No se conserva ningún documento que nos fije con exactitud
el origen de la venerada imagen de la Virgen de la Piedad, patrona de Santa
Olalla. Desconocemos por tanto la fecha exacta en que fue tallada, el escultor
que la hizo y quién o quiénes realizaron tan importante encargo.
El tema iconográfico de La Piedad en el arte no empezó a representarse
como tal hasta el siglo XIII y se hizo muy popular durante el Renacimiento.
Esta representación trata de recoger el momento en el que el cadáver de
Jesucristo ha sido bajado de la Cruz y puesto en los brazos de su madre la
Virgen María.
Indudablemente, la representación más famosa de la Piedad es
la Pietà que Miguel Ángel elaboró para la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Miguel Ángel la esculpió en mármol blanco de Carrara entre 1498 y 1499, estableció un modelo de composición
triangular que ha caracterizado y se ha repetido en la representación de otras
obras de la Piedad. El arquitecto y escritor del siglo XVI Giorgio Vasari dijo
de la Piedad de Miguel Ángel “es una obra
a la que ningún artífice excelente podrá añadir nada en dibujo, ni en gracia,
ni, por mucho que se fatigue, en poder de finura, tersura y cincelado del
mármol”.
La imagen de la Virgen de la Piedad de Santa Olalla se
inspira en el modelo triangular renacentista marcado por Miguel Ángel. Para
describir la imagen usamos las palabras del historiador José Luis Ruz Márquez: "de mediana estatura sentada y con la
imagen de Cristo en los brazos, recordando en su actitud a la Virgen de las
Angustias"[1].
Efectivamente la pequeña imagen de la Virgen aparece sentada en una zona rocosa
sosteniendo el cuerpo cadavérico de su hijo. La imagen del Cristo es de enorme
patetismo frente a la serenidad, delicadeza, belleza y juventud de la Virgen.
Los ropajes de María son una túnica rosada, una toca blanca y sobre todo esto
un manto azul decorado con cenefas y estrellas de pan de oro.
La imagen de la Virgen está esculpida en piedra y
posteriormente policromada. Se trata de un tipo de piedra caliza que
tradicionalmente se ha denominado piedra dulce, dada su facilidad para ser tallada.
La imagen de la Virgen debió esculpirse a finales del siglo
XVI o principios del siglo XVII. Y es ciertamente peculiar dada la escasez de
imágenes devocionales de piedra en el interior de las parroquias de la
provincia de Toledo.
Es
un error fechar el inicio de la devoción a la Virgen de la Piedad en Santa
Olalla en el año 1553, como se ha venido haciendo hasta hace algunos años,
basándose en un voto que la villa de Santa Olalla hace el 26 de diciembre de
1553. Se trata de un voto para guardar la fiesta de su patrona, la mártir Santa
Eulalia, con reparto en este día de limosnas a los pobres de la villa. En
algunas partes de este documento aparece sólo “voto a la Patrona” y alguien lo adjudicó a la Virgen de la Piedad,
un error que se ha arrastrado en sucesivas ocasiones.[2]
En
la presentación del libro en una novena de la Virgen dije: “Esta leyenda tiene tantas versiones como familias, tantas versiones
como abuelos la han contado. Pero de toda la historia, realidad o ficción,
debemos quedarnos con su moraleja: la Virgen de la Piedad quiso quedarse junto
a los santaolalleros y nosotros hemos sabido desde hace siglos acogerla como
madre”.
La
tradición oral nos cuenta como la llegada de la imagen de la Virgen de la
Piedad a Santa Olalla se produjo de una manera peculiar y envuelta en leyenda.
Según la tradición el destino de esta maravillosa talla de piedra del siglo
XVII no era nuestro pueblo, pero al pasar por aquí procedente de Andalucía y
portada en una carreta tirada por bueyes, aquellos animales no quisieron
continuar el camino, negándose a andar pese a la evidente insistencia de los
arrieros que los guiaban, por lo que los vecinos de Santa Olalla pensaron que
la Virgen de la Piedad se quería quedar aquí.
Y
así envuelta en ese halo de misterio y leyenda la Virgen de la Piedad se quedó
para siempre en nuestro pueblo. Y desde esa fecha se hizo voto solemne de
celebrar su fiesta.
Unos
sencillos versos nos resumen el contenido de la leyenda:
La Virgen de la Piedad
a Santa Olalla llegó un
día,
la trajo un arrierito de
Andalucía.
La
portada del libro recogía una pintura de 2018 realizada por el pintor y copista
Rafael Ramos, probablemente la primera y única representación pictórica de la
leyenda. La composición adaptaba el cuadro “Los arrieros” de Ginés Andrés de
Aguirre conservado en el Museo del Prado de Madrid.
Esta
historia legendaria tiene para Santa Olalla un gran valor antropológico, digno
de estudio dada la continuidad en la transmisión oral de esta historia. Siglos
atrás, las gentes siempre tendían a dar alguna explicación a los hechos cuyo
origen se desconocía. Y ante la imposibilidad de aportar datos ciertos o
simplemente lógicos, como que la imagen fue encargada para devoción de la
Parroquia de Santa Olalla, recurrían al misterio y a la leyenda.
[1] RUZ
MÁRQUEZ, José Luis: La villa de Santa
Olalla en el siglo XVIII, (Ayuntamiento de Santa Olalla. Santa Olalla,
1982). Pág. 23.
[2] Archivo Municipal de Santa Olalla: Voto de la villa de Santa Olalla a su
patrona Santa Eulalia. AMSO/106/15 (23 de diciembre de 1556).
[3] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Mitos y leyendas. Barbacana nº 2.
(Fundación Condes de Orgaz en Santa Olalla. Santa Olalla, marzo de 2002).
[4] LÓPEZ
MUÑOZ, Josué: Retazos de nuestra
historia - Para conocer un poco más sobre la historia de Santa Olalla, sus
anécdotas y sus personajes-. Libro de las Fiestas Ntra. Sra. de la Piedad
2019. (Ayuntamiento de Santa Olalla. Santa Olalla, 2019).