domingo, 6 de julio de 2025

Grabado del Cristo de la Caridad

Verdadero retrato del milagroso
Cristo de la Caridad
de la villa de Santa Olalla

Del mismo modo que la Virgen de la Piedad de Santa Olalla cuenta con su propio grabado, nada menos que desde 1741,[1] el Cristo de la Caridad cuenta también, por un encargo moderno de 2024, con una representación devocional de ese mismo estilo.

Con la técnica del falso grabado, el artista sevillano Bruno Halcón, ha representado en 2024 al Cristo de la Caridad de Santa Olalla, siguiendo todos los cánones y modelos de estas singulares representaciones, muchas veces llamadas “Verdaderos Retratos” por las primeras palabras que se repiten como ‘fórmula’ y de manera habitual en el encabezado de las leyendas de estas estampas.

La escena está enmarcada por un cortinaje barroco que da solemnidad y teatralidad a la imagen central: Cristo crucificado en su advocación del Cristo de la Caridad de Santa Olalla (Toledo). Las cortinas, de tela brocada, se abren a los lados. En la parte superior un dosel en cuyo centro encontramos una cartela flanqueada por roleos en la que está dibujado el escudo de Santa Olalla.

El Cristo de la Caridad entre el sol y la luna

El Cristo de la Caridad aparece representado a la manera tradicional, con su peana y su cruz rococó de espejos, con potencias y vestido con un faldón bordado.

Sobre el Cristo, entre nubes, aparecen el sol y la luna, símbolos de la Pasión y de la dualidad de la naturaleza de Cristo, humana y divina.  

Tras el Cristo, una representación idealizada de la villa de Santa Olalla que queda cubierta por los rayos que salen del costado del Cristo, con la leyenda «In te nostra salus».

La representación de la muerte y
el pecado se aleja de Santa Olalla

A la izquierda, a los pies de la cruz y delante de la población, una figura alegórica de la muerte; un esqueleto, cubierto por un sudario, que sostiene sobre su cabeza un reloj de arena. La muerte se retira, vencida por el poder del Crucificado, simbolizando la victoria sobre la peste que azotó la villa en 1598.

Galeón con el Cristo de la Caridad
representando su legada desde México

A la derecha, el mar sobre el que navega un navío en el que aparece triunfante la imagen del Cristo de la Caridad, recordando su origen novohispano y su llegada desde el continente americano a Santa Olalla.

La cartela inferior nos aclara la historia y simbolismos representados en esta estampa. Dice así: «VERDADERO RETRATO DEL MILAGROSO CRISTO DE LA CARIDAD - Que se venera en su Capilla propia de la Iglesia de San Julián de la Villa de Santa Olalla, traído de Nueva España y Protector de esta Noble y Leal Villa a la que libró de la peste en el Año de Gracia de 1598, siendo por ello nombrado su Insigne Patrón». Finalmente, está firmado en letra muy pequeña «Bruno Halcón 2024».

Esta representación se publicó y reprodujo por primera vez en los programas de cultos[2] de la Hermandad del Cristo de la Caridad de 2025 y en la Revista del Cristo de ese mismo año.[3]



[1] Biblioteca Nacional de España: Nuestra Señora de la Piedad [Material gráfico] Autor Juan Bernabé Palomino, 1741. Descripción física: estampa; grabado calcográfico 282 x 162 milímetros. Signatura: INVENT/29975.

[2] Programa de Cultos religiosos de las Fiestas del Cristo de la Caridad 2025. (Hermandad del Stmo. Cristo de la Caridad. Santa Olalla, julio de 2025).

[3] Revista de las Fiestas de Verano de Santa Olalla en honor del Stmo. Cristo de la Caridad. (Ayuntamiento de Santa Olalla y Hermandad del Stmo. Cristo de la Caridad. Santa Olalla, julio de 2025).

jueves, 3 de julio de 2025

El origen medieval de las Fiestas del 16 de julio en Santa Olalla

Resulta sorprendente saber que el origen de las fiestas que Santa Olalla celebra el 16 de julio de cada año hay que buscarlo hace más de 800 años, en plena Edad Media, en aquellos tiempos de ataques almohades y reconquista castellana.

