La
villa de Santa Olalla contaba desde la reconquista con este derecho que suponía
una carga impositiva sobre las personas, ganado y mercancías que entraban o pasaban
por la villa.
En
el documento más antiguo que se conserva en el Archivo Municipal de Santa
Olalla ya se regula el Portazgo de la Villa, se trata de la concesión del Fuero
de Toledo a Santa Olalla por el rey Alfonso VII el 6 de abril de 1124.[2]
Esta
concesión del portazgo fue confirmada en sucesivas ocasiones como el 20 de
julio de 1350 cuando el rey de Castilla Pedro I "el cruel" concede a don
Martín Fernández de Toledo el señorío de Santa Olalla, dándole el portazgo y
término de Santa Olalla. Este es un extracto del documento firmado en Sevilla de
la cesión del señorío a Martín Fernández: "A
vos Martín Fernández mi ayo y mi Notario mayor de la Andalucía y mi canciller
mayor del sello y mi Alcalde mayor de Toledo; por vuestros servicios y los buenos
y muy leales que hizo don Gonzalo Ruiz vuestro Padre a nos y a los Reyes ende vengo
y señaladamente al rey don Alfonso mi padre que dios perdone [...] He de hacer
bien y merced de vos que halléis libremente el donadío del Portazgo de Santa
Olalla y de su término y aquellas cosas que suelen andar y andan ahora en renta
con el dicho Portazgo de Santa Olalla […]".[3]
Después
de un largo pleito contra el señor feudal de Santa Olalla, el 9 de abril de
1501, los vecinos de la ciudad de Toledo son declarados exentos del pago del
Portazgo. Así sus mercancías se ven libres del pago de esta carga impositiva a
su paso por nuestro pueblo.
En
las Relaciones de Felipe II se nos dice que: “El señor tiene un portazgo en ella que le vale más de doscientos mil
maravedís”.[4]
Por
el Catastro de Ensenada sabemos que el señor de la villa y Conde de Orgaz
cobraba a los vecinos pecheros, aquellos obligados al pago de los tributos, los
derechos de portazgo por el paso por Santa Olalla unos 400 reales, aunque parte
del portazgo se destinaba a arreglar el camino real.[5]
En esta época el portazgo estaba arrendado a Mateo López por 200 reales.[6]
El
viajero ilustrado Antonio Ponz nos dice: “En
Santa Olalla exigen portazgo, y es porque según he oído, tenían la obligación
de mantener por allí el camino reparado, y seguro. Ha quedado la carga al
pasajero sin provecho".[7]
Finalmente
los derechos de Portazgo fueron abolidos con las reformas liberales del siglo
XIX.
En
el caso de Santa Olalla el lugar del camino en el que se debía pagar no eran
sus puertas como sucedía en otros muchos lugares, sino un lugar que estaba
fuera del núcleo urbano a varios kilómetros en dirección Talavera, en el paraje
conocido todavía hoy como el Portazgo, y que abarca una zona a ambos lados de
la antigua Carretera Real. Podemos ver su delimitación en un plano de 1881.[8]
En
este lugar existía un edificio del portazgo, con vivienda,[9]
y junto a él estaban las dos piedras que lo marcaban y que permitían cerrar el
paso. Se trata de dos sencillos hitos de piedra de granito, en forma de pilares
rectangulares con una anchura de 60 por 60 cm. coronados con otras dos piezas
de piedra de forma piramidal con lo que alcanzan una altura de 115 cm. Están
traspasados lateralmente por un grueso taladro de 10 cm aproximadamente que
permitiría cerrar el paso entre ellos con un madero circular. Estos restos son posiblemente
del siglo XVI, época de mayor pujanza del señorío de Santa Olalla.
Por
todo lo que antecede “Las Piedras del
Portazgo” merecen ser conservadas y puestas en valor, como así sea hecho, por
ser el único testigo físico que ha perdurado de aquel Portazgo que marco la
historia de la villa de Santa Olalla y su estrecha vinculación a la Carretera
Real de Madrid a Lisboa.
[2] Archivo Municipal de Santa
Olalla: Privilegio Real de Concesión del Fuero de Toledo a la Villa de Santa
Olalla. SO/106/1
[3] AHPTO H-1816, folio 112. Transcripción de todos los títulos del Señorío de esta villa de Santa
Olalla, año 1751.
[4] VIÑAS MEY, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones
Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España, hechas por
iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo. (Consejo Superior de
Investigaciones Científicas. Madrid, 1951). Págs. de 421 a 427.
[6] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Santa
Olalla en… (Relaciones geográficas y libros de viajes. Del siglo XVI al XIX).
(Santa Olalla, 2017). Pág. 56.
[7] PONZ, Antonio: Viaje
de España o Cartas en que se da noticia de las cosas
más apreciables y dignas de saberse, que hay en ella, (Imp. Joaquín Ibarra. Madrid, 1784). Pág. 11.
[9] Archivo Municipal de Santa
Olalla: Padrones de Almas (1871-1880). AMSO/22. En el siglo XIX todavía
aparece la casa y una familia empadronada en ella.
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