domingo, 19 de noviembre de 2017

El ahogado, un cuadro exvoto del siglo XVIII a la Virgen de la Piedad de Santa Olalla

Fue habitual durante los siglos XVII y XVIII ofrecer en agradecimiento a las imágenes sagradas de gran devoción ofrendas y exvotos. El “Inventario de Alhajas de la iglesia de San Pedro”[1] elaborado el 20 de noviembre de 1776 por el párroco Joseph Gutiérrez Olea, nos dice que la Virgen de la Piedad, patrona de Santa Olalla, tenía ocho cornucopias medianas, ocho cuadros relicarios y tres cuadros de María Santísima en la Sacristía. Desgraciadamente de todo este listado sólo nos ha llegado un “cuadro exvoto” que se conserva en la sacristía.
Se trata de un curioso lienzo que regaló, a modo de ofrenda, un devoto de la Virgen de la Piedad que se encomendó a ella cuando estuvo a punto de ahogarse en el arroyo junto a un molino. Representa precisamente ese momento del ahogo en el arroyo, el hombre ahogándose, intentando nadar y encomendándose a la Virgen logra llegar a la orilla. En la orilla aparece de nuevo retratado de rodillas rezando a la Virgen de la Piedad, que aparece representada  sobre su trono en el cielo, entre las nubes. El fondo del cuadro lo componen un paisaje y la casa del molino hidráulico con la rueda o turbina dentro de las aguas. En primer plano, en una hermosa cartela, encontramos el anagrama “Exvoto”.
Se desconoce la fecha del suceso, pero para que quedara memoria de lo sucedido, el ahogado de quien también desconocemos su identidad encargó este cuadro que ofreció a la Virgen de la Piedad.[2] Suponemos que este suceso milagroso del ahogo aconteció en Santa Olalla en el Arroyo Grande del Molinillo, o Arroyo Grande de Maqueda, ya que allí existía un molino harinero tal y como recoge el catastro de Ensenada el 30 de septiembre de 1751: “Así mismo hay en este término un molino de pan sobre el arroyo que llaman de Maqueda el cual solo muele en el invierno durante las aguas que un año con otro serán 5 meses y es propio del dicho convento de Agustinos Recoletos de Maqueda, cuyo producto anual regulan en 1350 reales”.[3]
Según la inscripción que encontramos en el reverso de la tela, este cuadro fue restaurado en 1943 por el pintor local Fabriciano Gómez.




[1] Archivo Parroquial de Santa Olalla: Inventario de Alhajas de San Pedro. 67/SP. (1776).
[2] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Retazos de nuestra historia -Para conocer un poco más sobre la historia de Santa Olalla, sus anécdotas y sus personajes-. Libro de las Fiestas de Ntra. Sra. de la Piedad 2017. (Ayuntamiento de Santa Olalla. Santa Olalla, 2017).
[3] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Santa Olalla en… Relaciones geográficas y libros de viajes, del siglo XVI al XIX. (Santa Olalla, 2017). Pág. 47.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Quinto Centenario de la muerte de Cisneros

Relieve del Cardenal Cisneros
que perteneció a Alvar Gómez de Castro
Hoy se celebra el quinto centenario de la muerte de Francisco Jiménez de Cisneros (Torrelaguna, 1436 – Roa, 1517), más conocido como el cardenal Cisneros. Perteneciente a la Orden Franciscana, fue confesor de Isabel la Católica, arzobispo de Toledo, cardenal primado de España e Inquisidor general de Castilla. Además, asumió la regencia de la corona de Castilla en dos ocasiones, tras los fallecimientos de Felipe el Hermoso (1506) y Fernando el Católico (1516). Aparte de su faceta política y religiosa, clave para la configuración del Estado Moderno, debe señalarse la gran labor cultural que ejerció durante su vida. En 1499 fundó el Colegio Mayor de San Ildefonso en Alcalá de Henares, germen de la Universidad Complutense. Otro de sus principales proyectos fue la Biblia Políglota, una edición de la Biblia en hebreo, griego y latín, con algunas partes en arameo, que se imprimió entre 1514 y 1517.