En el año 1195, las ofensivas almohades a las tierras castellanas eran continuas y desencadenaron en la batalla de Alarcos. El rey Alfonso VIII entró en batalla sin esperar los refuerzos prometidos por el resto de reinos cristianos peninsulares, estuvo a punto de fallecer y tuvo que retirarse a Toledo, por lo que quedó al mando don Diego López de Haro, vinculado a la casa señorial de Santa Olalla. La derrota fue tan desastrosa como inevitable, pero algunos acusaron a don Diego de permitirla por ciertos recelos hacia el rey.

Tras la derrota de Alarcos, la frontera castellano-andalusí pasó de Sierra Morena a los Montes de Toledo, quedando expuestas al ataque musulmán estas tierras toledanas. Así sucedió en el verano de 1196, cuando el célebre caudillo almohade Muhammád ben-Yacúb fue desde Andalucía a Toledo tomando diversos lugares a su paso. Intentó tomar Santa Olalla, combatió en Maqueda y llegó a las inmediaciones de Toledo, sin obtener ningún resultado. La crónica cristiana decía "Priso el rey de Marruecos a Montánchez, e Santa Cruz, e Trugiello, e Placencia, e vinieron por Talavera, e cortaron el Olivar, e Olmos, Santa Olalla, e Escalona e lidiaron Maqueda, e no la prisieron, e vinieron cercar Toledo, e cortaron las viñas, e los árboles, e duraron y X días en el mes de junio".[1]

“Miramamolín entró por tierra de cristianos destruyendo pueblos y cautivando gentes. Ganó a Montánchez, Santa Cruz, Trujillo, Plasencia y Escalona con todos los lugares que topaba sin dejar cosa con vida. Combatió vigorosamente a Talavera, a Santa Olalla, a Maqueda y por fin a Toledo misma pero no pudo rendirla por la valerosa defensa de sus moradores. Con todo regresó a las Andalucías cargado de riquezas, ganados y cautivos”.[2]

 Al año siguiente, los musulmanes repitieron las acciones bélicas, pero el resultado fue el mismo, firmándose además en ese año 1197 unas treguas de paz.

Al tenerse noticia de la preparación de una nueva ofensiva almohade, Alfonso VIII, después de haber fraguado diferentes alianzas con la mayoría de los reinos cristianos peninsulares, con la mediación del Papa, y tras finalizar las distintas treguas mantenidas con los musulmanes, decide preparar un gran encuentro con las tropas almohades, que venían dirigidas por el propio califa Mamad An-Nasir, el llamado Miramamolín por los cristianos (versión fonética de “Príncipe o Comendador de los Creyentes”, en árabe). El rey buscaba desde hacía tiempo este encuentro para desquitarse de la grave derrota de Alarcos.

El lunes 16 de julio de 1212, en la aldea de las Navas de Tolosa, perteneciente a La Carolina (Jaén), tuvo lugar una batalla trascendental entre los ejércitos cristiano (coalición de los reyes castellano, aragonés y navarro, con la ayuda de fuerzas cristianas ultrapirenaicas) y musulmán, que supuso una decisiva victoria de los cristianos frente a los almohades que dominaban Al-Ándalus. La batalla es conocida como batalla de las Navas de Tolosa o de Puerto Muradal, llamada en la historiografía árabe Batalla de Al-Uqab (معركة العقاب), y conocida simplemente como “La Batalla” en las crónicas de la época.

El ejército cristiano se dividió en tres: Alfonso VIII de Castilla salió hacia Alarcos y Salvatierra; Pedro II de Aragón se quedó en Calatrava esperando a Sancho VII de Navarra; y otro grupo fue capitaneado por don Diego López de Haro. Todos se dirigían hacia Puerto Muradal (Despeñaperros), en cuya cima estaba el ejército de Miramamolín. Allí se produjo la actuación heroica de don Diego junto con dos de sus nietos, que subieron hasta el llano de la Losa y, desde allí, a una planicie llamada Las Navas de Tolosa, guiados por un pastor de la zona.

Don Diego Lope de Haro con el pastor de las Navas

Al ver el giro que tomaba la contienda, Al-Nasir ordenó tocar retirada y huyó precipitadamente hacia Jaén. Se dice que fue tal el desastre que el rey almohade tuvo que utilizar un burro para poder escapar de la muerte.

