La importancia que el sector agrícola y ganadero ha tenido desde siempre en nuestro pueblo, y muy especialmente antes de la mecanización de las labores agrícolas, provocaba que las fiestas de San Antón, patrón de los animales domésticos, fueran muy celebradas entre las gentes del campo que eran la gran mayoría de los vecinos.
Si actualmente cada 17 de enero la bendición de los animales se realiza a las numerosas mascotas que los niños y los mayores llevan a la procesión del santo, antiguamente esta bendición se realizaba sobre los animales de trabajo y sobre algunos de los animales de cría.
Para este día, las caballerías de los agricultores se engalanaban (caballos, mulas, burros y bueyes), los
esquiladores hacían dibujos en los lomos de las ovejas, había premios a la yunta
mejor aparejada y carreras por las calles de Santa Olalla.
La histórica Cofradía de San Antón era la encargada de la parte oficial de la fiesta, tal y como lo vienen haciendo actualmente. Después de la misa se iniciaba la procesión al rededor de la iglesia, esta procesión se abría con dos
filas de jinetes a caballo, mulas o
burros y entre medias la imagen del santo, el cura, los treinta y tres cofrades de San Antón y la gente a pie.
Se conservan algunas fotografías de esta celebración en la década de 1950. Son imágenes posadas de los miembros de algunas familias con sus animales.
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Familia López-Alarcón (Ferreques) en la puerta de San Julián |
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Otro grupo de agricultores con mulas y un burro en la puerta de San Julián |
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Grupo en la puerta del antiguo ayuntamiento, con mulas, burro y galgos |