domingo, 25 de diciembre de 2022

Feliz Navidad

Con el más popular de los villancicos que tradicionalmente se ha cantado en las Navidades de Santa Olalla y su comarca, quiero desearos a todos una muy,

Feliz Navidad y póspero 2023


Ande, ande, ande la marimorena,

ande, ande, ande que es la Nochebuena.

En Santa Olalla también se canta el más famoso y popular de los villancicos: «La Marimorena».

El origen de este estribillo no está del todo claro, pero se especula con una primera versión nacida en 1702. Una ceremonia religiosa en el convento de San Francisco en Madrid fue entorpecida por zambombas y tambores, vítores y panderetas provenientes de la taberna Cava Baja, se supone que entre el grupo de alborotadores se encontraba María Morena. Aunque hay quien dice que la Marimorena de la canción hace referencia a la Virgen María (Virgen Morena).

Sea como sea, la expresión «armar la Marimorena» sí parece haber surgido de ese acontecimiento y por este villancico.

 

En el portal de Belén hay estrellas, sol y luna

la Virgen y San José, y el Niño que está en la cuna.

Pero además de las estrofas conocidas por todos como esta que antecede, en Santa Olalla y comarca cantamos otras "estrofas propias":

 

Nochebuena, Nochebuena, cuanto tardas en venir

para ver a los borrachos de la taberna salir,

sale uno, salen dos, salen tres y salen cuatro,

pero no sale [nombre] que es el rey de los borrachos.

 

En el pilón de mi pueblo echan nueces y salen juncos,

y en el culo de mi suegra cantan los abejarucos.

 

Al entrar a Santa Olalla lo primero que se ve,

son  las ventanas abiertas y las camas sin hacer.

 

Muchachas de Santa Olalla, tienen bragas de hojalata,

pero no saben sus padres que tenemos abrelatas.

 

Esta noche es Nochebuena y no es noche de dormir,

que esta la Virgen de parto y a las doce a de parir.

A de parir un niñito blanco, rubio y colorado,

y ha de ser un pastorcillo para cuidar su ganado.

 

A la noche cuando venga les pondremos un guisado,

de gallinas y pichones y la pechuga de un pavo.

 

En el portal de Belén hay una piedra redonda,

donde puso Dios el pie para subir a la gloria.

 

Los pastores que supieron que el niño quería leche,

hubo un pastor que ordeño las cabras cincuenta veces.

 

Además estas estrofas se las escuche cantar a los más mayores con un ritmo diferente al de la Marimorena, más lento y alargando algunas palabras, por ejemplo:

A la noche cuando vengan [a, a, an]

les pondremos un guisado [o, o],

de gallinas y pichones [e, es]

y la pechuga de un pavo [o, o],

¡ay! ¡ay! ¡ay! y la pechuga de un pavo [o, o].

sábado, 24 de diciembre de 2022

La felicitación maquedana de Salvador Ruiz de Luna

 


Pocos conocen que Salvador Ruiz de Luna Arroyo (Talavera de la Reina, 18 de marzo de 1908 - Madrid, 5 de agosto de 1978), el hijo músico y compositor del famoso ceramista Juan Ruiz de Luna Rojas, tuvo casa en el pueblo de Maqueda.

Una pequeña vivienda, en la zona alta y con grandes vistas, donde el compositor estableció su estudio, buscó su inspiración y que compartió con su mujer la cantante Luisa de Córdoba.

De aquellos años, he encontrado esta postal de 1972 que debió encargar el matrimonio y usó como felicitación navideña. Impresa sobre un brillante color dorado que lleva grabada en negro una vista idealizada de Maqueda, sobre la que se marcan los principales monumentos de la villa. El castillo, la torre de la Vela, la iglesia de Ntra. Sra. de los Alcázares, los arcos de la albacara, la picota pública y la espadaña del convento. Y también curiosamente señala el estudio de Salvador Ruiz de Luna y el Mirador de Luisa de Córdoba.

martes, 13 de diciembre de 2022

Presentada para el Museo de Santa Olalla la Colección González-Castrejón

Emoción y agradecimiento fueron las emociones predominantes durante la Jornada de Historia y Patrimonio de Santa Olalla y su Tierra de este año 2022, especialmente durante la presentación de la Colección González-Castrejón.

