En la confluencia de las calles Toledo y Aldeanos se levanta
la ermita de San Sebastián en Santa Olalla. Pese a su aspecto completamente
renovado la pequeña ermita de San Sebastián se construyó por mandato de los
Condes de Orgaz a finales del siglo XVI con el fin de que sirviera de capilla a
los viajeros y peregrinos que entraban al pueblo de Santa Olalla desde el
Camino Real de Toledo por la conocida como puerta de Toledo. Se eligió la
advocación de San Sebastián por ser el abogado contra la peste, siendo su culto
potenciado por los Reyes Católicos y Felipe II.
Destaca en la emita la talla de estilo manierista del santo
que la mayoría de los autores atribuyen al taller de escultura de Jorge Manuel
Theotocópuli (Toledo,
1578 - 1631), el hijo del Greco. Algunos autores se aventuran a
atribuírsela al escultor Giraldo de Merlo.
El hijo de
El Greco, Jorge Manuel Theotocópuli siguiendo los pasos de su padre fue pintor,
escultor y arquitecto, oficio en el que destaco especialmente. Pero además fue
un gran comercial: primero de la obra de su padre, que en sus últimos años
delega en su hijo esta labor de buscar encargos y cerrar contratos; y más tarde
de su propia obra y de las obras generadas en su taller. Aunque hay que decir
que acabó arruinado debido a un litigio con el Hospital de Tavera, por el que
le fueron embargados todos sus bienes.
El objetivo
del Greco, a su llegada a Toledo, era formar un taller amplio que le permitiera
hacerse cargo de la realización completa de retablos (arquitectura, escultura y
pintura) y de producir gran cantidad de cuadros devocionales a precios
asequibles. Todavía hoy son muchas las obras que se atribuyen al Greco y son
obras de su taller, en las que el maestro intervenía de manera mínima. También
son muchas las obras de taller que se han atribuido a su hijo Jorge Manuel.[1]
En cuanto a
nuestra ermita, sabemos por las relaciones de Felipe II que en 1575 que la
ermita todavía no existía: “hay dos
ermitas extramuros una se dice de San Juan Baptista y otra de Santa Olalla”[2].
Los
documentos antiguos que hacen referencia a esta ermita son ciertamente escasos,
se conserva una autorización por la que el Arzobispado de Toledo da licencia para
que la fiesta de San Sebastián pudiera celebrarse en domingo, no contiene fecha
pero parece ser de los primeros años del siglo XVIII. [3]
Transcribimos
el documento que en la parte superior contiene la nota “Da se licencia”. Dice así: “Alonso de Yepes en nombre de los
mayordomos y cofrades de la cofradía del glorioso Mártir San Sebastián, que se venera
en la parroquia del Señor San Pedro de la villa de Santa Olalla digo que el
domingo próximo veintitrés de este mes se celebra su fiesta principal con todo
aparato de adorno y mucho número de lucir y para más devoción: Vuestra Señoría
Ilustrísima suplican mande dar licencia para que este descubierta la Divina Majestad
Sacramentada y se recibirán mercedes. Yepes.[4]
Esta
licencia que autoriza a exponer el Santísimo y celebrar la fiesta de este santo
en el domingo más próximo al 20 de enero, algo que sigue estando vigente
actualmente ya convertido en tradición. El domingo anterior se acude a la
ermita para trasladar el Santo hasta la iglesia de San Pedro, allí esta durante
una semana hasta que nuevamente después de su misa es devuelto a la ermita
donde los vecinos ofrecen limonada, y otros aperitivos a todos los
asistentes.
El árbol del martirio de San Sebastián es decorado con ramas
de laurel, y de él se prenden naranjas y rosquillas que se ofrecen y se
bendicen durante la misa y que finalmente se venden entre los participantes.
[2] VIÑAS,
Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones
Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa
de Felipe II. Pág. 425
[3] Archivo
Histórico Diocesano de Toledo: Legajo TO-48 / Expte. 26.
[4] Agradezco la colaboración en la trascripción
de este documento de Sara González
Castrejón, experta paleógrafa. Que también me apunta que su profesor en la
UCLM Fernando Llamazares apuntó que la imagen de San Sebastián seria del siglo
XVI y la situó en el entorno del taller de Alonso de Berruguete.
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