Condes de Montalbán pero dada su antigua pertenencia al estado feudal Orgaz-Santa Olalla celebraban “el día del Triunfo de la Cruz de la Batalla, que cae a diez y seis de julio”. Fue en esta población en la que se refugiaron los Condes de Montalbán huyendo de la epidemia de peste que sufrió su villa noventa años antes, en 1507, por lo que podría pensarse que hubo alguna influencia por parte de estos nobles a la hora de fijar el 16 de julio como la fecha de su fiesta en honor del Cristo de la Caridad.

 

El cólera de 1885

En 1885 España se veía afectada por una epidemia de cólera morbo, murieron 45 personas en Santa Olalla. Santa Olalla de nuevo de encomendó a su patrón el Cristo de la Caridad, aunque no renovó el voto sumándose al que en esa fecha hizo la Puebla de Montalbán.

 

El Coronavirus de 2020-2021

Y si los santaolalleros habíamos oído contar a nuestros mayores estas historias de epidemias, poco podíamos imaginar que nos tocaría vivir una.

La religiosidad ha cambiado mucho desde 1598 pero todavía hoy han sido muchos los que han puesto su fe y su oración en el Cristo de la Caridad. El 16 de julio de 2020 en medio de la pandemia de Covid 19, se renovó solemnemente el Voto de la villa de Santa Olalla al Cristo de la Caridad.