España ha estado históricamente especialmente
vinculada a la Custodia de Tierra Santa y de los Santos Lugares, contando desde
el siglo XIII con la fidelidad de las casas reales españolas.
Esta devoción hacia los Santos Lugares será
el origen de una contribución enorme y constante de España, a través de la
orden franciscana, en favor de mantener su presencia en Oriente; estas
contribuciones fueron, durante varios siglos, el principal apoyo económico y
cultural de la Custodia de Tierra Santa. En consecuencia, el cargo de ecónomo
de la Custodia, responsable de la gestión de fondos, fue durante mucho tiempo
atribuido a un religioso español, como lo confirman de manera explícita los
estatutos de 1746.
Un pequeño testimonio documental de aquellas
contribuciones obligatorias, para cada una de las poblaciones españolas, es el
recibo de la de mil maravedís que hizo en 1716 el lugar de Erustes,
perteneciente al Señorío de Santa Olalla.[1]
Transcribimos el documento:
Como
vice-comisario de Jerusalén es esta Santa Provincia de Castilla: Digo que
recibió el hermano sustituto del síndico señalado en ella, los mil maravedís
que ha dado el lugar de Erustes por los mil que su majestad (que Dios guarde)
manda dar de limosna cada un año a cada una de las ciudades, villas y lugares
para la conservación de los Santísimos Lugares de Jerusalén, ayuda de los
reparos de los sagrados templos en que están y se veneran, y mantenimiento de
los religiosos, que en ellos habitan para su guardia y custodia y dichos mil
maravedís los entregaron los señores Isidoro Gómez de las Heras, alcaldes ordinarios
en este dicho lugar por lo que toca al año de mil setecientos y quince.
[1] ARCHIVO MUNICIPAL DE SANTA OLALLA: Recibo de contribución a los Santos Lugares
por el lugar de Erustes, 1716. (AMSO/2002).
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