jueves, 25 de julio de 2024

Santiago Matamoros, un pequeño grupo escultórico de la iglesia de San Julián

 

Son tres los modelos iconográficos con los que habitualmente se representa al Apóstol Santiago el Mayor, por su condición de apóstol, de peregrino o de caballero. Siendo su imagen adaptada, con esta diversidad iconográfica, a las diferentes necesidades devocionales de cada lugar y momento.

En el primer modelo y más antiguo, Santiago aparece con los atributos comunes a los demás apóstoles: túnica, manto, libro sagrado y pies descalzos o con sandalias.

En el segundo modelo encontramos a Santiago como peregrino, identificándose con los peregrinos que caminan hacia su tumba en Galicia, portando bastón, sombrero, esclavina, zurrón, calabaza y conchas o vieiras.

El tercer modelo iconográfico, típicamente español, es la representación de Santiago Matamoros, nombre con el que popularmente se conoce a esta iconografía, en la que el apóstol aparece como un guerrero de la reconquista, un caballero en combate, blandiendo una espada, montando un caballo blanco que arrolla un grupo de moros o musulmanes. Este último modelo procede de las crónicas medievales, según las cuales intervino milagrosamente en favor de los cristianos contra los musulmanes durante la batalla de Clavijo, supuestamente el 23 de mayo del año 844. En realidad, es un hecho legendario creado siglos después, «si bien este evento se basa en la leyenda, la supuesta batalla ha proporcionado uno de los iconos ideológicos más fuertes de la identidad nacional española».

En la iglesia de San Julián de Santa Olalla contamos con un pequeño grupo escultórico que reproduce este modelo iconográfico de Santiago Matamoros. Es una escultura de terracota, entelada y policromada, elaborada a finales del siglo XIX. Según varios testimonios orales que hemos podido recoger esta imagen fue donada por don Santiago Relanzón Almazán (Torrijos, 1875 – Toledo, 1952), médico y prestigioso fotógrafo toledano con orígenes y vínculos familiares en nuestro pueblo.

Santiago, con pelo y barba blanca, aparece sobre su popular caballo blanco, que esta enjaezado con guarnicionerías rojas. El apóstol esta vestido con el hábito de la Orden de Santiago, con manto y capa blanca, con la cruz roja de la orden sobre el centro del pecho, sobre el que descansan también pendientes del cuello unos cordones blancos terminados en borlas. La mano derecha alzada con la espada desenvainada y en la izquierda un cetro con la cruz. En el suelo tres moros que han sido arrollados por su caballo, uno de ellos sentado sirve de recurso al escultor y se convierte en el principal soporte físico de la figura del caballo.

Las figuras del conjunto, por su tamaño y elaboración, presentan enormes similitudes con figuras de un belén napolitano. Lo que nos lleva a pensar, a falta de un análisis más exhaustivo, que el conjunto pueda estar elaborado con figuras reutilizadas de uno de estos belenes.

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