sábado, 23 de diciembre de 2023

Canción de la Mosca y la Mora

Cada año por estas fechas me gusta recuperar una vieja canción o villancico de los que he oído cantar siempre en nuestros pueblos. Este año os traigo esta “Canción de la Mosca y la Mora” que me enseñó mi abuela y que mi abuela se ha preocupado también de enseñar a mis hijos, que ya la cantan con gracia.

Se trata de una canción popular infantil, que al menos nosotros solo cantábamos en Navidad, si bien es cierto que no tiene temática Navideña, sino que es más bien un juego de palabras y casi un trabalenguas. 

La canción debe ser recurrente en el cancionero popular español, ya que he encontrado grabaciones del Nuevo Mester de Juglaría en 1982 y de Rosa León.

Con esta canción os deseo a todos:

Feliz Navidad y próspero 2024


Estando la mora en su lugar,

vino la mosca y la hizo mal;

la mosca a la mora,

y la mora en su moralito sola.


Estando la mosca en su lugar,

vino la araña y la hizo mal;

la araña a la mosca,

la mosca a la mora,

y la mora en su moralito sola.


Estando la araña en su lugar,

vino el ratón y la hizo mal;

el ratón a la araña,

la araña a la mosca…


Estando el ratón en su lugar,

vino el gato y le hizo mal;

el gato al ratón,

el ratón a la araña…


Estando el gato en su lugar,

vino el perro y le hizo mal;

el perro al gato,

el gato al ratón…


Estando el perro en su lugar,

vino el palo y le hizo mal;

el palo al perro,

el perro al gato…


Estando el palo en su lugar,

vino el fuego y le hizo mal;

el fuego al palo,

el palo al perro…


Estando el fuego en su lugar,

vino el agua y le hizo mal:

el agua al fuego,

el fuego al palo…


Estando el agua en su lugar,

vino el buey y le hizo mal:

el buey al agua,

el agua al fuego…


Estando el buey en su lugar,

vino el cuchillo y le hizo mal;

el cuchillo al buey, 

el buey al agua…


Estando el cuchillo en su lugar,

vino el herrero y le hizo mal;

el herrero al cuchillo, 

el cuchillo al buey.


Estando el herrero en su lugar, 

vino la muerte y le hizo mal;

la muerte al herrero, 

el herrero al cuchillo, 

el cuchillo al buey,

el buey al agua,

el agua al fuego,

 el fuego al palo,

el palo al perro,

el perro al gato,

el gato al ratón,

el ratón a la araña,

la araña a la mosca,

la mosca a la mora, 

y la mora en su moralito sola....





jueves, 21 de diciembre de 2023

No se van las palomas

Recojo esta canción popular que se canta en Navidad en la mayoría de los pueblos del entorno de Santa Olalla, “no se van las palomas”.


No se van las palomas no,

no se van que las traigo yo.


Si se van las palomas

pronto volverán,

se dejan los pichones

a medio criar.


No se van las palomas no,

no se van que las traigo yo.


Si se van las palomas

al ferrocarril,

lo primero que encuentran

es la Guardia Civil.


No se van las palomas no,

no se van que las traigo yo.



sábado, 16 de diciembre de 2023

Vitrina Cero - Fíbula de puente o arco visigoda


 

Fíbula de puente o arco visigoda

Bronce fundido, decorada con motivos geométricos, compuesta de una placa de resorte semicircular, con cinco apéndices (falta uno) muy desarrollados y dispuestos radialmente. La placa del enganche es alargada con dos apéndices externos para engarzar sendos botones. En el reverso, el sistema de sujeción consistiría en una charnela de ajuste y un resorte de hierro con la aguja. La función de una fíbula es la sujeción de prendas de vestir, como por ejemplo servir de cierre en una capa.

