Quiero dar las gracias al gran poeta madrileño Guillermo Arroniz Lopez. Ayer tuve la fortuna de recitar en la novena de la Virgen de la Piedad de Santa Olalla un precioso poema suyo.
Cuando le comente mi idea, siempre pensé que me diría que no, pero todo lo contrario, se puso manos a la obra con la destreza y sabiduría que le caracteriza. He de decir que ha sabido recoger como nadie cada una de mis indicaciones, cada uno de los detalles de nuestra Patrona que yo quería resaltar, el poema en forma de romance o de “pregón andaluz” recoge los títulos de la Virgen de la Piedad (Patrona, Señora, Reina, Alcaldesa y Madre), es a la vez un retrato de la devoción de Santa Olalla y un reflejo de estos momentos de pandemia.
Comparto el texto íntegro que leí ayer:
Ofrenda del Ayuntamiento de Santa Olalla - 2021
El año pasado comenzábamos en el Ayuntamiento una nueva andadura; pero ni el alcalde, ni este equipo de gobierno, con sus nuevos concejales, pudimos presentarnos ante ti, Virgen de la Piedad, como viene siendo tradicional. Al fin, este año podemos venir para hacerte una pequeña ofrenda y una oración.
La ofrenda es el sello de Santa Olalla para el Camino Real de Guadalupe, con tu imagen se sellaran todas las credenciales de aquellos peregrinos, senderistas y ciclistas que pasen por el camino. Una copia de este sello de caucho estará en la oficina de registro del Ayuntamiento y otra queremos que este en la parroquia.
Y tras un año sin poderte decir nada, la oración debe ser especial, espero que estos versos recojan nuestros sentimientos.
Señora de la Piedad,
Patrona de Santa Olalla,
manto azul con sus estrellas,
y anaranjada la saya,
la tristeza de tu rostro
la envuelve una toca blanca.
Sobre tu manto otro manto
de rica tela encarnada:
la devoción de tu pueblo
procesiona en él bordada.
Tus manos cogen Su cuerpo,
lo acaricia tu mirada.
Con qué dulzura sostienes
Su figura ensangrentada,
en tus piernas yace el Cristo
y Su carne castigada.
Con dolor inigualable
y piedad inmaculada
recibes al Hijo Santo,
Madre amantísima y santa.
A los santaolalleros
que te rinden sus plegarias
guárdalos que tu Piedad
nada podría agotarla.
Guárdalos pues bien te llaman
Patrona de Santa Olalla.
*
Coronada de Toledo,
siempre has sido y serás Reina,
en esta villa eulaliense
no habrá quien esto no sepa.
Cuando sales a las calles,
acto central de las fiestas,
cuando sales a las calles,
en la hermosa primavera,
cuando sales a las calles
al terminar la novena,
cuando sales a las calles
tus damas de compañeras,
cuando sales a las calles...
vienen de dentro y de fuera
para acompañarte fieles
y rendirse a tu grandeza,
Majestad entronizada
de infinita realeza.
Será ya el segundo año
que tu procesión no sea,
que al pueblo tus dulces ojos
lo miren desde la iglesia.
Pues no podemos reunirnos
para seguirte de cerca
por las calles adornadas
arropando tu tristeza.
*
Oh, Señora de esta Villa,
acá te trajo un arriero,
dicen que de Andalucía,
¡largo camino por cierto!,
pues has venido a quedarte
a este rincón de Toledo,
la Villa de Santa Olalla,
el pueblo santaolallero
que en su corazón te tiene,
como en camarín perpetuo,
con columnas salomónicas,
y en ellas siempre creciendo
las vides, símbolo dulce,
de la sangre del Cordero...
Sobre las triples columnas
dos angelitos pequeños
y ese arco plateado,
ráfaga resplandeciendo,
donde cuelgan las campanas
de timbre de terciopelo.
Tras de ti blanca vidriera
que representa al madero,
y que deja entrar al sol
para besarte el primero.
Así es el camarín
del corazón de este pueblo
que late con su Señora
que nos guarda desde el cielo.
*
Sois Alcaldesa Perpetua.
¡No podrá haberla mejor!
Vuestro gobierno sin duda
será de Piedad y Amor.
En el siglo diecisiete,
de gran acento español,
os han esculpido en la piedra
para resistir al sol,
al tiempo, y a la tormenta.
Ayer y mañana y hoy.
Pero ante el hombre y sus guerras
la caliza al fin cedió
y se perdió la cabeza
de incalculable valor.
Benlliure os ha dado rostro
para nuestra devoción.
No hay alcaldesa tan bella,
no puede haber parangón.
Iluminad el gobierno
de este cristiano rincón
con las cosas que sabéis
guardar en el corazón,
que el cercano ayuntamiento
tenga vuestra protección
para encontrar el camino
y seguir al Buen Pastor
que por los suyos se ofrece
y es verdad y dirección.
*
Madre sois, Madre del cielo,
¡y de los santaolalleros!
Vuestra es la misericordia,
Vuestro es el seno materno...
Vos que tenéis el dolor
de acoger Su cuerpo muerto,
con la boca entreabierta
aún por todos pidiendo;
Vos que tenéis la tristeza
atravesada en el pecho
aunque no esculpió puñal
el artista que os ha hecho;
Vos que sabéis de la pérdida
y el sufrimiento supremo,
tened piedad de nosotros
y de los que se nos fueron,
tened piedad de nosotros
y libradnos de los miedos,
las miserias, las angustias,
de este pandémico encierro.
Interceded por nosotros
ante nuestro Padre Eterno,
y por las almas de aquéllos
que de este mundo partieron.
Acompañadlos, Señora,
que muchos se fueron sedientos
de fraternal compañía
en el último momento.
Vos que estabais a los pies
de aquel sangriento madero,
que recogisteis al Hijo
después del descendimiento,
mostrándonos vuestro dolor,
vuestro virginal lamento,
acompañadnos, Señora.
¡Oh, Señora, protegednos!