sábado, 10 de julio de 2021

El Cristo de la Caridad y la peste

Comparto el artículo elaborado para el programa-revista de las Fiestas de Verano de Santa Olalla 2021, en honor del Santísimo Cristo de la Caridad.




La peste bubónica, la epidemia grande de 1598

Al menos desde la Edad Media la villa de Santa Olalla fue uno de los pueblos más azotados de la comarca por las fiebres tercianas. San Sebastián y San Roque, dos santos tradicionalmente protectores contra estos males tenían levantadas sendas ermitas en nuestro pueblo y a ellos acudía la devoción popular cuando se presentaban estas fiebres.

Pero lo cierto es que ninguna de estas epidemias llegó a provocar las muertes que trajo la peste bubónica en el año 1598.

La peste bubónica fue una devastadora pandemia que asoló Europa varias veces a lo largo de la historia, en el siglo XIV se la conoció como la peste negra. A esta cepa de peste se la llama bubónica por los bubones, bultos o tumores dolorosos que se forman en los ganglios linfáticos de la ingle y las axilas fundamentalmente. La peste es causada por la bacteria yersinia pestis que se contagia por las picaduras de las pulgas de la rata negra. Estas pulgas pueden permanecer en los tejidos y el los cadáveres; y los gérmenes infecciosos pueden hacerlo en la orina, las heces, la sangre, los esputos, las ropas, apósitos y menaje utilizado por los infectados, aumentando así las posibilidades de contagio.

La mayor parte de las defunciones se daban en los primeros ocho días tras el contagio, muriendo el 90% de los contagiados. La cal viva y el agua cociendo eran los únicos medios usados para la desinfección. Popularmente al ganglio abultado o bubón se le conoció como “seca”, en las partidas de defunción de los libros parroquiales de Santa Olalla (de esta época solo se conservan los de San Julián) se repite como causa del fallecimiento “murió de seca”. Se cree que la epidemia de 1598 entró en la península a través de unos tejidos que llegaron a los puertos levantinos.

El 23 de enero de 1598 llegan noticias a Talavera de que se habían dado varios casos de peste en Maqueda y Santa Olalla. En pocos meses la epidemia se extiende a otros muchos puntos de la provincia, los pueblos contagiados llegaron a estar enumerados en una tablilla en las puertas de la ciudad de Toledo, que pese a todo también se contagió.

Las estimaciones que se han hecho vienen a concluir que en 1598 en Santa Olalla debieron morir en torno a 600 personas. La situación debió ser francamente devastadora, llegándose a colapsar el suelo del interior de las iglesias donde se enterraba a los muertos, teniendo que enterrar muchos cadáveres en el exterior. También se utilizó la desaparecida iglesia de San Miguel, que después de estos acontecimientos quedaría marcada como lugar infeccioso y poco saludable, cayendo en desgracia entre sus parroquianos que paulatinamente la fueron abandonando.

            Pese a que los meses de verano son los más propicios para la propagación de esta enfermedad, los casos comenzaron a reducirse en el mes de julio, cuando se acercaban las fiestas de Santa Olalla. Al año siguiente, en 1599 se produjo en España un fuerte rebrote de la pandemia, que parece no tuvo incidencia en Santa Olalla.

 

El Voto al Cristo de la Caridad

Pasamos ahora al capítulo del mito y la leyenda. El relato legendario que vamos a transcribir tiene para Santa Olalla un gran valor antropológico, digno de estudio, dada la continuidad en la transmisión oral de esta historia.

Cuentan que todos los años, como se venía haciendo desde el siglo XIII, la villa de Santa Olalla esperaba la llegada de sus fiestas del Triunfo de la Cruz el 16 de julio, pero en esa fecha del año 1598 Santa Olalla estaba sumida en la epidemia de peste bubónica que hemos descrito. Los santaolalleros se comprometieron ante un Cristo, que habían mandado de Indias y que pertenecía a la Cofradía de la Santa Caridad, pidiéndole que sofocara los males que azotaban el municipio. Se prometió al Cristo, en el caso de que hiciera efectiva esta petición, la celebración todos los años en esta fecha de una solemne fiesta en su honor.

