sábado, 30 de noviembre de 2019

Santa Olalla en el viaje de Gaspar Barreiros, viaje de un portugués desde Lisboa a Milán


Portada de la Chorographia
El infante Enrique de Portugal envió a Gaspar Barreiros (Viseu, 1515 – Ídem, 1574) como embajador para que rindiera honores ante el Papa Pablo III. Este viaje diplomático motivó uno de los libros de viajes sobre España más curiosos del siglo XVI. El relato, titulado «Chorographia de alguns lugares que stam em hum caminho que fez Gaspar Barreiros ó anno 1546 começado na cidade de Badajoz em Castella, te á de Milam em Italia», discurre entre Badajoz y Milán y fue publicado en Coimbra en 1561, cuando el autor ya era canónigo de Évora.[1] Existe traducción al castellano de la Corografía en la obra de García Mercadal, Viajes de extranjeros por España y Portugal.[2]
A continuación transcribimos y traducimos la descripción que hace a su paso por nuestra villa:
De Burugel al Bravo hay una legua. Bravo es lugar de treinta vecinos, es del Marques de Villena.
Del Bravo a Santa Olalla hay legua y media. Santa Olalla es una villa cercada de muros de tapias, del conde de Orgaz, de cuatrocientos vecinos poco más o menos, fui pasando sin mediar en esta villa.
De Santa Olalla a Maqueda hay una legua pequeña. Maqueda está asentada al lado de un otero, de la cual no se decir cosa alguna porque no entre dentro.



[1] BARREIROS, Gaspar: Chorographia de alguns lugares questam em hum caminho, que fez e anno de 1546. Comecando na cidade de Badajoz em Castella, te a de Milam em Italia, con algunas outras obras. (Imprenta Joan Aluarez. Coimbra, 1561).
[2] GARCÍA MERCADAL, José: Viajes de extranjeros por España y Portugal desde los tiempos más remotos hasta comienzos del siglo XX. (Junta de Castilla y León. Valladolid, 1999).

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Las Puertas del Cielo, una obra del pintor local Fabriciano Gómez


Bajo el bonito coro de la iglesia de San Pedro Apóstol de Santa Olalla llama la atención el cuadro de gran tamaño "Las llaves de San Pedro" que es obra del pintor local Fabriciano Gómez, y está fechado en 1943.
En el cuadro, de colorido estilo naif, vemos a San Pedro Apóstol, que por otra parte es el titular de la parroquia, abriendo con sus llaves las puertas del cielo; le acompaña de la mano una joven que porta un ramo de flores en una mano y en la otra una devota cruz. Un cielo azul cian y un entorno muy nuboso transmiten una sensación de entorno celestial.
El óleo sobre lienzo está firmado y fechado en 1943 abajo a la izquierda, y añade el número 7º. Está enmarcado con un marco más antiguo reutilizado. Y en la parte trasera del lienzo encontramos una inscripción que nos recuerda los motivos que llevaron al autor a pintar y donar este cuadro a su parroquia, Fabriciano Gómez junto a su mujer Jacinta Blanco Sánchez, tuvieron seis hijos que murieron todos siendo casi niños, el último de ellos en 1942, un año antes de pintar este cuadro.
Fabriciano Gómez Muñoz nació en Santa Olalla el 22 de agosto de 1875, hijo de Cipriano Gómez y Mª Antonia Muñoz. Sastre de profesión tuvo su vivienda y sastrería en la calle Jardines, actual Gregorio Sánchez. Falleció en Santa Olalla el 22 de febrero de 1951. Desarrollo su faceta artística como pintor aficionado y autodidacta, aunque muy prolífico, durante la primera mitad del siglo XX, muchas de sus pinturas recogen con su peculiar estilo ingenuo rincones y escenas del pueblo de Santa Olalla y de su comarca por lo que son un importante testimonio artístico de su época.
La Fundación Condes de Orgaz en Santa Olalla organizó en el Ayuntamiento el día 1 de mayo de 2002 una exposición monográfica con muchas de sus obras que se encuentran fundamentalmente fundamentalmente en manos de su familia y en la que también participó esta obra de la iglesia de San Pedro.[1]
Algunas de sus obras sobre Santa Olalla son "Calle Jardines", "La iglesia de San Julián", “Torre y ábsides de San Pedro”, "El callejón de las Angustias", y “La Fuente Grande de San Pedro”.