Entre la leyenda se cuenta que aquel 16 de julio, en pleno fragor de la batalla, Domingo Pascual, canónigo de la Catedral de Toledo, tomó la cruz del arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada, abriéndose camino entre los escuadrones enemigos sin ser alcanzado por las saetas que lanzaban los musulmanes. Este relato del paseo triunfal de la Cruz fue recogido por el propio arzobispo y en la carta que Alfonso VIII envió al Papa para darle cuenta del triunfo cristiano. Domingo Pascual llegó a ser posteriormente arzobispo de Toledo durante un breve periodo en 1262.

Como consecuencia de esta batalla, el poder musulmán en la península ibérica comenzó su declive definitivo y la Reconquista tomó un nuevo impulso, que produjo en los siguientes cuarenta años un avance significativo de los llamados reinos cristianos.

Para conmemorar esta decisiva batalla se instituyó una fiesta en este día para toda la extensa diócesis de Toledo, conocida como fiesta del Triunfo de la Cruz. Entre los lugares en los que comenzó a celebrarse con mayor solemnidad estaba Santa Olalla.

Las fiestas dedicadas a la Cruz en el antiguo calendario litúrgico eran tres: “La Cruz de Mayo”, el 3 de mayo, conmemorando el hallazgo por Santa Elena de la Cruz en la que murió Cristo; la “Exaltación de la Cruz”, el 14 de septiembre, conmemorando la recuperación de la Cruz, arrebatada por los persas; y el “Triunfo de la Cruz”, el 16 de julio.

Como hemos dicho, con la victoria de las Navas de Tolosa quedó instituida la fiesta del “Triunfo de la Cruz”, una fiesta propia de la diócesis de Toledo, que durante siglos sobrevivió a los distintos sínodos diocesanos —en muchos de los cuales se redujo el número de fiestas— y que el 30 de diciembre de 1573 el papa Gregorio XIII mandó celebrar en todos los Reinos de España y en el Nuevo Mundo.

Especialmente en Santa Olalla y su tierra se inició esta celebración del “Triunfo de la Cruz” con gran fuerza. Como hemos dicho, en la batalla se habían destacado miembros importantes de la casa señorial de la villa, especialmente don Diego López de Haro (?-1214), capitán general de aquella victoria. Él era familiar, seguramente hermano, de doña Mencía Lope de Haro, señora de Santa Olalla al estar casada con Alvar Pérez de Castro.

La solemnidad del Triunfo de la Cruz se siguió celebrando en Santa Olalla sin novedades hasta la última década del siglo XVI, pues en 1598 se transforma por voto del pueblo en la Fiesta del Cristo de la Caridad. La celebración de esta primitiva fiesta queda reflejada en las relaciones topográficas de Felipe II realizadas para Santa Olalla el 8 de febrero de 1576: “Al quincuagésimo segundo se responde que se guardan tres fiestas de voto y costumbre en esta villa y son el Triunpho de la Cruz y es a diez y seis de julio y celebrase por aquella victoria que se hubo del puerto Muradal, porque don Diego López de Haro, capitán de aquella victoria, fue de la casa de los señores desta villa, y dende aquella victoria se hace este día una fiesta muy solemne y es nombrada en toda esta tierra, la otra fiesta es de Santa Brígida, por las calamidades de las viñas y heredades, y la otra es de Santa Olalla, porque es advocación de esta villa”.[3]

Todos los pueblos y aldeas del señorío de Santa Olalla celebraron esta fiesta con solemnidad, aunque paulatinamente la fueron perdiendo. En el momento en que se toman las famosas Relaciones de Felipe II, en torno a 1576, mantenían la celebración Domingo Pérez, Erustes, Mesegar y su aldea vecina de El Membrillar. Mesegar, por estas fechas, ya no pertenecía al señorío de Santa Olalla y había pasado a ser del señorío de Montalbán, pero su aldea vecina de El Membrillar sí permanecía en el señorío de Santa Olalla, celebrando ambos núcleos la fiesta del 16 de julio.

Curiosa es su aportación a las relaciones: “Guardase el día del Triunfo de la Cruz de la batalla, que cae a diez y seis de julio, este voto es muy antiguo, y no alcanzamos por qué fue”.[4]



[1] BERGANZA, Francisco de: Antigüedades de España propugnadas en las noticias de sus reyes, Volumen 2. (Imp. Francisco del Hierro. Madrid, 1721). Pág. 572.

