miércoles, 28 de septiembre de 2022
Val de Santo Domingo, desde la distancia
martes, 27 de septiembre de 2022
Caudilla, desde la distancia
Comparto estas fotografías que he tomado recientemente con
unas vistas del hoy despoblado lugar de Caudilla. Destaca la silueta de los
restos de su castillo, también conocido como castillo de Rivadeneyra construido
a mediados del siglo XV, y su iglesia dedicada a Santa María de los Reyes.
Fue municipio independiente hasta que en 1973 se aprueba su
fusión con el municipio de Val de Santo Domingo, creando el nuevo municipio de
Santo Domingo-Caudilla.
domingo, 25 de septiembre de 2022
Visitas guiadas en Santa Olalla: San Pedro como nunca te lo habían contado
Tras el interés que suscitaron el pasado año las visitas a San Julián, este año cambiamos y os proponemos conocer profundamente la historia, el arte, los personajes y las anécdotas de la iglesia de San Pedro Apóstol de Santa Olalla, en unas visitas guiadas en las que conocerás nuestro monumento “como nunca antes te lo habían contado”. Su historia desde su fundación tras la reconquista, por Alfonso VI en el siglo XI, hasta nuestros días.
El concejal de cultura y patrimonio, Josué López Muñoz, se ha ofrecido a guiar estas visitas, que además tendrán un fin solidario ya que cada participante tendrá que aportar un pequeño donativo de 3 € a beneficio de la Parroquia de Santa Olalla.
Las visitas se harán en grupos limitados los días 7, 8 y 9 de octubre de 2022. Para poder participar es necesario reservar en el Ayuntamiento de Santa Olalla o en el teléfono 925 797 008. Grupos reducidos. De manera opcional, los que lo deseen podrán subir a la torre-campanario para contemplar las vistas de todo el pueblo de Santa Olalla que desde allí se ven.
Horarios de visita:
- Viernes 7 de octubre a las 19:00 h.
- Sábado 8 de octubre a las 12:00 h. y a las 18:00 h.
- Domingo 9 de octubre a las 11:00 h. y a las 17:00 h.
En prensa:
Santa Olalla mostrará la iglesia de San Pedro en visitas guiadas
El patrimonio y la historia que atesora la iglesia de San Pedro de Santa Olalla se divulgará durante unas visitas guiadas que tendrán lugar el próximo fin de semana. Un recorrido por su historia desde sus orígenes en el momento de la reconquista de Santa Olalla en 1083, sus reformas barrocas y su remodelación tras la Guerra Civil. Destacan las pinturas murales gótico-mudéjares del siglo XIV; su coro de carpintería popular; la pequeña imagen de Santa Eulalia, que da nombre al pueblo; y la capilla de la Virgen de la Piedad, donde se venera a la patrona de Santa Olalla, una talla de piedra del siglo XVII con cabeza tallada por Mariano Benlliure. Si el visitante lo desea podrá subir a su torre campanario, una curiosa torre con un primer tramo mudéjar y un segundo tramo y chapitel de 1721 reedificado tras un incendio, desde este lugar se tienen las mejores vistas de todo el pueblo.
Las visitas serán guiadas por el concejal de Cultura y Patrimonio, Josué López Muñoz, que es además correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
jueves, 22 de septiembre de 2022
Quismondo, desde la distancia
miércoles, 21 de septiembre de 2022
El testamento de Álvar Gómez de Castro en el Archivo Histórico Provincial de Toledo (AHPTO)
El Archivo Histórico Provincial de Toledo ha recuperado hoy el testamento de nuestro paisano Álvar Gómez de Castro, se hacía llamar a sí mismo el “eulaliense”, gracias a él tenemos en Santa Olalla ese doble gentilicio de santaolallero y eulaliense.