            Como la petición se cumplió de una manera “milagrosa”, según asegura la tradición oral, la villa de Santa Olalla se consagró al Cristo e hizo el voto solemne de celebrar la fiesta del Santísimo Cristo de la Caridad el 16 de julio de cada año. Durante siglos esta sería la fiesta patronal más importante de Santa Olalla.

 

El Cristo de la Caridad de la Puebla de Montalbán

Aunque todavía no se han encontrado los documentos que acrediten esta relación, los historiadores pueblanos afirman que pudo tratarse de un voto conjunto entre La Puebla de Montalbán y Santa Olalla.

Al “Vaquerito” o Cristo de la Caridad de la Puebla de Montaban, nos unen multitud de coincidencias, el origen, el nombre, la fecha de la fiesta, etc.

Aunque no se conoce con certeza por qué se recurre al Cristo de la Caridad “hay un dato que conviene tener en cuenta y que puede dar un poco de luz a este asunto: la estrecha relación que La Puebla mantuvo durante esa epidemia con las poblaciones de Santa Olalla y Mesegar de Tajo”.

La villa fue socorrida por don Andrés Pacheco obispo de Segovia y por el gobernador del arzobispado de Toledo, pero también se solidarizaron con ellos pueblos vecinos como Alcabón, Carmena, Carpio de Tajo, Escalona, Escalonilla, Mesegar, Quismondo, San Martín de Pusa, San Pedro de la Mata, San Silvestre, Talavera, Torrijos, Val de Santo Domingo, Villarejo de Montalbán y muy especialmente Santa Olalla. Santa Olalla además de enviar a La Puebla “800 aves, una carga de harina y 150 fanegas de trigo, hizo voto solemne con La Puebla de guardar como festivo el día del Triunfo de la Santa Cruz y celebrar en dicho día una función al Santísimo Cristo de la Caridad.

Decidieron hacer rogativas al Cristo de la Caridad, una imagen mejicana de caña de maíz venerada en el Hospital de la Caridad y regido por la Cofradía de la Santa Caridad. La epidemia remitió a finales de julio cuando ya habían fallecido 2.200 personas, entre las que estaba la propia condesa de Montalbán, doña Juana de Cárdenas y su cuñada Jerónima de Figueroa.

La pequeña población de Mesegar pertenecía en 1598 al señorío de los Condes de Montalbán pero dada su antigua pertenencia al estado feudal Orgaz-Santa Olalla celebraban “el día del Triunfo de la Cruz de la Batalla, que cae a diez y seis de julio”. Fue en esta población en la que se refugiaron los Condes de Montalbán huyendo de la epidemia de peste que sufrió su villa noventa años antes, en 1507, por lo que podría pensarse que hubo alguna influencia por parte de estos nobles a la hora de fijar el 16 de julio como la fecha de su fiesta en honor del Cristo de la Caridad.

 

El cólera de 1885

En 1885 España se veía afectada por una epidemia de cólera morbo, murieron 45 personas en Santa Olalla. Santa Olalla de nuevo de encomendó a su patrón el Cristo de la Caridad, aunque no renovó el voto sumándose al que en esa fecha hizo la Puebla de Montalbán.

 

El Coronavirus de 2020-2021

Y si los santaolalleros habíamos oído contar a nuestros mayores estas historias de epidemias, poco podíamos imaginar que nos tocaría vivir una.

La religiosidad ha cambiado mucho desde 1598 pero todavía hoy han sido muchos los que han puesto su fe y su oración en el Cristo de la Caridad. El 16 de julio de 2020 en medio de la pandemia de Covid 19, se renovó solemnemente el Voto de la villa de Santa Olalla al Cristo de la Caridad.


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