[2] ORTIZ Y SANZ, José: Historia general de España, Volumen 3. Tercera edición. (Imprenta de don Alejandro Gómez Fuentenebro. Madrid, 1846). Pág. 316.

[3] VIÑAS MEY, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España, hechas por iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo. (Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1951). Págs. de 425.

[4] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Dieciséis de Julio: Orígenes, historia, leyenda, tradición y devoción del Santísimo Cristo de la Caridad de Santa Olalla, en el Octavo Centenario de la Fiesta del 16 de julio (1212–1598–2012). (Ediciones Andante. Santa Olalla, 2012). Pág. 8.



Publicación en la Revista del Cristo de la Caridad 2025


miércoles, 2 de julio de 2025

Grabación profesional de la «Jota Santaolallera»


A finales del año 2024 uno de los mejores grupos de música folk de Castilla-La Mancha, Aires de Ronda, ha grabado en los estudios Jenny Records de Toledo su disco «Al Destemple».

Entre las 15 canciones de este nuevo disco del grupo, se incluye la «Jota Santaolallera». Todo un orgullo que esta jota que surgió como un aditivo más para completar el encendido de Barreñones tenga ya su grabación profesional, en CD y disponible en todas las plataformas digitales como Spotify.

La «Jota Santaolallera» se estrenó durante el encendido de los Barreñones de Fuego de 2022 y no es no es otra cosa que la adaptación del más famoso de los refranes de Santa Olalla «Santa Olalla mal haya, tiene tres torres y por eso le llaman engaña pobres», usado como estribillo y salteado de unas estrofas creadas exprofeso por Josué López Muñoz y mezcladas con otras estrofas recopiladas en el entorno y que pueden ponerse o quitarse según queramos alargar nuestra jota. La música la compuso para esta jota el grupo Aires de Ronda del Carpio de Tajo.

 

Vengo de la Fuente el Higo.

Vengo de la Fuente el Higo,

vengo del Abrevadero

paso por la Fuente Grande,

el Caño y los Lavaderos.

El Caño y los Lavaderos,

vengo de la Fuente el Higo.


Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres

y por eso le llaman

engaña pobres.

Engaña pobres ¡niña!

engaña pobres.

Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres.


Al camino la Higueruela.

Al camino la Higueruela,

te voy a ir a buscar

y esta noche en la plaza

Jotas vamos a bailar.

Jotas vamos a bailar,

al camino la Higueruela.

 

Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres

y por eso le llaman

engaña pobres.

Engaña pobres ¡niña!

engaña pobres.

Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres.


Cuando paso por tu puerta.

Cuando paso por tu puerta,

cojo pan y voy comiendo

pa’ que no digan tus padres

que con verte me mantengo.

Que con verte me mantengo,

cuando paso por tu puerta.

 

Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres

y por eso le llaman

engaña pobres.

Engaña pobres ¡niña!

engaña pobres.

Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres.

 

Morena tuvo que ser.

Morena tuvo que ser,

la Virgen de la Piedad

porque moreno es su hijo

el Cristo la Caridad.

El Cristo la Caridad,

morena tuvo que ser.

 

Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres

y por eso le llaman

engaña pobres.

Engaña pobres ¡niña!

engaña pobres.

Santa Olalla mal haya,

tiene tres torres.

 

Y allá va la despedida.

Y allá va la despedida,

la que no quisiera echar

que se me ha roto una cuerda

y la tengo que arreglar.

Y la tengo que arreglar

y allá va, que va la mía.

Publicación en la Revista del Cristo de la Caridad 2025


martes, 1 de julio de 2025

Vitrina Cero - Columnilla visigoda


Columnilla visigoda

Fragmento de una pequeña columna (columnilla) tallada en mármol. De sección octogonal, en uno de los extremos tiene una sencilla moldura.

Número de inventario: SO/33

Datación: Siglos V-VI

Contexto histórico: Etapa visigoda

Materia: Piedra de mármol

Técnica: Tallado y pulido

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández

http://ceres.mcu


 

jueves, 5 de junio de 2025

Vitrina Cero - Puntas de flecha paleolíticas


Puntas de flecha paleolíticas

Cuatro puntas de flecha foliáceas elaboradas a partir de cantos rodados de cuarzo y con acabado tosco. Perteneciente a las industrias líticas del paleolítico. Herramientas líticas prehistóricas. Se trata de piedras de gran dureza, talladas por ambas caras hasta conseguir una forma triangular, con bordes sinuosos a lo largo del contorno.