Un interesante documento que se lleva estudiando más de un siglo desde los primeros estudios de Francisco de Borja San Román, a las contrastadas publicaciones de Carmen Vaquero Serrano, sin duda su biógrafa más destacada. Hoy nos sorprende esta semblanza de la archivera María Eugenia Alguacil.
https://ahpto.wordpress.com/2022/09/21/el-testamento-de-alvar-gomez-de-castro/
Nuestro personaje de hoy, Álvar Gómez de Castro, falleció un 16 de septiembre de 1580, hace 442 años y cinco días exactamente. Poco antes de su fallecimiento otorgó testamento, este texto de su puño y letra ya fue estudiado por Francisco de Borja San Román, nuestro antiguo director, cuyo trabajo nos ha servido de referencia y podéis ver aquí (https://bit.ly/3qLMnau).
Antes de entrar de lleno en el testamento vamos a rastrear brevemente quién era este personaje. Nació en la localidad toledana de Santa Olalla de familia judeoconversa, es posible que fuera hijo del médico Diego Gómez y del médico del primer conde de Orgaz, lo cuál nos sitúa en un entorno familiar culto que favoreció su extensa formación humanística. Fue catedrático de griego en las universidades de San Ildefonso de Alcalá de Henares y de Santa Catalina de Toledo, además de historiador, poeta y principalmente Helenista como le define Carmen Vaquero, investigadora de nuestro Archivo (https://bit.ly/3BrqYIz) y biógrafa de Álvar, gracias a la que conocemos todos estos detalles de su trayectoria vital. Después de distintos avatares y tras varios años en Alcalá, en 1547 se trasladó a Toledo una vez fallecido su hermano Tomás que residía en Roma. Vino llamado por el maestrescuela de la universidad toledana, Juan Vergara y por su amigo Bernardino de Alcaraz. Ocupó una cátedra en esta universidad de la que a su vez fue capellán, así como de la parroquia de San Pedro, de él se conserva un retrato del siglo XVIII en la galería de ilustres de la Biblioteca de Castilla La Mancha, obra de Santiago Palomares. Destacó por escribir multitud de obras y cabe destacar la más importante, la biografía del cardenal Cisneros. Entre las inscripciones más famosas que compuso en la ciudad, están la de la iglesia del monasterio de Santo Domingo el Antiguo, y especialmente la de la iglesia de Santo Tomé en la que se recuerda la vinculación del señor de Orgaz con aquella parroquia, y sobre la cual se habría de situar El entierro del señor de Orgaz, de El Greco.
Leemos que algunos ejemplares fueron destinados al colegio de Santa Catalina, como un “vocabulario” antiguo de Alonso de Palencia, del que dice que es un libro que nunca más se imprimirá, lo que acrecentaba su valor. Al canónigo obrero de la Santa Iglesia catedral, dejó un libro tocante a los arzobispos de Toledo, una historia de San Eugenio y un cuaderno latino de los prelados que se llamaron Sanchos. Se trata en realidad de los manuscritos o borradores de sus libros para que se entreguen a la catedral Primada, de los cuales dice que le han costado muchos dineros y trabajo escribirlos, pero como la iglesia siempre le hizo merced y le dio salario se los dona en agradecimiento.
Para la que denomina librería o biblioteca del Colegio de la Universidad de Santa Catalina destinó cuatro libros de Juan Ramírez, que fue su maestro y catedrático de Retórica en el Colegio de Alcalá. Y asimismo un cuadro con la “Virgen y San José, el niño y Santa Isabel con Juan el Bautista”, destinado a su capilla, que San Román aventura que debía ser de El Greco.
Otros cuatro libros de medicina que fueron de su abuelo y estaban escritos de su mano, irían a parar también a la catedral de Toledo, al igual que una Gramática de Antonio de Nebrija. A su amigo el deán, don Diego de Castilla, le encomienda unos libros de Historia de España para que los examine y considere su utilidad y si lo desea los conserve. A su sobrino Diego de Villodre, le tocarían obras de San Bernardo, libros de Erasmo, de Dioscórides y otros que fueron de su bisabuelo y están glosados, anotados de su mano.