Una nueva aportación patrimonial ha llegado a nuestra Casa de Cultura, integrándose de pleno en los fondos del Museo de Santa Olalla. Se trata de la Colección González-Castrejón que ha quedado expuesta al público en dos nuevas vitrinas de gran tamaño.

Toda una vida de coleccionismo la de Luis González Contonente y su mujer Isabel Castrejón García, fallecida en 2021, que ahora ha quedado legada al Ayuntamiento y por ende a todos los santaolalleros, para su estudio, disfrute y para el mejor conocimiento de nuestra historia. El alcalde Pedro Congosto agradecía a Luis y a toda su familia tan importante donación, acompañado por la concejala Eva Rodríguez y por el concejal de cultura y patrimonio Josué López Muñoz que presentó y habló de muchas de las piezas expuestas, de su antigüedad, de sus usos primitivos y de sus curiosidades, destacando la excepcionalidad de la colección ya de titularidad municipal. Luis González, visiblemente emocionado, contaba parte del largo camino que queda detrás de esta colección y quedaba muy satisfecho con el resultado del montaje expositivo permanente.

lunes, 12 de diciembre de 2022

El Fuero de Santa Olalla de 1124

Pergamino original con el Fuero de Santa Olalla de 1124
Archivo Municipal de Santa Olalla (AMSO)

Recientemente he tenido la oportunidad de presentar la conferencia «Los Fueros de Santa Olalla» a cargo del historiador don Adolfo Delgado Agudo, dentro de la VII Jornada de Historia y Patrimonio de Santa Olalla y su Tierra.

En esta conferencia se repasaron los distintos fueros medievales que se conservan en el Archivo Municipal de Santa Olalla, documentos que ha transcrito y estudiado minuciosamente Adolfo Delgado.

Entre los asistentes se repartió una edición facsímil del más antiguo de todos, el Fuero que Alfonso VII concedió a Santa Olalla en 1124. Comparto el enlace a esta edición facsímil del fuero y su traducción y transcripción, una edición en la que he tenido la suerte de colaborar.

[Enlace a la edición facsímil del Fuero]

Reverso del pergamino del Fuero de Santa Olalla de 1124
Archivo Municipal de Santa Olalla (AMSO)


Intervención durante la conferencia en el Ayuntamiento de Santa Olalla

lunes, 21 de noviembre de 2022

Petra Corral, la Doncella de Alcabón

 

Petra Corral por Guerrero Malagón

Petra Corral, conocida como la Doncella de Alcabón, fue una joven soltera, nacida en Alcabón en 1786. Vivía con sus padres en su localidad natal, su padre era un humilde labrador llamado Manuel Corral y su madre se llamaba Manuela Rodríguez Arevalillo.

Dentro de la Guerra de la Independencia contra los franceses, el 26 de julio de 1809 se produce una batalla entre Santa Olalla y Alcabón, prolegómeno de la famosa Batalla de Talavera.[1] La villa de Alcabón quedó desamparada, las huestes del general Lapisse que tenían su campamento en Santa Olalla, saquearon Alcabón y cometieron toda clase de tropelías. La mayor parte de su población huyó a otros pueblos cercanos, al campo o a las labranzas de la zona, ese fue el caso de la familia de Petra Corral que se refugió en la labranza de Villaseca, en el término municipal de Maqueda.

