viernes, 7 de agosto de 2020

Recuerdos sencillos de Domingo Pérez por Amalia Carvajal

Quiero compartir con todos vosotros estos recuerdos sencillos del pueblo de Domingo Pérez que ha querido escribir mi abuela, esperamos que os guste.


Recuerdos sencillos de Domingo Pérez

Amalia Carvajal Úbeda

- Parte I -

Mi nombre es Amalia Carvajal Úbeda, soy hija de Pedro y Amalia; la pequeña de doce hermanos, aunque solo siete llegamos a la edad adulta. Nací en Domingo Pérez el 18 de julio de 1932, mi familia siempre estuvo unida a pesar de las dificultades de aquellos tiempos, bueno eso queda para otra historia.

Gracias a Dios tengo una memoria prodigiosa que me permite recordar todo lo vivido en mi niñez y juventud. Compartiré con vosotros mis recuerdos de Domingo Pérez, de sus gentes trabajadoras y honradas como pocas. Así niños, jóvenes y personas que han venido a vivir a nuestro pueblo en los últimos años, conocerán un poco del día a día en tiempos pasados y recordados con cariño.

Domingo Pérez en los años 30 llegó a tener un censo de 1.359 habitantes, una población considerable que se autoabastecía con las pequeñas empresas familiares que aquí había. Era considerada la “capital” de los pueblos vecinos; o así, lo sentíamos con orgullo los domingoperanos.

Había cinco ZAPATEROS: el maestro de todos era el tío Francisco, siguieron Placido Carvajal, el tío Mario, Eugenio Palomares y Marcelino el Barbero (zapatero y peluquero).

Los PELUQUEROS eran Marcelino, el tío Indalecio, su hijo Marcelino (también Albañil) y Mariano Domiciano.

Las tiendas de COMESTIBLES estaban regentadas por la tía Remedios, Olvido, Mercedes, la tía Sira y su hija María, la tía Saturnina, Agapito (antes fue su suegro el tío Colino) y Epifanio. Colino y Epifanio tenían un verdadero bazar, además de comestibles de todo tipo había ferretería, telas, muebles, productos de limpieza, y cualquier otra cosa que se necesitara.

Los PANADEROS eran la tía Gora, la tía Carlina, el tío Francisco, Antonio Bautista, Jacinto Misines así como casi toda su familia se dedicaron a satisfacer el apetito de los vecinos.

Los PASTELEROS eran la tía Petra la confitera y hasta hace unos años Antonio y su mujer Guadalupe hacían las delicias de pequeños y mayores con sus pasteles, bollos y mazapanes.

La MERCERIA la llevaba la tía Petronila, la del tío Barrabás.

PESCADERIAS teníamos tres: el tío Paco el Sardinero, Clementa y Leoncia.

He conocido varios MOLINOS DE ACEITE, el de don Matías Garrido y el de doña Guadalupe la Boticaria, también el del tío Doroteo y el de Diego.

Había un MOLINO DE TRIGO que se quemó, le volvieron a levantar y le compró Paco López, pero solo se ha molido cebada, recuerdo que en el día de su inauguración fue hasta la música.

En el paseo de la ermita había un HORNO, el del tío Estudiante, aunque no se a que se dedicaba.

Estaban los TEJARES del tío Julián el Rasca, el del tío Francisco el Zapatero y el del tío Germán.

Había POLVORISTA propio: el tío Santos barriga y su hijo Dionisio.

Teníamos dos ESTANCOS: el de la tía Angelita, madre de Cándido el cartero y el de su hermana Emiliana, que luego regentó la tía Mauricia.

HERREROS Miguel Santiago, Antonio, Eladio y Miguel “El turrero”.

ALBAÑILES: Ciriaco el abuelillo, Eustaquio, Hilario, Serafín, Marcelino, Manolo Faltriquera; con ellos aprendieron el oficio muchos jóvenes del pueblo como Alejandro Ciruelos, Pepe Gómez, Julián Bautista…

PASTORES Y GANADEROS: doña Adriana, Matías Garrido, la señora David (madre de Manolo el “medior”), el tío Flores Mosca, la señora Apolonia y Augusto.

BODEGAS: Pereda, el tío Segundo, el tío Carretero, Ferrari y Mónico.

El GUARNICIONERO era el tío Moisés Rubalcaba y su padre.

Cuando llegaba el momento del parto de alguna de nuestras vecinas eran atendidas por las COMADRONAS “titulares”: la tía Benita la mona, la tía Cecilia, la tía Encarna la grilla; si se complicaba llamaban al médico que por aquel tiempo era don Consta, pero normalmente ellas resolvían todo con diligencia y maestría. En los años 50 o 60 llegó don Juan el practicante, que se hizo cargo de aquellas tareas.