Número de inventario: SO/44/D

Datación: Siglo VI

Contexto histórico: Etapa visigoda

Materia: Bronce

Técnica: Fundido

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández http://ceres.mcu

viernes, 15 de diciembre de 2023

VITRINA CERO - Exposición Virtual Santa Olalla

Desde este mes de diciembre he iniciado el proyecto Vitrina Cero, que también quiero compartir en mi blog y en mis redes sociales, aunque su espacio principal en internet será:

http://www.santaolalla.es/index.php/el-pueblo/vitrina-cero-exposicion-virtual-santa-olalla 

Este espacio digital nace con la intención de divulgar y dar a conocer las piezas que forman parte de la exposición permanente del Centro de Interpretación Local de Santa Olalla, de manera coloquial diríamos las piezas del “Museo de Santa Olalla” que principalmente se encuentran expuestas en distintas dependencias de la Casa de Cultura.

Desde 2019 se han ido sumando a esta colección importantes piezas, todas ellas muy interesantes para el estudio de la historia local. Piezas que hemos dividido en varias secciones: sección de arqueología; sección etnográfica; y además, sección de bellas artes, formada por las piezas artísticas que han sido donadas por sus autores, principalmente artistas locales.

Esta Vitrina Cero busca ir destacando periódicamente una de estas piezas, estudiarla y divulgarla. De manera que todos conozcamos la importante colección con que contamos en Santa Olalla. 

Mensualmente or ire dejando las fichas de cada una de las piezas destacadas de VITRINA CERO.

martes, 12 de diciembre de 2023

El capitel de los Guzmanes - Un capitel gótico en Santa Olalla


“El asiento del pueblo es llano, está bien cercado, tres puertas torreadas, y dentro de ella la casa del señor, de mediana labor y muy fuerte, y las demás de casas comunes”[1] esta es parte de la descripción que de Santa Olalla nos dan las Relaciones de Felipe II de 1576.

En lo relativo a las referencia a la Casa del señor de la villa se complementan las relaciones diciendo: “Al trigésimo segundo se responde que está en tierra llana esta villa y cercada de una cerca de tierra y en las puertas de ella hay tres torres y la casa del señor es llana y fuerte”.[2]

Después de la reconquista y con la consolidación de Santa Olalla como cabeza de un señorío, la villa, que no contó nunca con un castillo, si debió contar con una “Casa Fuerte” que sería lugar de residencia de los primeros señores de la Casa de Castro y posteriormente de la Casa de Guzmán. Estuvo situada muy cerca del emplazamiento de la iglesia de San Julián.

Sobre este lugar en el siglo XVI los Guzmanes, ya como Condes de Orgaz, debieron construir su palacio-residencia de estilo herreriano y del que sabemos que fue trazado por el aparejador toledano Francisco Cuevas (1505-1606) en 1593, y fueron dirigidas las obras por el maestro de cantería de la vecina villa de Escalona, Rodrigo de la Iglesia, que fue contratado por el conde Juan Hurtado de Mendoza el 1 de julio de 1593.

Menos datos tenemos de cómo era esa primera Casa Fuerte, si bien tenemos una importante pista gracias a un capitel gótico del siglo XV cedido al Ayuntamiento de Santa Olalla para su exposición permanente por don José Pedro Hierro Dueñas y doña Nuria Torres Ballesteros y que perteneció a la colección particular de don José García Usano.

Se trata de un capitel gótico de piedra caliza que contiene, en dos de sus lados, dos escudos heráldicos sustentados por cuatro ángeles tenantes: el primero es el escudo de los Guzmán, Señores de la Villa de Santa Olalla, con dos calderas puestas en palo y jaqueadas, con sierpes en sus asas, sobre el escudo una filacteria donde se lee “Guzmán”; y el segundo es el escudo de los Silva, con un león rampante, sobre el escudo otra filacteria “Silva”. Los otros dos laterales del capitel quedan decorados con las alas de los ángeles y algunas hojas de acanto, uno de los laterales tiene representada en la parte baja una curiosa libre.

