viernes, 24 de enero de 2020

El paso “in extremis” por Santa Olalla del obispo de Plasencia, don Luis Crespí de Borja

Don Luis Crespí de Borja, conocido como "el embajador de María"

En base al exhaustivo estudio de mi amigo y compañero novesano Francisco Javier de Fuentes[1], resumo los acontecimientos relacionados con Santa Olalla cuando trasladaban de Plasencia a Madrid al señor obispo de Plasencia don Luis Crespí de Borja, enfermo y en grave peligro de muerte.
Don Luis Crespi de Borja (Valencia, 1607 – Novés, 1663) descendía de la famosa e ilustre familia Borja. Desde niño tubo una formación encaminada al gobierno de la iglesia, llegando a ser obispo de Orihuela (Alicante) en 1651 y obispo de Plasencia (Cáceres) en 1658. En 1660 fue comisionado por el rey Felipe IV para solicitar al papa Alejandro VII la concesión de la festividad de la Inmaculada Concepción, algo que logró con la bula sobre dicha festividad el 8 de diciembre de 1661. En 1676 fray Tomas de la Resurrección publicó una primera biografía suya.[2]
Grabado del obispo don Luis Crespí de Borja
Marcos Orozco - Año 1664
Pero el obispo que padecía varias enfermedades, se puso verdaderamente enfermo en Plasencia durante el invierno de 1663. Pasada esa estación los médicos le convencieron para que acudiera a Madrid a ser tratado de sus dolencias. El 3 de abril de 1663 salía de Plasencia y tras varias paradas el obispo comprendió que su muerte estaba cerca y que probablemente no llegaría a la corte.
El 14 de abril de 1663 llega a Santa Olalla. “Al llegar a la villa de Santa Olalla se agravo su estado, por consejo del médico, quien le encontró débil de pulso y con excesivos dolores, recibió el viatico. Se confesó con fray José Francisco de la Madre de Dios, guardián del convento de franciscanos descalzos de este lugar; antes de recibir el sacramento de la Eucaristía hizo una breve plática que enterneció grandemente a los presentes.
Viéndose con fuerzas para ello, prosiguió su camino, pidiendo a dicho guardián y a otro compañero suyo que le acompañasen en su viaje, como así hicieron”.[3]
La noche del 15 de abril de 1663 llegó a Noves. Su medico comprendió que era imposible continuar y se alojaron en casa de Andrés Hernández, cardador de paños, el obispo fallecería en esta casa el 19 de abril. A las dos de la Mañana el franciscano de Santa Olalla fray José Francisco de la Madre de dios le hizo su “Oficio in die obitus” en la iglesia de Noves. Su cadáver fue trasladado a Madrid al Colegio Imperial de la Compañía de Jesús y cuatro años más tarde trasladado a Valencia para ser enterrado en la capilla de Santa Ana del Oratorio de San Felipe Neri que él había fundado.
Se conserva en el archivo parroquial de Noves su partida de defunción que nos dice: “Recibió en este dicho lugar el sacramento de la extrema unción solamente, por haber recibido el día antes en la villa de Santa Olalla el santísimo sacramento de la penitencia y el santísimo sacramento de la Eucaristía per modum viattici, según refirió el padre guardián de los Padres Descalzos del convento de aquella villa, y la familia del señor obispo”.[4]
Según nos cuentan las crónicas[5] en el momento de su muerte se dieron sucesos extraordinarios, que fueron tomados como milagros, se escuchó música de chirimías y su cadáver desprendía “buen olor”. Ante tales sucesos fueron entrevistadas bajo juramento noventa y dos personas, de las cuales solo cuarenta y cinco escucharon la música de chirimías. Esta es la declaración del fraile guardián de Santa Olalla: “padre fray José Francisco de la Madre de Dios, guardián del convento de franciscanos descalzos de Santa Olalla. Vino acompañando al obispo desde aquella villa, por habérselo pedido su ilustrísima, y le asistió en Noves de su enfermedad, no apartándose de su cabecera hasta que murió. No escucho música de Chirimías. Ni le pareció que la habitación oliera bien. Dijo tener treinta y siete años, poco más o menos”. Su opinión fue especialmente tenida en cuenta para que el consejo arzobispal de Toledo dictaminara en 1664 que no había suficiente claridad para declarar el suceso como milagroso.



[1] FUENTES FERNANDEZ, Francisco Javier de: Lo que sucedió en Novés al tiempo de la muerte del obispo de Plasencia, (Edición digital de la Biblioteca Virtual de la Comarca de Torrijos. Torrijos, 2009). Edición digital en www.bibliotecacomarcatorrijos.com
[2] Fray Tomás de la Resurrección: Vida del venerable y apostólico prelado el ilustrísimo y excelentísimo señor D. Luis Crespi de Borja, Obispo que fue de Orihuela, y Plasencia, y embajador extraordinario por la majestad católica del rey Felipe IV a la Santidad de Alejandro VII para la declaración del culto de la Concepción de María felizmente conseguida, (Juan Lorenzo Cabrera. Valencia, 1676).
[3] FUENTES FERNANDEZ, Francisco Javier de: Lo que sucedió en Novés al tiempo de la muerte del obispo de Plasencia. Pág. 6.
[4] Archivo Parroquial de Novés: Libro de difuntos. Folio 66. Cita tomada de Javier de Fuentes.
[5] Real Academia de la Historia: Copia y traslado de unas informaciones y otros autos y diligencias fechas por comisión y mandato del Emmo. Señor Cardenal Sandoval Arzobispo que fue de Toledo, sobre lo que sucedió en el lugar de Noves al tiempo de la muerte del Señor don Luis Crespi de Borja, obispo que fue de Plasencia, (1665). Ref. 9/998 (M-192).


Grabado de las fiestas que Valencia realizó a la
Inmaculada Concepción en 1663

Aparece representado el obispo
Luis Crespí de Borja junto al Papa

Retrato de Luis Crespí de Borja
Universidad de Valencia

Portada de la Biografía de Luis Crespí de Borja
Valencia, 1676


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