lunes, 1 de enero de 2018

El Pelícano, una representación Eucarística en la Iglesia de San Pedro Apóstol de Santa Olalla

El salón parroquial de la iglesia de San Pedro Apóstol de Santa Olalla conserva un curioso sagrario empotrado en uno de sus muros. Se trata de una pieza barroca del siglo XVII con varias molduras de talla de madera en sus bordes. Las tallas estaban doradas aunque actualmente está en mal estado de conservación y se encuentra repintado con purpurina.
La puerta del sagrario conserva una hermosa y colorida pintura al óleo que representa uno de los símbolos eucarísticos más antiguos. El conocido como Pelícano Eucarístico, que en esta ocasión parece en su nido, con su plumaje blanco, las  alas abiertas, el cuello torcido y picándose el pecho con su propio pico hasta herirse y sacarse sangre con la que se alimentan sus cuatro crías.  
Este símbolo tiene su origen en una antigua leyenda muy difundida en los bestiarios medievales, según la cual el pelícano, en tiempos de escasez, nutría a sus crías con la sangre que sacaba de su pecho con su propio pico. Tan admirable comportamiento condujo a relacionar a esa ave con Jesucristo, el cual ofrece su propio cuerpo y sangre en la Eucaristía.
Y para terminar un fragmento del himno “Adoro te devote” de Santo Tomas de Aquino, en el que se menciona al pelícano.
Señor Jesús, Pelícano bueno,
límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre,
de la que una sola gota puede liberar
de todos los crímenes al mundo entero.
Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego,
que se cumpla lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro cara a cara,
sea yo feliz viendo tu gloria.

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