Pero los hombres de Lapisse ya sabían de la belleza de la joven alcabonera de veintitrés años, la memoria colectiva local recuerda que “era tan hermosa como un sol y más rubia que unas candelas” y muchos de los soldados franceses hablaban de ella como de un trofeo más de la guerra.[2]

Tras la derrota de Talavera, el rey José Bonaparte se retira con su guardia y con el cuarto cuerpo de su ejército a Santa Olalla en la tarde del 28 de julio y allí estuvo también todo el día 29 de julio. Fue en ese día, cuando unos pérfidos soldados franceses localizaron a Petra Corral en la labranza en la que se refugiaba, la instigaron para que accediera a sus deseos e intentaron forzarla vilmente. Petra no accedió a sus intenciones sexuales, se defendió, intentando salvar su vida y su castidad, pero finalmente murió como mártir, acribillada a balazos a la puerta del caserío el 29 de julio de 1809, siendo considerada por sus vecinos mártir y virgen. La fama de su virtud se extendió rápidamente por toda la comarca y pronto la apodaron como “La Doncella de Alcabón”.

Fusilamiento de Petra Corral por Jose Aguado

Pero las circunstancias no permitieron que su cuerpo fuera enterrado hasta el 1 de agosto, lo hizo su propio padre, junto a un vecino, en las inmediaciones de la labranza de Villaseca y cuentan que colocó en sus manos una azucena blanca.

La historia de Petra Corral quedó cubierta por la leyenda; la tradición oral más difundida recuerda que cada año, justo en el espacio de tierra donde se encontraba enterrado su cuerpo, brotaban azucenas blancas, sin que nadie las plantara, sin riegos y aun cortándolas. Los vecinos fueron testigos de este extraño suceso, que la comunidad religiosa llegó a considerar como un auténtico milagro.

El 16 de noviembre de 1814, terminada ya la Guerra de la Independencia, a propuesta del párroco de Alcabón don Cipriano Sánchez Roldán con el beneplácito de sus padres, los restos de Petra Corral fueron exhumados, trasladados hasta Alcabón y enterrados en el presbiterio de su iglesia.

Lápida de Petra Corral en la iglesia de Alcabón

Posteriormente, ya en el siglo XX fueron trasladados a una capilla lateral, conservándose la placa funeraria original de cerámica cuyo epitafio dice: “Aquí yacen los huesos de Petra Corral, que en defensa de su castidad, entregó su espíritu en manos de su criador, martirizada por los pérfidos franceses, en 29 de julio de 1809”.

No se conservan retratos suyos, pero en el siglo XX se hicieron varias representaciones alegóricas, como un dibujo para una estampa pintado por el ceramista toledano José Aguado Villalba (Toledo, 1919 – Ídem, 2007); una representación de su martirio a manos de los franceses, del mismo pintor, que debe ser boceto de un grupo de cerámicas con representaciones Petra Corral que están en manos privadas; o un magnifico cuadro que se conserva en la iglesia de Alcabón de Mariano Cecilio Guerrero Malagón (Urda, 1909 – Toledo, 1996).



[1] VV.AA.: La Comarca de Torrijos durante del Guerra de la Independencia. (Instituto de Estudios Comarcales Señoríos de Entre-Ríos. Torrijos, 2009). Págs. 141-143 y 393-397.

[2] MADOZ IBAÑEZ, Pascual: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. (Madrid, 1845). Tomo 1. Pág. 351.

Estampa de Petra Corral por José Aguado

Estampa de Petra Corral - oración

Calle de Petra Corral en el pueblo de Alcabón

sábado, 12 de noviembre de 2022

Santa Olalla en la Descripción General de España de Francisco Verdejo Páez

Francisco Verdejo Páez es, un tan prestigioso como olvidado, matemático, geógrafo y astrónomo español, madrileño para más señas, del siglo XIX.[1]

Hijo del también matemático Francisco Verdejo González. De ideología afrancesada y anticlerical, fue profesor de aritmética, álgebra y geometría en el Real Colegio de Lavapiés de Madrid, catedrático de matemáticas en los Reales Estudios de San Isidro, catedrático de Geografía del Instituto de Noviciado en Madrid, profesor del Seminario de Nobles y catedrático de Geografía de la Universidad Central.