La heráldica del capitel coincide con la heráldica de los escudos que encontramos en las pinturas gótico mudéjares de la iglesia de San Pedro de Santa Olalla y que sin duda hay que fechar en el siglo XV. El capitel perteneció a la primera Casa Fuerte de los Guzmán en esta villa y a algún encargo o ampliación del señor de Santa Olalla Alvar Pérez de Guzmán fallecido en 1433 y casado con doña Beatriz de Silva.[3]



[1] VIÑAS MEY, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España, hechas por iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo. (Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1951). Págs. de 421 a 427.

[2] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Santa Olalla en… Relaciones geográficas y libros de viajes, del siglo XVI al XIX. Tercera edición ampliada. (Eulaliense. Santa Olalla, 2023). Pág. 24.







lunes, 11 de diciembre de 2023

Un capitel gótico con la heráldica de los Condes de Orgaz se incorpora al patrimonio de Santa Olalla


El Ayuntamiento de Santa Olalla ha celebrado su VIII Jornada de Historia y Patrimonio de Santa Olalla y su Tierra, unas jornadas históricas y culturales de las más consolidadas y reputadas de la provincia, por la solvencia de los distintos ponentes que han sido invitados a ellas a lo largo de los años. Este 2023 el núcleo de la jornada era una interesante conferencia impartida por el abogado toledano y académico RABACHT José María San Román Cutanda, “Santa Olalla en la Revista Provincia”, que recorrió la presencia de este municipio en la revista provincial editada de 1955 a 1982.

La parte patrimonial de la jornada que dirige el concejal de cultura y también académico de la RABACHT, Josué López Muñoz, presentó su “Vitrina Cero” un proyecto de difusión patrimonial que pretende ir descubriendo y difundiendo las distintas piezas históricas y arqueológicas que posee el Ayuntamiento de Santa Olalla en su exposición permanente, principalmente las pieza arqueológicas de la colección González-Castrejón.

Por último se presentó una nueva incorporación cedida al ayuntamiento gracias a la generosidad de José Pedro Hierro y Nuria Torres, un importante capitel gótico de piedra caliza que contiene dos escudos heráldicos sustentados por cuatro ángeles tenantes, el primero es el escudo de los Guzmán, Señores de la Villa y Condes de Orgaz desde el reinado de Carlos V, y el segundo el de los Silva. Josué López profundizó en las primeras averiguaciones sobre la pieza, cuya heráldica coincide con las pinturas gótico mudéjares de la iglesia de San Pedro de Santa Olalla y que sin duda hay que fechar en el siglo XV. Concretamente el concejal aseguró que el capitel perteneció a la Casa Fuerte de los Guzmán en esta villa y a algún encargo del señor de Santa Olalla Alvar Pérez de Guzmán fallecido en 1433 y casado con doña Beatriz de Silva.


















jueves, 7 de diciembre de 2023

El escritor Pedro Antonio de Alarcón pasó por Santa Olalla

 


El escritor Pedro Antonio de Alarcón (Guadix (Granada), 1833 - Madrid, 1891) publicó en 1883 un estupendo libro de viajes “Viajes por España”[1] en el que recopila algunos de los viajes que había hecho años atrás. En el primero de esos viajes “Una visita al Monasterio de Yuste” realizado y escrito diez años antes de su publicación el 9 de octubre de 1873, el escritor granadino, autor del famoso "Sombrero de tres picos", pasa y menciona a Santa Olalla.

Reproducimos la primera parte del viaje desde que sale de Madrid hasta que llega a Jarandilla de la Vera,[2] un viaje que pocos años después podría haber realizado en ferrocarril hasta Navalmoral de la Mata pero que hace en una de las incomodas diligencias de la época.[3]

Si sois algo jinete (condición sine qua non); si contáis además con cuatro días y treinta duros de sobra, y tenéis, por último, en Navalmoral de la Mata algún conocido que os proporcione caballo y guía, podéis hacer facilísimamente un viaje de primer orden -que os ofrecerá reunidos los múltiples goces de una exploración geográfico-pintoresca, el grave interés de una excursión historial y artística, y la religiosa complacencia de aquellas romerías verdaderamente patrióticas que, como todo deber cumplido, ufanan y alegran el alma de los que todavía respetan algo sobre la tierra... -Podéis, en suma, visitar el Monasterio de Yuste.