Desde Santa Olalla conviene recordar que su primer biógrafo, por encargo de la Universidad de Alcalá de Henares, fue el ilustre eulaliense Alvar Gómez de Castro (Santa Olalla, 1515 - Toledo, 1580). El humanista publicó en 1569 la obra "De Rebus Gestis" que recopilaba la vida y obra del cardenal Cisneros. La propia web del centenario, www.cisneros2017.es dice: “Pocos personajes históricos han originado a lo largo de los siglos tanta literatura biográfica como Fray Francisco Ximénez de Cisneros, desde la primera e insustituible obra de Alvar Gómez de Castro, De rebus gestis, publicada en Alcalá en 1569”.  Además, Alvar Gómez de Castro, entre las obras de arte que poseía tenía un bajorrelieve en piedra tallado por Felipe Bigarny que actualmente es propiedad de la Universidad Complutense de Madrid.



Grabado con el retrato del Cardenal Cisneros
en una de las ediciones de su biografía

Primera edición de su biografía en 1569

domingo, 5 de noviembre de 2017

La Virgen de la Soledad, las pinturas de la parroquia de Santa Olalla

La parroquia de Santa Olalla conserva un óleo sobre lienzo con una representación popular de la Virgen de la Soledad. Una representación muy repetida durante el siglo XVIII de la Virgen de la Soledad o de los Dolores a la que también se conoce como Virgen de la Paloma, por ser el lienzo de la iglesia de la Virgen de la Paloma de Madrid el más famoso y venerado de todos. 

El origen de esta curiosa representación de la Virgen vestida de luto al estilo de las damas castellanas del siglo XVI lo encontramos en el reinado de Felipe II.  Cuando la reina Isabel de Valois, esposa de Felipe II, llegó a España en 1560 se trajo de Francia un cuadro en el que se veía la Virgen arrodillada tras una cruz vacía, por el que sentía gran estima y que colocó en su oratorio. La reina, que tenía 24 años, encargó a Gaspar Becerra que le hiciera una talla de esa Virgen, obra que estuvo terminada a principios del año 1561. Cuando lo tuvo ante ella Isabel de Valois preguntó a la condesa de Ureña, su dama de compañía: -“¿Qué nombre le pondremos?” y la condesa, que acababa de quedarse viuda, le contestó: -“Soledad”. -“¿Y cómo la vestiremos?”, preguntó la joven reina, -“Con mis ropas de viuda”, contestó la dama de compañía.  Por eso la Virgen de la Soledad a la que se venera en centenares de lugares de España, tiene el traje blanco y la capa negra propia de las damas viudas de la nobleza española del siglo XVI.

La representación sencilla y de la escuela popular madrileña que conservamos en Santa Olalla se corresponde con esta descripción tan repetida en cientos de imágenes similares. Como si de una escena de oratorio se tratara, la imagen de la Virgen aparece flanqueada por cortinajes grises con pasamanería, recogidos a los lados con cordones y borlones. En el centro la efigie de la virgen arrodillada sobre un cojín dispuesto sobre una peana de apariencia orfebre, en su centro una cartela con la palabra en latín “Charitas”. La Virgen viste de blanco, con manto negro, cuelga un largo rosario negro y en su cabeza una diadema de estilo castellano formada por rayos y estrellas.

En la esquina inferir izquierda encontramos el texto “A devoción de Francisco Díaz y de Ana Rodríguez Hurtada, su mujer”. Conserva su marco original de madera con sencillas labores.

Artísticamente es una pintura sencilla y de baja calidad, pero muy interesante como testimonio de la enorme difusión de la devoción a la Virgen de la Soledad en un entorno amplio de Madrid y en la provincia de Toledo. El lienzo fue restaurado en el año 2006.