El 25 de octubre de 2020 se colocaba en Santa Olalla, junto al ayuntamiento, el primer hito del Camino Real de Guadalupe. La inauguración se realizó en forma de relevo que nos llegó de manos del alcalde de Maqueda, recogió el alcalde de Santa Olalla, Pedro Congosto y se entregó al alcalde de Cazalegas.
Tras muchos esfuerzos y gestiones junto a otros siete ayuntamientos, con autoridades civiles y eclesiásticas, Santa Olalla ocupó el lugar que le corresponde por derecho propio en ese trazado, de Madrid a Extremadura. Ningún santaolallero duda de que somos parte de ese trazado, como tampoco lo han hecho los pueblos que nos hemos unido para incorporarnos a esta red de caminos: Casarrubios del Monte, Ventas de Retamosa, Santa Cruz del Retamar, Quismondo, Novés, Maqueda, Santa Olalla y Cazalegas.
De manera que el trazado del Camino Real de Guadalupe es el siguiente: Madrid, Alcorcón, Móstoles, El Álamo, Casarrubios del Monte, Ventas de Retamosa, Santa Cruz del Retamar, Quismondo, Novés, Maqueda, Santa Olalla, Cazalegas, Talavera de la Reina, Alberche, Calera y Chozas, Alcañizo, Oropesa, Alcolea de Tajo, Puente del Arzobispo, Villar del Pedroso, Carrascalejo, Navatrasierra y Guadalupe.
Breve historia del Camino Real de Guadalupe
a su paso por Santa Olalla
Tenemos constancia del paso por Santa Olalla camino de Guadalupe de la corte del rey Juan II de Castilla, el 20 de febrero de 1435, cuando el rey procedente de Maqueda “fue a comer a Santa Olalla”. También sabemos de una estancia de Fernando el Católico que se aposentó en Santa Olalla el 10 de junio de 1479 procedente de la Puebla de Guadalupe. El emperador Carlos I el 6 de abril de 1525 partía de Móstoles, almorzaba en San Silvestre y pernoctaba en Santa Olalla de donde partió al día siguiente en dirección a Cazalegas y Talavera, donde durmió. Meses después, el 21 de febrero de 1526 partía de Torrejón, almorzaba en Portillo y se dirigía a Santa Olalla para dormir y partir el 22, de nuevo, a Talavera de la Reina.
Fray Francisco de San José fraile jerónimo profeso en el propio monasterio de Guadalupe recogió en un libro diversos milagros dela Virgen de Guadalupe, y entre ellos el que realizo a una niña santaolallera en 1714 Juana Tenorio, y recoge además la peregrinación que hicieron como promesa de ir ella y su madre desde Santa Olalla hasta el Monasterio de Guadalupe.
Como últimos datos añadir que Santa Olalla disponía del Hospital de San Antón, lugar en el cual, según sus ordenanzas, se acogía a los peregrinos que pasaran y tuvieran que hacer noche en nuestra villa. Y además se cobraba el Portazgo, un pago del que estaban exentos los peregrinos, conservándose todavía las conocidas como “Piedras del Portazgo”, que situadas sobre la antigua Carretera Real era el lugar donde debía pagarse este impuesto.
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