lunes, 21 de enero de 2019

La tabla de San Lorenzo


La gran mayoría de las pinturas de la iglesia de San Julián se encuentran incorporadas a los retablos, ese es el caso de la pintura de San Lorenzo mártir que encontramos en la parte superior del Retablo de Nuestra Señora del Rosario. Retablo de estilo barroco situado en la cabecera del templo, junto al presbiterio, en la nave del evangelio, cerrando el paso a uno de los ábsides laterales.
El retablo está fechado en 1756, por lo que lo normal es fechar también la pintura en ese año. Se trata de una pintura al óleo y de forma ovalada, pero lo que la hace especial es su soporte, está pintada sobre tabla, o tablas de madera ensambladas, algo muy poco común en la época en la que fue pintada.
Sobre un paisaje rocoso con pequeñas plantas al fondo y un cielo abierto entre nubes y rayos, encontramos la figura de San Lorenzo, diacono y mártir, en su mano derecha sostiene la palma del martirio y con la izquierda sujeta una gran parrilla, el atributo más representativo de este santo, pues en su martirio fue quemado vivo sobre ella. El joven San Lorenzo viste sobrepelliz blanca y sobre ella una hermosa dalmática roja.
La elección de este santo no es casual ya que bajo este retablo mando ser enterrado el presbítero de Santa Olalla don Lorenzo de Guzmán. Posiblemente él fue promotor y costeó la obra bajo la que quiso ser enterrado, como así sucedió tres años después al fallecer el 8 de agosto de 1759.[1] Datos que se pueden corroborar en su testamentaria que incluye carta de últimas voluntades, fundación de capellanías y memorias en su nombre, inventario muy detallado de todos sus bienes, subasta de los mismos y cuentas relativas a todo el proceso.[2]
Además la devoción a este Santo debió ser importante en nuestro pueblo por eso el retablo del Cristo de la Caridad esta coronado por otra pintura de San Lorenzo.[3]



[1] Archivo Parroquial de Santa Olalla: Libro 5º de defunciones de San Julián, (de 1750 a 1796). APSO/9.
[2] Archivo Parroquial de Santa Olalla: Testamentaria de don Lorenzo de Guzmán, presbítero que fue de esta villa. Año 1761. APSO/116/SJ.
[3] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Dieciséis de Julio: Orígenes, historia, leyenda, tradición y devoción del Santísimo Cristo de la Caridad de Santa Olalla, en el Octavo Centenario de la Fiesta del 16 de julio (1212–1598–2012). (Ediciones Andante. Santa Olalla, 2012). Pág. 46.

sábado, 19 de enero de 2019

La Fiesta de San Sebastián, la devoción de un barrio de Santa Olalla

Interior de la ermita de San Sebastián
En la confluencia de las calles Toledo y Aldeanos se levanta la ermita de San Sebastián en Santa Olalla. Pese a su aspecto completamente renovado la pequeña ermita de San Sebastián se construyó por mandato de los Condes de Orgaz a finales del siglo XVI con el fin de que sirviera de capilla a los viajeros y peregrinos que entraban al pueblo de Santa Olalla desde el Camino Real de Toledo por la conocida como puerta de Toledo. Se eligió la advocación de San Sebastián por ser el abogado contra la peste, siendo su culto potenciado por los Reyes Católicos y Felipe II.


Destaca en la emita la talla de estilo manierista del santo que la mayoría de los autores atribuyen al taller de escultura de Jorge Manuel Theotocópuli (Toledo, 1578 - 1631), el hijo del Greco. Algunos autores se aventuran a atribuírsela al escultor Giraldo de Merlo. La imagen de San Sebastián fue restaurada por el restaurador Luis Miguel Muñoz Fragua.
El hijo de El Greco, Jorge Manuel Theotocópuli siguiendo los pasos de su padre fue pintor, escultor y arquitecto, oficio en el que destaco especialmente. Pero además fue un gran comercial: primero de la obra de su padre, que en sus últimos años delega en su hijo esta labor de buscar encargos y cerrar contratos; y más tarde de su propia obra y de las obras generadas en su taller. Aunque hay que decir que acabó arruinado debido a un litigio con el Hospital de Tavera, por el que le fueron embargados todos sus bienes.
El objetivo del Greco, a su llegada a Toledo, era formar un taller amplio que le permitiera hacerse cargo de la realización completa de retablos (arquitectura, escultura y pintura) y de producir gran cantidad de cuadros devocionales a precios asequibles. Todavía hoy son muchas las obras que se atribuyen al Greco y son obras de su taller, en las que el maestro intervenía de manera mínima. También son muchas las obras de taller que se han atribuido a su hijo Jorge Manuel.[1]
En cuanto a nuestra ermita, sabemos por las relaciones de Felipe II que en 1575 que la ermita todavía no existía: “hay dos ermitas extramuros una se dice de San Juan Baptista y otra de Santa Olalla”[2].
Los documentos antiguos que hacen referencia a esta ermita son ciertamente escasos, se conserva una autorización por la que el Arzobispado de Toledo da licencia para que la fiesta de San Sebastián pudiera celebrarse en domingo, no contiene fecha pero parece ser de los primeros años del siglo XVIII. [3]
Transcribimos el documento que en la parte superior contiene la nota “Da se licencia”. Dice así: “Alonso de Yepes en nombre de los mayordomos y cofrades de la cofradía del glorioso Mártir San Sebastián, que se venera en la parroquia del Señor San Pedro de la villa de Santa Olalla digo que el domingo próximo veintitrés de este mes se celebra su fiesta principal con todo aparato de adorno y mucho número de lucir y para más devoción: Vuestra Señoría Ilustrísima suplican mande dar licencia para que este descubierta la Divina Majestad Sacramentada y se recibirán mercedes. Yepes.[4]
San Sebastián adornado con rosquillas y naranjas
Esta licencia que autoriza a exponer el Santísimo y celebrar la fiesta de este santo en el domingo más próximo al 20 de enero, algo que sigue estando vigente actualmente ya convertido en tradición. El domingo anterior se acude a la ermita para trasladar el Santo hasta la iglesia de San Pedro, allí esta durante una semana hasta que nuevamente después de su misa es devuelto a la ermita donde los vecinos ofrecen limonada, y otros aperitivos a todos los asistentes. 
El árbol del martirio de San Sebastián es decorado con ramas de laurel, y de él se prenden naranjas y rosquillas que se ofrecen y se bendicen durante la misa y que finalmente se venden entre los participantes.



[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: El Greco y Santa Olalla, (Santa Olalla, 2014). Págs. 36 a 39.
[2] VIÑAS, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II. Pág. 425
[3] Archivo Histórico Diocesano de Toledo: Legajo TO-48 / Expte. 26.
[4] Agradezco la colaboración en la trascripción de este documento de Sara González Castrejón, experta paleógrafa. Que también me apunta que su profesor en la UCLM Fernando Llamazares apuntó que la imagen de San Sebastián seria del siglo XVI y la situó en el entorno del taller de Alonso de Berruguete.