Entre sus obras, reeditadas a lo largo de todo el siglo XIX, destacan Tratado de Agrimensura (1814) y Principios de geografía astronómica, física y política de la Edad Media y Moderna (1818).

 Entre sus obras de geografía destacamos la que nos ha traído hasta aquí: Descripción general de España, impresa en Madrid en 1827. Pues en la descripción que da de gran cantidad de localidades españolas hace referencia al pueblo de Santa Olalla. Transcribimos la cita:

“Más al oeste está el desagüe del rio Alberche, que deja a sus márgenes varios pueblos considerables, como son: Mentrida, villa rodeada de viñedo y olivos, con mucha fruta, ricos garbanzos, y montes, en que se cría mucho ganado de cerda. Escalona, con vega, que da los frutos de la anterior, en situación elevada, con un puente sobre el Alberche, un buen palacio con bello jardín, y restos de murallas antiguas; y en fin, Santa Olalla, también con restos de sus antiguas fortificaciones, y rodeada de extensos olivares. Poco más debajo de la confluencia del Tajo y el Alberche esta Talavera de la Reina, villa grande y muy linda […]”.[2]

Y como historiador de ámbito local, destaco esta otra cita con la que arranca el prólogo de esta misma obra: “Uno de los conocimientos más indispensables al hombre es el del país que le vio nacer y de la sociedad que rodeándole inmediatamente le ofrece por todas partes objetos de parentesco, de amistad y de ternura. En vano se buscaría un estudio ni más necesario ni más general. El labrador, el artesano, el propietario, el militar, el jurisconsulto, el médico, todas las clases del estado en fin tienen un grande interés en conocer su patria y saber los recursos que presenta para la agricultura, industria y comercio, fuentes de la riqueza y felicidad pública.”



[1] DÍE FAGOAGA, Gonzalo: Francisco Verdejo, un matemático olvidado, (Bubok. Madrid, 2010).

[2] VERDEJO PÁEZ, Francisco: Descripción general de España e islas dependientes de ella, (Imprenta de Repullés. Madrid, 1827). Tomo I. Pág. 163.



domingo, 6 de noviembre de 2022

Una santaolallera Marquesa de Montemayor, Leonor de Mendoza y Barroso

 

Palacio de los Marqueses de Montemayor en Villaseca de la Sagra

Continuando con el estudio de algunos matrimonios nobiliarios de los hijos de los Condes de Orgaz nacidos en Santa Olalla llegamos a la figura de Leonor de Mendoza y Barroso (Santa Olalla, 1591).

Leonor de Mendoza y Barroso, nació en Santa Olalla y fue bautizada en la iglesia de San Julián el 12 de mayo de 1591.[1] Era hija del malogrado Esteban de Mendoza y Mendoza (gentilhombre de la cámara del rey Felipe III e hijo primogénito de los Condes de Orgaz a quienes no pudo heredar dado su temprano fallecimiento) y de María Ribera de Figueroa y Barroso, hija de Pedro Barroso de Ribera y Figueroa, primer marqués de Malpica.

Por lo tanto entre sus parientes nobles más cercanos, su abuelo y su hermano ocuparon el título de Conde de Orgaz y por línea materna fue nieta del marques de Malpica. Su hermana Mariana de Mendoza y Barroso era Condesa de Villaumbrosa y además su tía Mariana de Guzmán era Condesa de los Arcos.

Se casó con Juan Luis Silva y Acuña cuarto marques de Montemayor. El marquesado de Montemayor se extiende por la provincia de Salamanca, pero tuvo propiedades en la comarca de la Sagra, teniendo su palacio y residencia en Villaseca de la Sagra. Era hijo de Juan de Silva y Rivera a quien algunas teorías identifican con el caballero de la mano en el pecho pintado por El Greco. Como Notario Mayor de Toledo, consideran la mano en el pecho como un supuesto acto de fe notarial.

