En este retablo es venerada la imagen de San Antonio Abad,
San Antón patrón de los animales, y curiosamente esta coronado por una pintura
de forma ovalada en la que se representa otro “San Antonio” de gran devoción,
me refiero a San Antonio de Padua.
El retablo está fechado en 1756 posible fecha también de la
pintura. Se trata de un óleo sobre lienzo en el que parece representado uno de
los pasajes o milagros más habituales de la vida de este santo, la aparición del
Niño Jesús a San Antonio. El fraile franciscano de origen portugués se
encuentra en la soledad de su celda y estando en oración es sorprendido por la
visita del Niño Jesús al que acoge en sus brazos, en la mano porta otro de sus
atributos tradicionales la vara de azucenas
o lirios de San Antonio, y sobre la mesa revestida con manteles rojos
esta la biblia, en el cielo tres cabezas de querubines asisten a este milagro
de San Antonio.
La devoción a San Antonio de Padua está muy extendida en toda
España, como santo protector de las jóvenes y santo casamentero, también llego
su devoción a Santa Olalla donde era venerado especialmente en la iglesia de
San Pedro Apóstol. Allí tuvo su retablo del que solo nos ha quedado la
maravillosa talla del santo del siglo XVII y una hucha limosnera encastrada en
la pared en la en el pasado se podía leer “Pan
de San Antonio”.