[1] Fundación Condes de Orgaz en Santa Olalla: Revista Barbacana nº 2, (Santa Olalla, marzo de 2003).

sábado, 16 de noviembre de 2019

El Cerrado, Privilegio de Feria en Santa Olalla

Desde época medieval en Santa Olalla tenía gran importancia el sector mercantil y especialmente el mercadeo de la ganadería. No podemos olvidar que por Santa Olalla transcurría el cordel de merinas que unía la Cañada Real Segoviana con la Carretera Real y por lo tanto con el río Alberche, y que existía un descansadero del ganado junto al cordel en el actual Parque Municipal “El Cordel”. Todos estos motivos favorecieron la concesión por privilegio real de una feria-mercado que se celebraba todos los lunes y que era conocido como “El Cerrado”, tal vez por celebrarse dentro del recinto murado de Santa Olalla.
En las relaciones histórico-geográficas que se hacen en 1576 por orden de Felipe II, se menciona este mercado diciendo: “Al quincuagésimo quinto se responde que esta villa es pasajera e por ella pasan de la Vera y Portugal y Extremadura a Toledo y a Madrid y tiene seis aldeas pequeñas anexas. También en esta villa se hace un mercado, el lunes de cada semana, solía ser bueno y muy nombrado y ya no lo es y no es franco”.[1]
Ya nos indican las relaciones la decadencia del mercado que llevó a su desaparición, de hecho en 1751 no se mencionada nada sobre él en la pregunta relativa a ferias y mercados que se hace en el interrogatorio del Catastro de Ensenada.



[1] VIÑAS MEY, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España, hechas por iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo. (Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1951). Págs. de 421 a 427.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Las Ánimas, el cuadro de las Ánimas del purgatorio de Santa Olalla


Muchas veces hemos oído la expresión “esto parece un cuadro de ánimas” cuando nos encontramos con una situación lamentable, llena de dolor y sufrimiento. Ya que era habitual que este tipo de cuadros estuviera en las iglesias, son representaciones del Juicio Final en las que aparece representado el infierno, el cielo y las almas o ánimas que se encuentran en una situación u otra.
Eran cuadros muy populares debido a los numerosos cultos que se dedicaban a las ánimas benditas o del purgatorio, y la proliferación en casi todas las parroquias de las Cofradías de Ánimas, como era el caso de Santa Olalla.
En la iglesia de San Julián de Santa Olalla contamos con uno de estos cuadros. Realmente se trata de un altar, ya que el cuadro de gran tamaño se encuentra enmarcado con relieves de madera dorada profusamente labrados en talla barroca. La pintura que describimos es del siglo XVII, un óleo sobre lienzo de la escuela toledana, pintado en torno a 1669 fecha de la fundación de su cofradía. Su estado actual de conservación es realmente muy malo, teniendo incluso grandes rajas que han sido cosidas de manera rudimentaria.

