La iglesia de San Julián de Santa Olalla conserva entre su patrimonio artístico un precioso púlpito de estilo barroco elaborado en el siglo XVII.
El púlpito o tribuna es una plataforma elevada dentro de la iglesia desde la que se predicaba. Se sitúa adosado a uno de los pilares de la nave central del templo, próximo al altar. Actualmente no se usa puesto que las normas litúrgicas vigentes recomiendan que la homilía, como parte integrante de la misa, se diga desde el presbiterio, junto al altar.
El pulpito de San Julián se conserva completo y consta de varias partes: la «escalera», situada alrededor del pilar que sostiene el púlpito; el «sostén», que está en voladizo, reposando únicamente sobre un refuerzo de forja; la «tribuna», con la plataforma sobre la que se colocaba el oficiante y el antepecho o pretil, que es la barandilla de forja que cierra la parte inferior del púlpito y que tiene incluso puerta para cerrar el acceso de la escalera; y el «tornavoz», que es el dosel de forma octogonal que cubre el púlpito en su parte superior y que favorece la transmisión del sonido.
Destaca en el conjunto todo el trabajo de hierro forjado y la decoración con una cenefa estofada en oro que encontramos en el borde de la base. Y muy especialmente destaca el tornavoz octogonal, policromado y dorado, y de estilo barroco. Cuenta con una pintura sobre la tabla de Escuela Toledana que representa al Espíritu Santo, la paloma blanca con las alas abiertas rodeada de rayos y nubes y de siete cabezas de angelotes. La parte superior del tornavoz está decorada, entre otros elementos, de una pequeña cornisa nacen seis brazos en sus esquinas frontales que se elevan para confluir en un florón de hojarasca.
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