Una de las aportaciones de la villa de Santa Olalla al siglo
de oro español y al gran ambiente cultural del Toledo de la época, es el poeta
Alonso Palomino (1573-1637), natural de Santa Olalla y uno de esos grandes
ingenios merecedores de mejor fortuna por su calidad literaria.
Alonso Palomino nació en la villa de
Santa Olalla en el año 1573.
Hijo de Juan Fernández y Leonor de la Mula, fue bautizado el 21 de octubre de
1573 en la parroquia de San Julián de Santa Olalla. Su partida de bautismo se
conserva en el archivo parroquial
y también se conserva una copia en su expediente de ordenación de menores en el
archivo diocesano de Toledo.
"Miércoles
veintiún días de octubre de mil quinientos setenta y tres años se bautizó en la
iglesia de San Julián Alonso, hijo de Juan Fernández, boticario, y de su mujer
Leonor de la Mula. Fue su padrino, que le tuvo a la pila Alonso López Izquierdo,
vecino de Orgaz. Y el reverendo Diego Palomino, cura de la dicha iglesia y
Catalina de la Mula y Luisa de la Mula. Lo bautizo el señor presbítero Delgado,
vecino de Orgaz. Lo firme yo Diego Palomino".
En cuanto a su madrina Luisa de la
Mula, probablemente tía de Alonso Palomino, hay que decir que es la fundadora
de una importante memoria o capellanía de San Julián.
Tomó la confirmación en 1580 de
manos del obispo don Diego de la Calzada.
Decidió ser sacerdote, y para su
ordenación, don Luis Tofiño de Sahagún cura propio de la iglesia de San Pedro
de Santa Olalla, en 1586, certifica que Alonso "es un mozo virtuoso y bien inclinado y procura ir con estudio
adelante y se da a las cosas de la Iglesia".
Con este fin Alonso declara que
desea, "mediante Dios Nuestro Señor,
ordenarme de primera tonsura para ser sacerdote. Suplico a V.S. mande se me dé
el recado necesario para este efecto".
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Partida de Bautismo de Alonso Palomino Archivo Parroquial de Santa Olalla |
En su expediente de información
declara que sus abuelos paternos son Alonso Hernández y María Gómez y los
maternos Jerónimo Serrano y Bernardina de la Mula, y todos los testigos de la
información practicada en Santa Olalla declaran que son cristianos viejos y no
han tenido ningún problema con la Inquisición. Gaspar Alonso apunta que es "bonito muchacho y virtuoso [...] y
bien inclinado a las cosas de la iglesia y de buena y santa vida" de
manera que "estará muy bien el
ordenarse". Otro testigo, Bartolomé de Tapia, apunta además que Alonso
"se da al estudio y que será muy
acertada y que estará bien la orden sacra porque es virtuoso y aplicado a las
cosas de la iglesia".
Después de tantos elogios de sus
convecinos de Santa Olalla para su ordenación, el interesado, finalmente,
escribe "Alonso Palomino, vecino de
Santa Olalla, digo que por comisión de V.S. se ha hecho en la dicha información
que presento para efecto de ordenarme de corona y grados. Suplico a V.S. la
mande ver y, vista, me dé recado para que parezca ante el examinador general a
ser examinado del dicho orden". Lo firma Alonso Palomino como "Alo Palomino".
Marchó a Toledo conociendo el
importante ambiente cultural de la ciudad Imperial, al que poco después se
uniría gracias a su amistad con el fénix de los ingenios, Félix Lope de Vega
(1562- 1635), y otros importantes escritores que por la ciudad pululaban como Juan
Ruiz de Santa María, Eugenio Robles, Baltasar Elisio de Medinilla y Eugenio
Narbona.
El resto de su vida la conocemos por
algunos documentos notariales. En 1612 aparece en un pleito contra Joaquín
López y María de la Paz. En 1613 Alonso Palomino era ya licenciado, tratamiento
que le correspondía por el hecho de ser presbítero. En ese año se le nombra
curador de una hermana suya incapaz, Luisa de la Cruz, y da su poder al
presbítero Pedro López de Vargas para que pueda alquilar y vender propiedades
en su villa natal de Santa Olalla. En 1615 dona sus propiedades a su hermana
María de Morales, la cual, viuda de un tal Francisco Méndez, le da poder y
declara que "tengo mucho amor y
voluntad al señor Alonso Palomino, clérigo presbítero, mi hermano, capellán de
la capilla de don Pedro Tenorio, sita en la Santa Iglesia de esta dicha
ciudad".
Según nuestras noticias, por lo
menos desde 1603, Palomino ya era presbítero. Se encargaba de la capilla de don
Pedro Tenorio de la catedral y se convierte en fiador de Eugenio Vázquez,
capellán de Santa Olalla.
A Palomino pertenecía la Hermandad
de los Capellanes y Esclavos del Santísimo Sacramento de la Iglesia de San
Cristóbal en Toledo, de la que formaban parte también otros ilustres escritores
como el ya mencionado Eugenio Narbona, historiador y arbitrista de principios
de siglo.
La vida de Alonso Palomino debió
transcurrir con normalidad dentro de la ciudad de Toledo, pero el nombramiento
de visitador le obliga a realizar continuos viajes por la diócesis. En uno de
estos viajes con sesenta y cuatro años de edad, le sorprendió la muerte, en
1637, en la villa de Méntrida, como declara el siguiente asiento: "El licenciado Alonso Palomino.
Visitador. En 6 días del mes de noviembre de mil seiscientos treinta y siete
años falleció el licenciado Alonso de Palomino, visitador que fue del partido
de Canales y se enterró en la iglesia parroquial de la villa de Méntrida,
adonde le cogió la visita. Hizo testamento y dejo por su alma y devociones cuatrocientas
cincuenta misas. Dejó por albaceas a don Joseph Martínez de Grimal y a don
Gregorio Navarrete, vecinos de Madrid, y al licenciado Alonso de Palomino,
canónigo de Escalona y al licenciado Pedro de Bargas Palomino y Diego Ruiz,
vecinos de Cuerva, y Apolonia de Morales, su hermana".
En otro momento trataremos la obra de Alonso Palomino. Solo
adelantar que se trata de una obra corta que conocemos gracias a su
participación en las justas y academias toledanas de su época. Su obra no se
diferenciaría con la de otros poetas ocasionales a no ser por la calidad de sus
composiciones, especialmente de sus canciones, que fueron denominadas por el
historiador don Antonio Rodríguez Moñino como "excelentes".
Su obra quedó principalmente
recopilada en un manuscrito de su puño y letra titulado "Jardín del
Alma" que contiene 307 composiciones. El manuscrito pertenecía a la
biblioteca particular del ya mencionado Antonio Rodríguez Moñino y pasó junto a
toda su colección a la Biblioteca de la Real Academia de la Lengua.
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Composición de Alonso Palomino En el Compendio de Solemnes Fiestas a Santa Teresa |