 

RECUERDOS DE MI PUEBLO

Empezaré por la Iglesia,

que faltan los Portalillos,

así todos los llamábamos

cuando éramos chiquillos.

 

Y seguimos recordando

y me voy al Pozo Dulce,

un pozo para vecinos

que tenía el agua muy dulce.

 

Los chiquillos respetaban

y ninguno le hacía daño,

porque aquel agua servía

como si fuera del caño.

 

Nos vamos para el Porquero

que estaba con la Cambija,

allí bebía el ganado

y  tenía el agua muy rica.

 

Bajamos por el arroyo

nos encontramos el Puente,

una cosa que añoramos

cuando cae el agua muy fuerte.

 

Seguimos por el arroyo

y vamos al Lavadero,

una puerta más arriba

teníamos el Matadero.

 

Ahora viene lo importante

lo más bonito del pueblo.

 

Al lado de la carretera

estaba el famoso Caño,

que del pueblo los vecinos

no debíamos haber quitado.

 

Detrás estaba el Pilón,

donde las mulas bebían,

los niños con el ramal

que tasamente podían.

 

Todos los consentimos

y ninguno lo impidió,

aquel Caño tan bonito

que producía el amor.

 

Entre tres barras había

cuatro árboles bien grandes,

donde los mozos a las mozas

esperaban anhelantes.

 

Cuantos recuerdos tenemos

las mozas de aquellos tiempos,

mientras se llenaba el cántaro

ellos robaban un beso.



- Parte II -


MUSICA, CANTANTES Y FIESTAS

En aquellos tiempos había una banda de música muy numerosa, el maestro era el tío Cruz, buen maestro y mejor persona.

Teníamos dos orquestas y cines de verano e invierno, el baile en mis años mozos lo llevaba Facundo y costaba un real a las mujeres y una peseta a los hombres.

Entre las cantantes que recuerdo estaba Filomena que era hija del tío Cruz y “cantaba como los ángeles”, Teresa la del tío Samuel y Luci. Un año en Semana Santa yo también canté saetas, y según dicen lo hice bastante bien.

Entre los hombres también había buenas voces, estaba Morucho, hijo del tío Amalio que vivía dos casas más abajo de la mía, Luciano y mi cuñado Ángel Arenal, y algún otro que se me puede haber quedado en el tintero.

Sigo con el HUMOR, que los había estupendos: empezaré por mis padres que eran el número uno; Juan Rodríguez el “Chofle”; el tío Timoteo el Cano y su mujer; el tío Leonardo apodado el Conejo; mi tío Placido acompañado de Canuto y el bueno de Pedro Cansalobos. En los últimos años cogieron el testigo Hilario y Mariano.

Tengo el orgullo de decir que los hijos y nietos de mi padre Pedro el Rojo (por su pelo pelirrojo), siguieron en muchas ocasiones con la tradición de los disfraces, teatrillos y demás actos lúdicos para disfrute las buenas gentes de nuestro pueblo.

FIESTAS, intentaré hacerlo cronológicamente.

SAN BLAS era celebrado con misa y procesión. Esta Hermandad solo tenía 33 miembros y era hereditario, pasaba de padres a hijos. Todos iban ataviados con capa marrón. En nuestros días sigue existiendo con 33 hermanos aunque el puesto ya no es hereditario y suelen llevar capa azul.

El JUEVES DE MERENDILLA se celebraba el jueves antes de Carnaval, los paisanos con su cesta o talega con las viandas pertinentes iban al puente de la vía en el camino de Cebolla a disfrutar de su merienda entre juegos y risas.

El DOMINGO GORDO DE CARNAVAL, los quintos corrían los gallos en el camino Ancho.

El CARNAVAL era muy esperado por los domingoperanos, todos colaboraban en hacerlos grandes y vistosos. Cuando terminó la guerra estaban prohibidos, pero todo el pueblo se vistió, incluida yo. La multa fue de 25 pesetas en Papel del Estado, siendo alcalde Francisco Colino.

El MIERCOLES DE CENIZA en la zona del Pozo Dulce los quintos sacaban un armazón simulando un toro al que llamaban “Malavaquilla”, que iba corriendo detrás de todo aquel que allí estaba. Terminada la “Malavaquilla” los mozos y mozas iban al último baile hasta que pasaba la Semana Santa. En aquél tiempo de Cuaresma y recogimiento solo se podía pasear carretera arriba y abajo, y como mucho hasta el árbol de la “Pera”, que estaba más o menos a la altura de donde hoy está la piscina.

El DOMINGO DE RESURRECCION se hacían los Judas, costumbre que sigue en nuestros días, gracias al tesón de nuestros jóvenes.

El DOMINGO DE PIÑATA era el día que los quintos corrían las cintas, una vez conseguido el trofeo se ofrecía a la novia o hermanas.

