|
Retrato del relojero Antonio Canseco |
Hace aproximadamente un mes recuperaba un articulo sobre el reloj de Canseco del Ayuntamiento de Domingo Pérez y ahora recuperó otro articulo muy similar sobre el reloj de Santa Olalla, también del mismo relojero.
Cuando se construyó el nuevo edificio del Ayuntamiento de Santa Olalla en 1980, el único elemento que se conservó de las antiguas casas consistoriales fue el histórico reloj de torre que todavía hoy corona su fachada.
Se trata de un reloj del último cuarto del siglo XIX, conocido popularmente en nuestro pueblo como
“El Canseco”, por haber sido elaborado por el relojero Antonio Canseco.
Anteriormente a este reloj hubo otro, también con campana que marcaba las horas, del que tenemos constancia gracias a una reparación del año 1728. En ese año fue reparado por un relojero francés que cobro 300 reales, 2 cargas de leña y la comida de los días que estuvo en nuestro pueblo.
Ya en los años 1854 y 1860, según documentación conservada en el archivo histórico de la Diputación de Toledo, se empiezan a hacer gestiones para la colocación de un reloj en el ayuntamiento. Pero debieron de pasar muchos años hasta que se lograra llevar a cabo la instalación del reloj.
Antonio Canseco Escudero (Rabanal del Camino (León), 1838 - Madrid, 1917) fue un prestigioso relojero que estableció su taller en Madrid y desde allí comercializo con bastante éxito sus relojes por toda España. No se sabe cómo y dónde se formó en el oficio de relojero, pero con veinte años se le sitúa ya en Madrid y para entonces había construido un reloj sin pesas, patentándolo con el nombre de "sistema Canseco". Sus relojes pronto alcanzaron fama y sus relojerías situadas en Madrid en la calle Mayor, Plaza del Ángel o Mesón de Paredes, fueron de gran reputación. Estaba en posesión del "Privilegio de Invención en España y Francia", que es una licencia que le permitía montar el tipo de reloj que él mismo diseñó. Muchos relojes procedentes del taller de Canseco han alcanzado fama, como los emplazados en la Catedral de Madrid, en el Palacio de Oriente, en el Escorial o en el Hospital Gómez Ulla. La tradición relojera iniciada por Antonio Canseco Escudero continuó hasta su nieto Antonio Canseco Cauz.
En 1892, con motivo del Cuarto Centenario del Descubrimiento de América, Canseco, publicó un pequeño libro glosando la gesta. En este libro, Canseco publicó información comercial sobre sus Relojes, incluyendo un inventario de todos los relojes de torre que había instalado hasta la fecha. En este inventario no aparece el reloj de Santa Olalla por lo que podemos conocer que se adquirió después de 1892 y antes de 1917, fecha de su defunción.
El reloj de Santa Olalla cuenta además con una torreta metálica, muy al gusto de la época impuesto por el arquitecto francés Eiffel, que sostiene una campana de aleación y que se remata en una veleta. No sabemos en que momento a esta estructura se la amputo la parte baja para hacerla más corta, pero todos los relojes de este modelo que conocemos tienen las dos pilastras más altas y una celosía entre ellas bajo la campana.
Estas son algunas localidades de nuestro entorno que también tienen un reloj Canseco: Bargas (1891), Domingo Pérez (1891), Escalona (1891), Gamonal (1887), Valmojado (1886) y Ventas de Retamosa (1888).
|
Reloj y espadaña desde la torre de San Pedro |