Francisco Verdejo Páez es, un tan prestigioso
como olvidado, matemático, geógrafo y astrónomo español, madrileño para más
señas, del siglo XIX.[1]
Hijo del también matemático Francisco Verdejo
González. De ideología afrancesada y anticlerical, fue profesor de aritmética,
álgebra y geometría en el Real Colegio de Lavapiés de Madrid, catedrático de
matemáticas en los Reales Estudios de San Isidro, catedrático de Geografía del
Instituto de Noviciado en Madrid, profesor del Seminario de Nobles y catedrático
de Geografía de la Universidad Central.
Entre sus obras, reeditadas a lo largo de
todo el siglo XIX, destacan Tratado de Agrimensura (1814) y Principios de
geografía astronómica, física y política de la Edad Media y Moderna (1818).
Entre
sus obras de geografía destacamos la que nos ha traído hasta aquí: Descripción
general de España, impresa en Madrid en 1827. Pues en la descripción que da de
gran cantidad de localidades españolas hace referencia al pueblo de Santa
Olalla. Transcribimos la cita:
“Más al
oeste está el desagüe del rio Alberche, que deja a sus márgenes varios pueblos
considerables, como son: Mentrida, villa rodeada de viñedo y olivos, con mucha
fruta, ricos garbanzos, y montes, en que se cría mucho ganado de cerda. Escalona,
con vega, que da los frutos de la anterior, en situación elevada, con un puente
sobre el Alberche, un buen palacio con bello jardín, y restos de murallas
antiguas; y en fin, Santa Olalla,
también con restos de sus antiguas fortificaciones, y rodeada de extensos
olivares. Poco más debajo de la confluencia del Tajo y el Alberche esta
Talavera de la Reina, villa grande y muy linda […]”.[2]
Y como historiador de ámbito local, destaco
esta otra cita con la que arranca el prólogo de esta misma obra: “Uno de los conocimientos más indispensables
al hombre es el del país que le vio nacer y de la sociedad que rodeándole inmediatamente
le ofrece por todas partes objetos de parentesco, de amistad y de ternura. En
vano se buscaría un estudio ni más necesario ni más general. El labrador, el
artesano, el propietario, el militar, el jurisconsulto, el médico, todas las
clases del estado en fin tienen un grande interés en conocer su patria y saber
los recursos que presenta para la agricultura, industria y comercio, fuentes de
la riqueza y felicidad pública.”
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