Caballero de la mano en el pecho
El Greco, hacia 1580
Museo del Prado - Madrid

De este matrimonio nacieron seis hijos: Pedro Silva y Mendoza (? – Madrid, 1648), ejecutado por traición a Felipe IV al verse implicado en las revueltas de Cataluña y Portugal; Lope Silva y Mendoza; Juana Silva y Mendoza; la religiosa María Silva y Mendoza; Teresa Silva y Mendoza, casada con el II conde de Cantillana, Juan Luis Antonio Vicentelo de Leca y Toledo; y su heredero Juan Francisco Silva y Mendoza (1616 - Villaseca de la Sagra, 1685), casado en 1639 con la I marquesa del Águila, María Vicentelo y Velasco.



[1] ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTA OLALLA: Libro 1º de bautismos de la Parroquia de San Julián, 1/APSO; (de 1550 a 1599).

Porcón de alegaciones relativo al Marques de Montemayor


martes, 25 de octubre de 2022

Una santaolallera primera Condesa de Villaumbrosa, Mariana de Mendoza y Barroso

 

Los Condes de Orgaz se esforzaron por casar “bien” a sus hijos con otros miembros de la incipiente nobleza española. Entre estos personajes ilustres de Santa Olalla, famosos por su matrimonio, destaca la figura de Mariana de Mendoza (Santa Olalla, 1596 – Toledo, 1631).

Mariana de Mendoza y Barroso, nació en Santa Olalla y fue bautizada en la iglesia de San Julián el 13 de agosto de 1596.[1] Era hija del malogrado Esteban de Mendoza y Mendoza (gentilhombre de la cámara del rey Felipe III e hijo primogénito de los Condes de Orgaz a quienes no pudo heredar dado su temprano fallecimiento) y de María Ribera de Figueroa y Barroso, hija de Pedro Barroso de Ribera y Figueroa, primer marqués de Malpica.

Por lo tanto entre sus parientes nobles más cercanos, su abuelo y su hermano ocuparon el título de Conde de Orgaz y por línea materna fue nieta del marques de Malpica. Además su tía Mariana de Guzmán estaba casada con Pedro Laso de la Vega, Conde de los Arcos, de quien también era sobrino su futuro marido.

Se casó con Pedro Niño de Ribera Conchillos y Guevara Silva y Fajardo, caballero de la Orden de Alcántara y señor de Villaumbrosa, primer conde de Villaumbrosa por concesión de Felipe IV el 29 de julio de 1625. La localidad de Villaumbrosa es actualmente un despoblado.

La condesa murió con 35 años en Toledo el 18 de julio de 1631, el concejo de Santa Olalla envió una carta de condolencia.[2] Pocos años más tarde moriría su marido en 1639.

Tuvo cuatro hijos: Juan Conchillos Niño, Garci Niño Conchillos de Ribera (1617-1644) II conde de Villaumbrosa, Rodrigo Conchillos Niño y Mariana Conchillos Niño, monja dominica en el convento de Madre de Dios de Toledo.


[1] ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTA OLALLA: Libro 1º de bautismos de la Parroquia de San Julián, 1/APSO; (de 1550 a 1599).

[2] Archivo Histórico Municipal Santa Olalla: Libro de Acuerdos del Ayuntamiento de Santa Olalla

(1626-1697). AMSO/1.

Portada de un libro dedicado al Conde de Villaumbrosa


domingo, 23 de octubre de 2022

El Castillo de Maqueda, desde la distancia


Desde esta vista en el campo, el conjunto del pueblo de Maqueda queda cubierto en su totalidad por la imponente figura de su castillo.
El Castillo de Maqueda, levantado sobre las bases de la precedente fortaleza árabe, nunca fue terminado de construir en su interior. En el siglo XV fue reconstruido y ampliado por don Gutierre de Cárdenas. Isabel la Católica se alojó en alguna ocasión en este Castillo de Maqueda, acompañada por su amiga Beatriz de Bobadilla, hija del alcaide del castillo.