El 3 de mayo se celebraba la VERACRUZ, los hermanos portaban capa azul en sus salidas. Antes en Semana Santa habían llevado a hombros los santos que procesionaban.

El Cristo de los Cordones y el Resucitado solo era portado por los quintos, que presurosos la noche antes de su salida, Viernes Santo y Domingo de Pascua, respectivamente, ataban su pañuelo en señal de reserva.

La imagen de SAN ISIDRO llegó a nuestro pueblo a finales de los años cuarenta, fue sufragada por todos los vecinos. Muchos de ellos fueron a recibir la Imagen a la carretera de Extremadura y llovió como si de un diluvio se tratara.


AÑORANZAS DE MI PUEBLO

En la provincia Toledo

entre los ríos Tajo y Alberche,

se levantan varios pueblos

el más bonito Domingo Pérez.

 

Ahora os vamos a contar

nuestras memorias que hemos vivido,

para que vean nuestros nietos

las grandes juergas que hemos corrido.

 

Como no había dos reales

para poder entrar a bailar,

bailábamos en la puerta

para el domingo poder pasar.

 

Gracias al señor Facundo

que es obligado de recordar,

que aunque dinero no había

a sus salones dejaba entrar.

 

A la salida de misa

todos los mozos se reunían,

a jugar a la pelota

en el frontón que en la plaza había.

 

Ya llega el Domingo Gordo

es tradición el correr los gallos

y las mozas arregladas

todas se van al camino ancho.

 

El Miércoles de Ceniza

todos los mozos la toreaban

aquella “mala-vaquilla”

que aquí en el pueblo así se llamaba.

 

En la calle el Pozo Dulce

era una plaza que destinaban

para torear al toro

donde las mozas se alborotaban.

 

Viene el domingo de Pascua

todos los quintos cogen el brazo

que por la noche ponían

el pañuelito pa’ reservarlo.

 

Comienza la procesión

la Dolorosa por el calvario

y en la plaza de los caños

allí se encuentra al Resucitado.

 

Así empiezan los festejos

quemando al Judas con los petardos

siguiendo la procesión

todos alegres por el Calvario.

 

Para terminar la historia

con alegría y mucha gracia

preguntad a vuestras madres

si esto es verdad lo que aquí se hacía.

 

Que ¡Viva Domingo Pérez!

y los vecinos que en él habitan,

¡Viva la Virgen del Prado!

que no nos pierde nunca de vista.



- Parte III -


FIESTAS DE LA VIRGEN DEL PRADO

En septiembre tenemos las FIESTAS EN HONOR A NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DEL PRADO, a la que veneramos y amamos como Madre nuestra.

La ilusión de las fiestas empezaba igual que en nuestros días al comenzar las novenas. La víspera del gran día se recibía a la banda de música y se bajaba a cantar la salve a la ermita, como inicio de las fiestas.

Recuerdo cuando sacaron el Himno de la Virgen del Prado, escrito por Benjamín Moran y el cura don Daniel. Era cantado por María Palomo como solista y el pueblo hacia el estribillo.

Por la tarde era la subida de la Virgen a la iglesia, arropada por el fervor de los domingoperanos, con ilusión y lágrimas de emoción. Salía de su ermita igual que ahora con las tradicionales pujas, que se repiten en cada una de las procesiones, el dinero recaudado se destinaba a las fiestas del siguiente año.

Las verbenas en la plaza empezaban a media tarde hasta la hora de cena y se reanudaban hasta las dos de la mañana, luego seguíamos en el salón de baile de Facundo.

La pólvora consistía en seis u ocho arboles de pólvora que se ponían en la plaza y terminaban con un trío, uno alto que era el retablo de pólvora del que se descolgaba una estampa de la virgen y dos en los laterales a los que llamábamos los monaguillos.


A NUESTRA PATRONA


La Virgen del Prado es

la Patrona de mi pueblo,

en el Prado aparecisteis

y allí la ermita os hicieron.

 

Por eso aquí en nuestro pueblo

se la quiere y se la adora,

por eso la hemos nombrado

de nuestro pueblo Patrona.

 

Querida Virgen del Prado

quisiste quedarte aquí,

a vivir entre nosotros

y nosotros junto a ti.

 

El día siete de septiembre

al terminar la novena,

cantando el hermoso himno

te llevamos a la iglesia.

 

Allí está todo el pueblo

que te quiere y que te adora.

¡Viva la Virgen del Prado!

que es nuestra madre y patrona.

 

Virgen bonita del Prado,

arrópanos con tu manto

y danos mucha salud,

para venir a otro año.

 

Virgen del Prado bendita

en el corazón te llevamos,

te queremos y adoramos

todos los oreganeros.


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