Comparto el artículo elaborado para el programa-revista de las Fiestas de Verano de Santa Olalla 2021, en honor del Santísimo Cristo de la Caridad.
La
peste bubónica, la epidemia grande de 1598
Al menos desde la Edad Media la villa de Santa
Olalla fue uno de los pueblos más azotados de la comarca por las fiebres
tercianas. San Sebastián y
San Roque, dos santos tradicionalmente protectores contra estos males tenían
levantadas sendas ermitas en nuestro pueblo y a ellos acudía la devoción
popular cuando se presentaban estas fiebres.
Pero lo
cierto es que ninguna de estas epidemias llegó a provocar las muertes que trajo
la peste bubónica en el año 1598.
La peste bubónica fue una devastadora pandemia que
asoló Europa varias veces a lo largo de la historia, en el siglo XIV se la
conoció como la peste negra. A esta cepa de peste se la llama bubónica por los
bubones, bultos o tumores dolorosos que se forman en los ganglios linfáticos de
la ingle y las axilas fundamentalmente. La peste es causada por la bacteria
yersinia pestis que se contagia por las picaduras de las pulgas de la rata
negra. Estas pulgas pueden permanecer en los tejidos y el los cadáveres; y los
gérmenes infecciosos pueden hacerlo en la orina, las heces, la sangre, los
esputos, las ropas, apósitos y menaje utilizado por los infectados, aumentando
así las posibilidades de contagio.
La mayor parte de las defunciones se daban en los
primeros ocho días tras el contagio, muriendo el 90% de los contagiados. La cal
viva y el agua cociendo eran los únicos medios usados para la desinfección.
Popularmente al ganglio abultado o bubón se le conoció como “seca”, en las
partidas de defunción de los libros parroquiales de Santa Olalla (de esta época
solo se conservan los de San Julián) se repite como causa del fallecimiento “murió de seca”. Se cree que la epidemia
de 1598 entró en la península a través de unos tejidos que llegaron a los
puertos levantinos.
El 23 de enero de 1598 llegan noticias a Talavera de
que se habían dado varios casos de peste en Maqueda y Santa Olalla. En pocos
meses la epidemia se extiende a otros muchos puntos de la provincia, los pueblos
contagiados llegaron a estar enumerados en una tablilla en las puertas de la
ciudad de Toledo, que pese a todo también se contagió.
Las estimaciones que se han hecho vienen a concluir
que en 1598 en Santa Olalla debieron morir en torno a 600 personas. La
situación debió ser francamente devastadora, llegándose a colapsar el suelo del
interior de las iglesias donde se enterraba a los muertos, teniendo que enterrar
muchos cadáveres en el exterior. También se utilizó la desaparecida iglesia de
San Miguel, que después de estos acontecimientos quedaría marcada como lugar
infeccioso y poco saludable, cayendo en desgracia entre sus parroquianos que
paulatinamente la fueron abandonando.
Pese
a que los meses de verano son los más propicios para la propagación de esta
enfermedad, los casos comenzaron a reducirse en el mes de julio, cuando se
acercaban las fiestas de Santa Olalla. Al
año siguiente, en 1599 se produjo en España un fuerte rebrote de la pandemia,
que parece no tuvo incidencia en Santa Olalla.
El Voto
al Cristo de la Caridad
Pasamos
ahora al capítulo del mito y la leyenda. El relato legendario que vamos a
transcribir tiene para Santa Olalla un gran valor antropológico, digno de
estudio, dada la continuidad en la transmisión oral de esta historia.
Cuentan
que todos los años, como se venía haciendo desde el siglo XIII, la villa de
Santa Olalla esperaba la llegada de sus fiestas del Triunfo de la Cruz el 16 de
julio, pero en esa fecha del año 1598 Santa Olalla estaba sumida en la epidemia
de peste bubónica que hemos descrito. Los santaolalleros se comprometieron ante
un Cristo, que habían mandado de Indias y que pertenecía a la Cofradía de la
Santa Caridad, pidiéndole que sofocara los males que azotaban el municipio. Se
prometió al Cristo, en el caso de que hiciera efectiva esta petición, la
celebración todos los años en esta fecha de una solemne fiesta en su honor.