Para ello... (suponemos que estáis en Madrid) empezaréis por tomar un billete, de berlina o de interior, hasta Navalmoral de la Mata, en la «Diligencia de Cáceres», -que sale diariamente de la calle del Correo de ésta que fue corte, a las siete y media de la tarde.

La carretera es buena por lo general, y en ningún paraje peligrosa. Pasaréis sucesivamente por la Dehesa de los Carabancheles, donde los Artilleros tenían establecida su muy notable Escuela práctica; -por las Ventas de Alcorcón y por Alcorcón mismo, que es como si dijéramos por el Sèvres de los actuales madrileños; -por Móstoles, donde os acordaréis de su órgano y de su célebre Alcalde del año de 1808; -por Navalcarnero, uno de los principales lagares que surten de peleón a Madrid; -por Valmojado, que nada tiene de mojado ni de valle, pues ocupa un terreno muy alto y arcilloso; -por Santa Cruz del Retamar, abundante en fiebres intermitentes y en carbones; -por Maqueda, todavía monumental hoy, cuanto poderosa en la antigüedad romana y en tiempos de nuestra doña Berenguela, -y, en fin, por Santa Olalla, patria del historiador Alvar Gómez de Castro y del predicador Cristóbal Fonseca, ambos insignes varones y literatos; -con lo cual, al amanecer (dado que viajéis, como os lo aconsejamos, en primavera o en otoño), os encontraréis en Talavera de la Reina, confirmada (supongo) recientemente con el nombre de Talavera de la República federal.

Dicho se está que en todo este trayecto no habéis visto casi nada, a causa de la obscuridad de la noche y de haber ido proveyéndoos de sueño, o bien de dormición o dormimiento (como se decía antaño, para evitar confusiones entre la gana y el acto de dormir), y en ello habréis hecho perfectamente, pues no os esperan grandes hoteles, que digamos, en toda vuestra romería; -pero al llegar a Talavera, donde se detiene el coche una hora y se toma chocolate, despertaréis, sin duda alguna, y podréis ver al paso muchas y muy buenas cosas...

Por ahorraros gastos, no presuponemos que caéis en la tentación de pasar todo un día en aquella ilustre villa, cuna del ínclito Padre Mariana; rica de monumentos arquitectónicos; emporio de los opimos frutos y frutas de todo el país que vais a recorrer; renombrada por sus barros cocidos, que os indemnizan del bochorno cerámico que pasasteis en Alcorcón, y vecina del memorable campo de batalla en que españoles e ingleses dimos tan buena cuenta de José Napoleón, de Sebastiani, de Víctor y de otros generales del Imperio, con más de 50.000 soldados vencedores de Europa... -En otro caso vierais allí, además de las murallas, y la catedral, y los conventos, y los palacios, los celebérrimos jardines y alamedas que forman un paseo público a la orilla del noble Tajo...- Pero ¡nada!, vosotros vais a Yuste exclusivamente, y no podéis deteneros en parte alguna...

Montaréis, pues, de nuevo en la Diligencia, y dejando a la izquierda el gran río y viendo siempre a la derecha la cadena del Guadarrama (que, con el nombre de Sierra de Gredos y otros, se extiende hasta Portugal), continuaréis vuestro camino y cruzaréis por delante de la imponente villa de Oropesa, de aspecto feudal, coronada por su viejo castillo y presidida por el magnífico palacio de los antiguos Condes de Oropesa, hoy Duques de Frías... -Como sabéis adónde vais, no dejaréis seguramente de saludar agradecidos aquella villa, ni de pensar con reverencia en los mencionados Condes, cuyos recuerdos habéis de encontrar íntimamente ligados con los del Monasterio de Yuste; y cumplida esta obligación, pasaréis por la Calzada de Oropesa, último pueblo de la provincia de Toledo; entraréis poco después en Extremadura, y, en fin, a eso de las doce del día os hallaréis en Navalmoral de la Mata.