Álvar Gómez de Castro poseía una serie de libros en griego, que denomina “raros”, como los libros de Arquímedes y los de San Cirilo sobre los profetas menores; y otros en latín, como Las Catilinarias o Las Bucólicas de Virgilio. Su voluntad es que estos se vendieran, para lo que deja una memoria antigua con sus valores. Primero se ofrecerían al obrero de la catedral y después al colegio de Santa Catalina y, en última opción, a don Luis Manrique limosnero mayor del rey, a fin de que los adquiriesen.
Y no sólo libros, sino que el patrimonio de Álvar iba más allá. Poseía unos “retratos de piedra”, posiblemente bajorrelieves, del cardenal Cisneros y de Antonio de Nebrija, cuyo autor era maese Felipe, seguramente el borgoñón Felipe de Bigarny, que irían destinados a García de Loaisa y Girón, arcediano de Guadalajara y futuro arzobispo de Toledo. También poseía una pieza arqueológica que denomina “arusa antigua”, que sería un ara de piedra arenisca que le habían traído de Consuegra con esta inscripción: “Minervae augustae mercurius et mulier exvot”. Este ara y un libro estaban destinados al arzobispo de Tarragona.
Dos libros más, los dejaría nuestro protagonista al arquitecto Nicolás de Vergara el Mozo, en este caso libros y objetos que le había regalado su padre, Nicolás de Vergara el Viejo, tiempo atrás. Los libros eran Grapaldus de Partibus Aedium y el otro Pomponio Gaurico, de escultura, junto con una imagen de un Cristo de madera de boj que también le entregó y un retrato del propio Vergara.
Como observamos, muchos de los destinatarios de sus bienes fueron personas ligadas al mundo del arte y de la esfera cultural toledana.
Por último, entre las clausulas finales se dice que tenía en su poder documentos y libros que pertenecían a los archivos de la Santa Iglesia de Toledo, entre ellos un “libro de privilegios que llaman del tombo”, o sea un tumbo (libro copiador recopilatorio de los privilegios, generalmente voluminoso) y del mismo modo algunos papeles y pergaminos que en parte guardaba en su casa en una canasta y parte en un arca. Dispuso que volviesen a la Primada. Según San Román se trataría del Liber primus privilegiorum ecclesiam toletanam, que se conserva hoy en el Archivo Histórico Nacional. Todo este material que tendría en su poder sería para la redacción de sus trabajos sobre las vidas de los arzobispos toledanos. Podemos con esto imaginar el movimiento, el ir y venir de los documentos que eran sacados de los archivos e iban de mano en mano, como en este caso, era habitual que se prestasen y trasladasen. Álvar, tuvo la firme voluntad de devolverlos y no se olvidó de ello hasta el punto de reflejarlo en su testamento.
lunes, 19 de septiembre de 2022
Tallar a los Quintos - Báscula y tallímetro de Santa Olalla
En la Colección etnográfica de Santa
Olalla que se expone en su Casa de Cultura, se conserva la última báscula y tallímetro
que usó el Ayuntamiento de Santa Olalla para tallar a los quintos. Aquellos
hombres que debían hacer el Servicio Militar Obligatorio, la Mili, para
incorporarse temporalmente al ejército como soldados de reemplazo.
Durante siglos y hasta el último sorteo, llevado
a cabo en el año 2000, los quitos, jóvenes que cumplían su mayoría de edad,
previamente a su incorporación debían tallarse, algo que solía hacerse en el Ayuntamiento.
Se les pesaba, se medía su altura, se medía
su pecho y se realizaba un pequeño reconocimiento médico. Era el momento
también de alegar alguna circunstancia que podía eximir del servicio militar,
las más comunes, ser hijo de viuda pobre, corto de vista, pies planos o tener
un hermano haciendo la mili.
Estos momentos, de tallarse y el sorteo, eran
momentos de juerga y diversión para los quintos.
En el año 2022 se restauró y se incorporó
este elemento a la colección, para conservar el recuerdo de aquellos años de
mili y de quintos santaolalleros.