 

martes, 11 de octubre de 2022

Un alfarero en Santa Olalla: Gregorio Sánchez Rodríguez


Tenemos documentada la presencia de un alfarero en Santa Olalla, que durante los trece años de producción que tuvo en nuestro pueblo surtió de cacharros de barro para uso doméstico a la mayoría de las casas santaolalleras, muchas de las piezas antiguas que todavía se conservan, ya como reliquia, fueron salidas de su alfar y horno. Se trata de Gregorio Sánchez Rodríguez (Talavera de la Reina, 24 de diciembre de 1897).[1]

Desde muy joven comienza a trabajar en los alfares talaveranos de  “El Carmen” en la época de Emilio Niveiro y Gil de Rozas, y posteriormente en la fábrica “Juan Ruiz de Luna” en el tiempo de la sociedad de Ruiz de Luna con Guijo y Cía.

Muy pronto dominó el oficio y en Calera y Chozas estuvo ayudando a un alfarero que enfermó. Trabajo como alfarero en La Iglesuela y Los Navalmorales. En Alcaudete de la Jara, siendo todavía soltero, se establece por su cuenta.

Se casó con Rufina Corrales Gracia nacida, como él, en Talavera de la Reina en 1900. Tuvieron a su primera hija. En 1923 llegó a Santa Olalla, donde se estableció en una vivienda de la calle Alcolea, y allí tendría ocho hijos más.

En los diversos anuarios de industriales aparece alternativamente como cacharrero y como alfarero.

Su alfar estaba situado en el barrio de las Charcas, la tierra la cogía del camino Carriches, quitaban la de tierra de labor y bajaban después unos 50 centímetros. Usaban la misma tierra para los cacharros de agua y para los de fuego. La tierra la dejaba secar en una era y deshacían los terrones con un porrillo; hacían la mezcla con agua en un pilón, se batía con una pala de madera y se pasaba a dos pilas donde se dejaba solar. El barro solado lo pasaban al obrador donde se pisaba y recogía en un rincón, tapándolo con arpilleras.

El horno era abierto y algo enterrado, en la misma línea de todos los de la provincia. En la rueda trabajaba solo él, pero en el resto de tareas contó con la ayuda de su cuñado Alfonso Gil. Algunas vasijas se vidriaban, cociéndolas dos veces, la segunda después de aplicado el esmalte.

Elaboró cantaros de tres capacidades, también traía cantaros de la Puebla de Montalbán para vender, botijos, huchas, comederos, bebederos, nidos para las palomas o zambombas. Y vidriados solían hacer los pucheros, cazuelas, ollas y orzas.

Cántaro de Santa Olalla
Catalogado por Juan Manuel Pradillo
y que pertenecio a su colección

Vendían a los santaolalleros y también a otros cacharreros que distribuían su producción por pueblos como Torrijos, Noves o Escalonilla.

Fue músico por afición y tocó en la banda de Santa Olalla.

En julio de 1936 cuando las tropas de Franco avanzaban por la carretera de Extremadura hacia Santa Olalla, Gregorio y su familia se refugian en Madrid. Terminada la guerra no regresarían a Santa Olalla y se estableció en Los Navalucillos. Uno de sus hijos Gregorio Sánchez Corrales (1929) se mantuvo en el negocio de cacharrero-alfarero, así como dos de sus nietos José Luis Sánchez Corrales (1954) y Justino Sánchez López (1956).[2]



[1] PRADILLO MORENO DE LA SANTA, Juan Manuel: Alfareros toledanos, (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Toledo, 1997).

[2] OCAÑA RODRÍGUEZ, Estrella; RAMÍREZ MARTÍN, Rosario, RODRÍGUEZ GUERRA, María del Carmen; y VILLEGAS ZAPARDIEL, Damián: Alfarería Popular de la Provincia de Toledo – Colección del Museo de Santa Cruz, (Asociación Amigos del Museo de Cerámica Ruiz de Luna. Talavera de la Reina, 2005). Pág. 9.

Cántaro de Santa Olalla
Imágen tomada del libro de Juan Manuel Pradillo