lunes, 19 de agosto de 2024

El fuego de los Barreñones que une a seis pueblos

 

Carriches, Domingo Pérez, Erustes, La Mata, Otero y Santa Olalla son seis pueblos que comparten raíces históricas, ya que los seis junto a una decena de aldeas hoy desaparecidas, conformaron el señorío que hasta el siglo XIX se conocía como La Tierra de Santa Olalla.[1]

            Incluso durante la época medieval, aquellas antiguas tierras, llegaron a compartir una fiesta, la del Triunfo de la Cruz, instituida en la Diócesis de Toledo desde el 16 de julio de 1212 cuando se produce la Batalla de las Navas de Tolosa. La implantación de esta fiesta tuvo mayor repercusión en nuestros pueblos dado que el capitán más destacado en aquella victoria fue don Diego Lope de Haro, hermano de la señora de Santa Olalla doña Mencía Lope de Haro.

En el siglo XVI las relaciones de Felipe II dejan constancia de que pueblos seguían manteniendo esta fiesta: Santa Olalla, Domingo Pérez, Erustes y El Membrillar (en el actual término de Mesegar).

Una vez que cada uno de estos pueblos han ido asumiendo sus propias fiestas, solo Santa Olalla ha conservado la celebración del 16 de julio, ya no como del Triunfo de la Cruz sino como del Cristo de la Caridad. En esta fiesta se dan algunas de las tradiciones santaolalleras más singulares como los barreñones de fuego, el baile de las banderas y el baile de las cintas.

La tradición de los Barreñones de fuego está documentada desde 1722. Se trata de una noria de hierro, en la que sus cangilones o “barreñones” se llenan de ascuas y fuego y se la hace dar vueltas con el objetivo de alumbrar en la noche de fiesta de la víspera del día del Cristo de la Caridad.

Desde hace casi una década esta tradición se ha engrandecido celebrando el encendido solemne de los barreñones. Para ello se cuenta con la participación de los alcaldes de los seis pueblos, que de manera simbólica renuevan en esa noche los lazos históricos que los unen.

Entre jotas y coplillas con referencias a cada uno de los pueblos, los seis alcaldes se van acercando al artefacto de los barreñones encendiendo su propio barreñón.

Compartimos algunas imágenes del alcalde de Carriches, Isidro Castaño, encendiendo el barreñón de Carriches y las coplillas que la reina y damas infantiles de las fiestas recitan a cada pueblo.

 

A La Mata

 

Por San Juan voy a La Mata

cuando comienza el verano,

es el tiempo de la siega

es tiempo de paja y grano.

 

Fiestas de San Juan Bautista

repletas de diversión

de piñonates, de dulces,

de sangría y de limón.

 

A Erustes

 

A Erustes tengo que ir

en las fiestas de San Roque,

desde su torre mudéjar

la campana ya da el toque.

 

Es un pueblo acogedor

que da gusto visitarlo,

entraré a ver la iglesia

monumento destacado.

 

A Carriches

 

Cuando vaya por Carriches

subiré hasta la ermita,

que la Virgen de la Encina

recibe a quien la visita.

 

Si voy en el mes de agosto

la encontraré más hermosa,

los carrichanos te aclaman

como Madre poderosa.

 

A Domingo Pérez

 

Si voy a Domingo Pérez

me encontraré con su ermita,

la de la Virgen del Prado

la de la cara bonita.

 

Iré el ocho de septiembre

para quedarme a la fiesta,

para bailar en la plaza,

ver la pólvora y la orquesta.

 

A Otero

 

Al terminar el verano

no faltaré yo en Otero,

Cristo de la Misericordia

oterano compañero.

 

Desde ese cerro tan alto

se divisan verdes viñas,

tu Rollo marca el camino

que recorrimos de niñas.

 

A Santa Olalla

 

Tras recorrer los caminos

a mi casa en Santa Olalla,

que es casilla de salida

y es la meta que se halla.

 

Pues Piedad y Caridad

son las fiestas de esta villa,

junto a los pueblos vecinos

repetimos sus coplillas.



[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: El fuego de los Barreñones que une a seis pueblos. Revista Cultural Adovea, nº 59. (Patrimonio Cultural Villa de Carriches. Carriches, agosto de 2024).

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