Como
la petición se cumplió de una manera “milagrosa”, según asegura la tradición
oral, la villa de Santa Olalla se consagró al Cristo e hizo el voto solemne de
celebrar la fiesta del Santísimo Cristo de la Caridad el 16 de julio de cada
año. Durante siglos esta sería la fiesta patronal más importante de Santa
Olalla.
El
Cristo de la Caridad de la Puebla de Montalbán
Aunque
todavía no se han encontrado los documentos que acrediten esta relación, los
historiadores pueblanos afirman que pudo tratarse de un voto conjunto entre La
Puebla de Montalbán y Santa Olalla.
Al “Vaquerito”
o Cristo de la Caridad de la Puebla de Montaban, nos unen multitud de
coincidencias, el origen, el nombre, la fecha de la fiesta, etc.
Aunque
no se conoce con certeza por qué se recurre al Cristo de la Caridad “hay un dato que conviene tener en cuenta y
que puede dar un poco de luz a este asunto: la estrecha relación que La Puebla
mantuvo durante esa epidemia con las poblaciones de Santa Olalla y Mesegar de
Tajo”.
La
villa fue socorrida por don Andrés Pacheco obispo de Segovia y por el
gobernador del arzobispado de Toledo, pero también se solidarizaron con ellos
pueblos vecinos como Alcabón, Carmena, Carpio de Tajo, Escalona, Escalonilla,
Mesegar, Quismondo, San Martín de Pusa, San Pedro de la Mata, San Silvestre,
Talavera, Torrijos, Val de Santo Domingo, Villarejo de Montalbán y muy
especialmente Santa Olalla. Santa Olalla además de enviar a La Puebla “800 aves, una carga de harina y 150 fanegas
de trigo, hizo voto solemne con La Puebla de guardar como festivo el día del
Triunfo de la Santa Cruz y celebrar en dicho día una función al Santísimo
Cristo de la Caridad.
Decidieron
hacer rogativas al Cristo de la Caridad, una imagen mejicana de caña de maíz
venerada en el Hospital de la Caridad y regido por la Cofradía de la Santa
Caridad. La epidemia remitió a finales de julio cuando ya habían fallecido
2.200 personas, entre las que estaba la propia condesa de Montalbán, doña Juana
de Cárdenas y su cuñada Jerónima de Figueroa.
La pequeña
población de Mesegar pertenecía en 1598 al señorío de los Condes de Montalbán
pero dada su antigua pertenencia al estado feudal Orgaz-Santa Olalla celebraban
“el día del Triunfo de la Cruz de la
Batalla, que cae a diez y seis de julio”. Fue en esta población en la que
se refugiaron los Condes de Montalbán huyendo de la epidemia de peste que
sufrió su villa noventa años antes, en 1507, por lo que podría pensarse que
hubo alguna influencia por parte de estos nobles a la hora de fijar el 16 de
julio como la fecha de su fiesta en honor del Cristo de la Caridad.
El cólera de 1885
En 1885
España se veía afectada por una epidemia de cólera morbo, murieron 45 personas
en Santa Olalla. Santa Olalla de nuevo de encomendó a su patrón el Cristo de la
Caridad, aunque no renovó el voto sumándose al que en esa fecha hizo la Puebla
de Montalbán.
El Coronavirus de 2020-2021
Y si
los santaolalleros habíamos oído contar a nuestros mayores estas historias de
epidemias, poco podíamos imaginar que nos tocaría vivir una.
La
religiosidad ha cambiado mucho desde 1598 pero todavía hoy han sido muchos los
que han puesto su fe y su oración en el Cristo de la Caridad. El 16 de julio de
2020 en medio de la pandemia de Covid 19, se renovó solemnemente el Voto de la
villa de Santa Olalla al Cristo de la Caridad.
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