En aquella importante villa, perteneciente ya a la provincia de Cáceres, cabeza de partido judicial y distante de Madrid 172 kilómetros, es donde os esperan el caballo y el guía. Dejaréis, por tanto, seguir a la Diligencia su rumbo al Sudoeste, y vosotros tomaréis el sendero que preferían siempre los Condes de Oropesa para dirigirse a Yuste desde su mencionada villa señorial, ora cuando el famoso Garci-Álvarez iba, a principios del siglo XV, a proteger la fundación del Monasterio, ora cuando un descendiente suyo acudía, ciento cincuenta años después, a visitar a Carlos V o a asistir a sus exequias. -Es decir, que os encaminaréis al lugarcillo de Talayuela (12 kilómetros); pasaréis por la barca del mismo nombre el caudaloso Tiétar, tan desprovisto de puentes; entraréis en la célebre Vera de Plasencia, y por Robledillo de la Vera, iréis a hacer noche a Jarandilla. […]



[1] ALARCÓN Y ARIZA, Pedro Antonio de: Viajes por España, (Imprenta de Antonio Pérez Dubrull. Madrid, 1883).

[2] BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES: https://www.cervantesvirtual.com/obra/viajes-por-espana--1/

jueves, 16 de noviembre de 2023

Leonardo Garrido, un cura y guerrillero carlista de Santa Olalla

 

En 1842 nacía en Santa Olalla Leonardo Garrido,[1] que pese a ser ordenado sacerdote en 1866, se reconvertiría en uno de los más activos guerrilleros carlistas de la provincia de Toledo.

Nació en Santa Olalla fruto del matrimonio de Lucio Garrido y Gabriela García, siendo bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol el 25 de abril de 1842.

Se ordenó sacerdote en Toledo el 19 de mayo de 1866.[2] De él se dijo de él que era “un joven y virtuoso sacerdote”, que muy pronto debió simpatizar con las facciones carlistas pues también se resalta que es un “entusiasta carlista”.

Partida de ordenacion de Leonardo Garrido,
con transcripción de la de bautismo

Sabemos que en 1872 su partida fue alcanzada y fueron abatidos cinco de sus hombres en Novés. Tenemos constancia de sus primeras correrías con su partida carlista gracias a un libro de difuntos del archivo parroquial de Noves.[3]

Se dice que “el 2 de diciembre del año de 1872, se dio sepultura a los cadáveres de don José Cortés, don Dámaso García, Mariano Martín Cortés y otros tres cuyas personas no se han identificado previo oficio del Juzgado Municipal de este pueblo, dado en este día y de las averiguaciones que he tomado para saber de donde procedían dichos cadáveres, resulta fueron de la partida carlista que se presentó en este pueblo en la mañana del  veintinueve de noviembre pasado mandada por el referido Sr. Cortés y D. Leonardo Garrido natural de Santa Olalla; cuya partida fue alcanzada y batida en el término de este pueblo, al sitio que llaman de las Cárcavas; por la Columna de Tiradores de Caballería de Talavera al mando del capitán de la misma D. Antonio Parés; de cuyo encuentro resultaron muertos los seis referidos. Se les hizo en esta iglesia un entierro por todo el clero de ella, y en el cementerio se les cantó el oficio de sepultura por los mismos.” La partida la firma el cura Manuel Martín Pérez.

En una nota al margen se dice: “A pesar de no haberse identificado las tres personas que dan causa a esta partida se ha averiguado después que uno de ellos era Eleuterio Domínguez, natural de Navahermosa, casado con Gavina Pérez, vecinos de Madrid”.

