lunes, 22 de abril de 2019

Una pintura de San Antonio en el retablo de San Antón

El retablo de San Antón es idéntico en su factura al retablo de la Virgen del Rosario, se trata de dos retablos de estilo barroco situados en la cabecera del templo, a ambos lados del presbiterio. En el caso del retablo de San Antón se sitúa en la nave de la epístola cerrando el paso al interior del ábside mudéjar del siglo XVI que dio origen al templo de San Julián.

En este retablo es venerada la imagen de San Antonio Abad, San Antón patrón de los animales, y curiosamente esta coronado por una pintura de forma ovalada en la que se representa otro “San Antonio” de gran devoción, me refiero a San Antonio de Padua.
El retablo está fechado en 1756 posible fecha también de la pintura. Se trata de un óleo sobre lienzo en el que parece representado uno de los pasajes o milagros más habituales de la vida de este santo, la aparición del Niño Jesús a San Antonio. El fraile franciscano de origen portugués se encuentra en la soledad de su celda y estando en oración es sorprendido por la visita del Niño Jesús al que acoge en sus brazos, en la mano porta otro de sus atributos tradicionales la vara de azucenas  o lirios de San Antonio, y sobre la mesa revestida con manteles rojos esta la biblia, en el cielo tres cabezas de querubines asisten a este milagro de San Antonio.
La devoción a San Antonio de Padua está muy extendida en toda España, como santo protector de las jóvenes y santo casamentero, también llego su devoción a Santa Olalla donde era venerado especialmente en la iglesia de San Pedro Apóstol. Allí tuvo su retablo del que solo nos ha quedado la maravillosa talla del santo del siglo XVII y una hucha limosnera encastrada en la pared en la en el pasado se podía leer “Pan de San Antonio”.

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