Número de inventario: SO/43/A

Datación: Paleolítico

Contexto histórico: Pre-historia

Materia: Piedra

Técnica: Tallado y pulido

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández http://ceres.mcu


 

domingo, 25 de mayo de 2025

Carraca de San Julián, un instrumento propio de la Semana Santa

 

Un elemento curioso, de los muchos que guarda la iglesia de San Julián de Santa Olalla, es una carraca de madera que se utilizaba antiguamente durante la Semana Santa.

En los días de Semana Santa en los que no se pueden tocar las campanas, durante el Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo hasta la Vigilia Pascual, en señal de duelo por la muerte de Jesús, se hacían sonar por las calles carracas o matracas para avisar de los oficios religiosos y de las procesiones. En otros lugares de España también en el ámbito de la Semana Santa, algunas cofradías penitenciales hacen sonar carracas durante su desfile procesional, y en otros se usa para simular un terremoto durante el Oficio de Tinieblas.

Se trata simplemente de una caja de madera, con una manivela que al hacerla girar mueve dos piñones que golpean a dos lengüetas o tablillas, produciendo un sonido estruendoso.

Una variante de la carraca es la matraca; instrumento de madera compuesto por un tablero y un par de aldabas, que al sacudirlo, produce un ruido desapacible; por lo repetitivo e incluso molesto de su sonido nació el dicho de «dar la matraca».

La carraca que conserva la iglesia de San Julián de Santa Olalla fue recuperada en el año 2012 por la Cofradía de Jesús Nazareno de Medinaceli y expuesta en su vitrina.[1]



[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: La Capilla de Jesús de Medinaceli en San Julián, (Cofradía de Jesús Nazareno de Medinaceli de Santa Olalla. Santa Olalla, 2012). Pág. 27.

sábado, 24 de mayo de 2025

Sea la luz; y fue la luz - Una pintura nueva para el retablo de «los San Julianes»

 

Siempre hemos conocido el retablo mayor de la iglesia de San Julián, conocido popularmente como el retablo de los “San Julianes”,[1] incompleto, faltándole la pintura central del banco del retablo.

En sus orígenes este espacio lo ocupaba una sencilla pintura de temática eucarística. Se trataba de una tabla pintada al óleo en la que encontrábamos un sol flanqueado por dos árboles y otra vegetación. Esta tabla decorativa hay que fecharla en el momento de la construcción del retablo por Juan Gómez Lobo en 1676.[2]

Conocemos esta pieza gracias a una fotografía de 1936 de la Biblioteca Nacional, realizada tras los destrozos de la Guerra Civil.[3]

Desgraciadamente esta pintura no se ha conservado y su falta fue cubierta por un tapizado de damasco rojo que servía de fondo al templete o manifestador eucarístico.

Poco antes de la Semana Santa de 2025 esta carencia fue subsanada con una nueva pintura. Un óleo sobre lienzo realizado por el pintor, afincado en Santa Olalla, José Sánchez Castro, cuyas obras son de reconocido prestigio en el ámbito nacional, es una importante obra el siglo XXI que se pretende incorporar a un retablo antiguo como aportación de las generaciones actuales al arte sacro y al patrimonio de la iglesia de San Julián de Santa Olalla.

La obra representa un paisaje agreste en el que, en un cielo entre tinieblas, se abre paso la luz. Escena que hace referencia al libro del Génesis y a la creación del mundo, «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz» (Génesis 1.3). Pero que también es apropiada para servir de fondo a la imagen de un crucificado como es el caso en el retablo de Santa Olalla.

 



[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Retablo Mayor de los San Julianes de Santa Olalla. Dentro del libro colectivo Retablos en la comarca de Torrijos. (Instituto de Estudios Comarcales Señoríos de Entre-Ríos. Torrijos, 2013). Pág. 79-86.

[2] Archivo Diocesano de Toledo: Pleito con el cura sobre el pago del construido retablo de la iglesia parroquial de San Julián. Reparación de templos - Caja 53 – Expte. 2.

[3] Biblioteca Nacional de España: Iglesias e imágenes religiosas destruidas (Toledo) [Material gráfico]

(España Delegación del Estado para Prensa y Propaganda. Fondo fotográfico de la Guerra Civil Española. 1936-1939). Signatura: 796272455.