El Diario oficial de avisos de Madrid del día del suceso 1 de diciembre de 1872 nos aporta el parte oficial. “Con motivo de haberse levantado una partida carlista, capitaneada por Cortés y Garrido, en la provincia de Toledo, salió anteayer de la capital una columna, y ayer el escuadrón de Talavera, al mando de su capitán don José Pares, y ocho guardias civiles, dejando a la infantería, que no podía seguir en su precipitada marcha, avanzaron reventando caballos hasta alcanzar la facción entre Noves y Maqueda, sitio denominado La Silla, dispuesta a resistir en los olivares.

El resultado ha sido dar muerte a siete enemigos, entre ellos dos de los jefes, haciendo 23 prisioneros que se encuentran en la cárcel de Toledo, cogiéndoles 24 armas de fuego, tres blancas, un caballo, 36 duros y un estandarte con varios lemas. Un corto número de ellos se vio huir durante el combate. Por nuestra parte hemos tenido un soldado herido levemente y el caballo de un guardia reventado.”

Tras este contratiempo, el cabecilla Garrido, huido milagrosamente se exilió en Bayona desde donde pedía ayuda para sus compañeros de infortunio, a través de una carta con fecha 9 de diciembre. Solicitaba que se abriera una suscripción popular en "La Esperanza".

“A mis compañeros de infortunio. Leales y desgraciados compañeros: La gratitud, patrimonio exclusivo de corazones nobles, me ha obligado desde el primer momento de nuestra desgracia a dedicaros mis recuerdos y suspiros, ya que otra cosa no me permitía la activa persecución que durante estos últimos días; he venido sufriendo: pero libre ya de las pesquisas de nuestros enemigos, mi primer deber es enviaros mí saludo y un tributo de gracias por vuestra digna conducta durante el corto período de tiempo que juntos hemos militado en el campo del honor.

Reunidos en número insuficiente para realizar la empresa proyectada, todos de común acuerdo, convinimos el variar de plan y aceptar el que las circunstancias nos deparaba. ¿Qué pasó después? Ni aun recordarlo puedo sin que la sangre se me encienda. Una delación infame, albergada en pechos mal nacidos, puso al enemigo en el sitio mismo donde empezábamos a operar, es buena prueba la precipitada marcha que emprende, los caballos reventados que dejó en el camino y la seguridad que tenía, del terreno donde, nos había de encontrar.

Sorprendidos por fuerzas del ejército, bien sabéis que no tuvimos tiempo para otra cosa que para hacer algunos disparos, sin poder ganar la retirada: estábamos completamente cercados por triple número, de fuerza que la nuestra y era imposible la salida, inútil la resistencia. Porque así lo comprendisteis, depusisteis las armas creyendo encontrar en los jefes enemigos la proverbial generosidad del verdadero ejército español. ¡Cruel desengaño!

Seis hermanos nuestros, algunos de ellos dignos y renombrados jefes de la pasada guerra, han sido pasados por las armas sin formación de causa y con quebranto de leyes tan escarnecidas como vociferadas: a todos probablemente os hubiera cabido también igual suerte, a no ser por un noble sargento de la Guardia civil que no sólo se opuso a que continuarán los fusilamientos, sino que fue preciso que se pusiera a vuestro lado para impedir, la horrible carnicería á que estaba dispuesta la tropa mandada por el capitán Pares.

Y ya que del señor Pares me ocupo, debo denunciar ante el partido carlista y la nación entera, el error en que dicho señor incurre al asegurar que había arrebatado de nuestras manos la bandera, digna enseña de nuestro Dios, nuestra Patria y nuestro Rey. Si esa bandera ha sido cogida, lo ha sido como pudiera serlo cualquier otro objeto que acompañara a la partida; pero nunca, como bandera izada, puesto que aún no se había desplegado. Si dicho señor tan falto está de glorias, que necesita suponerlas, de hoy en adelante se le presentarán ocasiones mil en que pueda aspirar a ellas. Para entonces le emplazo.