En la parte baja encontramos el infierno representado con llamas y fuego, y en él un numeroso grupo de condenados desnudos que claman por su salvación. En la parte superior encontramos la gloria en las esquinas tres cabezas de angelotes y en el centro la Santísima Trinidad, el Padre, que sostiene un orbe, el hijo que sostiene la Cruz y muestra las llagas de la pasión y en centro la paloma blanca que representa al Espíritu Santo. Justo debajo de ellos a un lado la Virgen del Carmen, con habito carmelita y escapulario como especial abogada de las ánimas del purgatorio y al otro lado San José que sostiene la vara florida y presenta a un bienaventurado que se había encomendado a él.
En el centro el arcángel San Miguel con la espada en alto y el escudo con lema “Quis ut Deus” (Quién como Dios), luchado contra el demonio que aparece como una figura negra, con alas monstruosas y rabo.
También encontramos a San Francisco de Asís que saca del purgatorio a un niño y otras figuras que parecen ascender a los cielos.
Es curioso conocer que este altar de Ánimas era el único que tenía concedidas indulgencias por parte del Arzobispado de Toledo, como así atestigua este documento de 1755: “Certifico yo don Juan Guerrero y Luna cura ecónomo de iglesia parroquial de San Julián de esta villa de Santa Olalla que en dicha iglesia parroquial no hay más altar de indulgencias que el de las Ánimas del Purgatorio sito en la citada iglesia con este título, cuyo privilegio esta para acabar en este presente mes de mayo según estoy informado, y para que conste doy la presente a petición de don Manuel de Castro, presbítero y mayordomo de dichas Ánimas, y me parece ser conveniente que se mantenga el privilegio en el lunes de cada semana a causa de estar ordenado por la Cofradía de las Benditas Ánimas, se celebre en el citado día de lunes una misa cantada con sus responsos. Y lo firmo en la expresada villa de Santa Olalla, en 22 de mayo de 1755. Don Juan Guerrero y Luna”. En el margen de este documento se puede leer: “Se dio paso al breve el 28 de mayo 1755”.[1]
En cuanto a la Cofradía de Ánimas responsable del culto en este altar, conservamos sus ordenanzas aprobadas el 6 de septiembre de 1669 por don Pascual Aragón, cardenal-arzobispo de Toledo.[2] Las Ordenanzas de la Cofradía de las Ánimas del Purgatorio de la villa de Santa Olalla fueron presentadas por los licenciados Francisco Vázquez de Contreras y Antonio Díaz, curas de las iglesias parroquiales de San Pedro y San Julián y otros vecinos de la villa, siendo señor de la villa el Conde don José de Mendoza y Gómez de Sandoval.
El Archivo Parroquial conserva uno de sus libros de actas que comprende desde 1736 a 1780[3]. Y un estatuto correspondiente a una refundación de la Cofradía el 15 de diciembre de 1844, en el que además se hace mención a una renovación anterior de 1818.[4]
De ambas ordenanzas de 1669 y de 1844 se conserva copia en el Archivo Diocesano de Toledo.[5]
Esta cofradía realizaba continuos cultos en memoria de las Ánimas, con especial profusión en el día 1 de noviembre y en todo ese mes. El dinero para sufragar todas esas misas y cultos lo obtenía de su continua petición entre los vecinos de limosnas para las ánimas. También tenemos constancia a través de los distintos documentos antes citados que formaba parte de ella una soldadesca que bailaba especialmente en época de carnaval diversos bailes como la danza de paloteo y el baile de la bandera, siempre orientados a recoger limosnas para sus fines piadosos. Con la decadencia de esta Cofradía el baile de la bandera comenzó a realizarse también para las fiestas del Cristo de la Caridad, quedándose finalmente de manera exclusiva en ellas donde se ha conservado.



[1] ARCHIVO DIOCESANO DE TOLEDO: Sección Cofradías y Hermandades. Legajo TO-67. Expediente 11.
[2] ARCHIVO MUNICIPAL DE SANTA OLALLA: Ordenanzas de la Cofradía de las Ánimas del Purgatorio (6 de septiembre de 1669). AMSO/106/21.
[3] ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTA OLALLA: Libro de la Cofradía de Ánimas (1736-1780) APSO/68
[4] ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTA OLALLA: Estatuto de la Cofradía de Ánimas del Purgatorio (1844) APSO/35/SJ
[5] ARCHIVO DIOCESANO DE TOLEDO: Sección Cofradías y Hermandades. Legajo TO-48. Expediente 25.

Ordenanzas de la Cofradía de Ánimas de 1669

Carta de indulgencias del Altar de Ánimas de 1755