No obstante de haber gastado toda mi fortuna en preparar elementos para la campaña, estad seguros que como buen hermano compartiré con vosotros cuanto soy y cuánto tenga.

LEONARDO GARRIDO, Bayona 9 de diciembre de 1872.”

En la Torre de Esteban Hambran nos aportan más datos sobre su huida, allí retenido en una posada, aporta un nombre falso y falsas referencias de buena conducta, lo que le permite ganar tiempo y entretener a las autoridades torreñas. Leonardo Garrido, alega que su caballo esta cojo y desea le inspeccione el veterinario. “Personase este, llamado por el hijo del posadero, procede a un minucioso reconocimiento de aquel, y después de darle algún paseo en el portal de la posada, cuyas puertas abiertas tienen su salida a la carretera, manifiesta no hallar lesión alguna en él. D. Leonardo entonces monta en él, y dirigiéndose al veterinario y agentes que le vigilaban: Fíjense bien, les dice, y verán como cojea. Luego que hubo dado algunos pasos, se aproxima a la puerta de salida, le pica espuela, y tomando la dirección de la carretera, sale del pueblo a toda carrera, desapareciendo de la vista de los espectadores. Los cuales admirados de la audacia y destreza, se miran y dicen unos a otros ¡Ya no vuelve! ¡Se escapó! Y en efecto, no volvió. Unos y otros se increpan y recriminan, atribuyéndose mutuamente la torpeza. Pero el que más sintió este inesperado percance fue el tío Pepillo, si bien se consoló con haber quedado el otro detenido y en él poder vengar sus iras.”[4]

La última referencia a su persona encontrada, por el momento, nos lo cita como coronel y lo sitúa en Navarra y el País Vasco donde el movimiento carlista tuvo una gran aceptación. El 11 de noviembre de 1875 “El teniente coronel Leonardo Garrido, jefe del 8° Batallón de Navarra, logra sacar a rastras de la estación de ferrocarril de Pamplona dos magníficas locomotoras que puso luego en camino a Iruzun, sin sufrir ninguna baja. Las dos locomotoras se sacaron del depósito con varias parejas de bueyes, la segunda ya de día y a la vista de gran parte del vecindario, y fueron arrastradas hasta la vía. Entre las personas que contribuyeron a sacar las máquinas merecieron especial mención el inspector de ferrocarriles don Vicente Blázquez quien, ayudado por el fogonero Vicente Gorostieta, dirigió los trabajos de reparación de la vía y colocación en ella de las locomotoras y las condujo hasta que estuvieron fuera del alcance de los cañones de la plaza.”[5]



[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Retazos de nuestra historia -Para conocer un poco más sobre la historia de

Santa Olalla, sus anécdotas y sus personajes-. Libro de las Fiestas de Ntra. Sra. de la Piedad 2022.

(Ayuntamiento de Santa Olalla. Santa Olalla, 2022).

[2] FÉLIX GARCÍA, Roberto y DELGADO AGUDO, Adolfo: La Primera Guerra Carlista en los Partidos Judiciales de Escalona y Torrijos. Castilla la Nueva. 1833-1840. Recopilación Documental. (Lagomar artes gráficas. Torrijos, 2013). Pág. 300.

[3] Archivo Parroquial de Novés: Libro de muertos de la Parroquia de Novés año 1861, Partida Nº 224. Facilitado por Francisco Javier de Fuentes Fernández.

[4] GARCÍA FLORES, Isidoro: Reseña histórica de los orígenes, vicisitudes y estado actual de la villa de Torre de Esteban Hambrán, seguida de las Ordenanzas municipales de la misma, (Imprenta de Valero Díaz. Madrid, 1888). Pág. 228.

[5] PARDO SAN GIL, Juan: El ferrocarril carlista, VI Congreso de historia ferroviaria. (Sociedad de Estudios Vascos. Vitoria, 2012). Pág. 19.

Caricaturas del Carlismo, extraidas de la Revista La Flaca