El cascarón del retablo mayor de la iglesia de San Julián,
conocido popularmente como el retablo de los “San Julianes”,[1]
contiene además de la valiosa pintura de la Asunción de la Virgen a los cielos otras
dos pinturas laterales en las que aparecen representados dos santos de enorme
devoción en el barroco: San José y Santa Ana.
Como ya contamos en nuestro artículo sobre la pintura de la
Asunción,[2]
este lienzo se adaptó para el retablo que construyó Juan Gómez Lobo en 1676.[3]
Y para terminar de cubrir el cuarto de esfera se elaboraron a medida, en esa
fecha de 1676, dos nuevas pinturas oleo sobre lienzo que se colocarían una a
cada lado, separadas por nervios de molduras doradas y estofadas.
Las pinturas tienen un corte triangular y además adquieren
una forma cóncava al colocarse los lienzos en el cascaron del retablo. La parte
superior, la más estrecha, está pintada en consonancia con la pintura de la Asunción,
un cielo nuboso, rosado en su parte alta que se torna azulado en la zona
central y en cada una de las pinturas cuatro cabezas de querubines. En la parte
baja un pequeño paisaje montañoso con escasa vegetación y un suelo terrizo.
La primera pintura es la de San José, el glorioso patriarca
aparece de pie con sandalias y vestido con túnica gris-azulada y manto marrón.
Porta una vara a la que parece faltarle el ramo de azucenas, uno de los
atributos más comunes en la representación de San José, tal vez se deba a que
no se interpretó correctamente en el momento de la restauración ya que esta
zona contenía una laguna considerable. En sus brazos el Niño Jesús al que
abraza con ternura y coloca su cabeza junto a la suya.
La segunda pintura es la de Santa Ana, madre de la Virgen María
y abuela del Niño Jesús. Este lienzo contenía enormes deterioros y perdidas por
lo que fue especialmente compleja su restauración; se pretendió en ella
reinterpretar lo poco que se apreciaba de la obra original pero el resultado
fue tan borroso y la intervención tan poco meritoria que desentona en el
conjunto del retablo por la escasísima calidad de la pintura. Santa Ana aparece
en la misma actitud de San José; de pie, vestida con túnica roja y manto
marrón. En sus brazos la Virgen María Niña arropada con un manto azul. Todas
las figuras aparecen coronadas por un nimbo.
Estas pinturas como hemos dicho fueron realizadas en 1676 y
su autor es algún pintor de la escuela toledana del entorno de Simón Vicente
(Madrid, 1640 - Toledo, 1692).
Estas pinturas fueron restauradas en febrero de 2010 por el
equipo de la Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, Laura
de la Colina Tejeda.[4]
[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Retablo
Mayor de los San Julianes de Santa Olalla. Dentro del libro colectivo
Retablos en la comarca de Torrijos. (Instituto de Estudios Comarcales Señoríos
de Entre-Ríos. Torrijos, 2013). Pág. 79-86.
[2] LÓPEZ
MUÑOZ, Josué: La Asunción, la pintura
principal del retablo de los “San Julianes”, (2019). http://eulaliense.blogspot.com/2019/08/la-asuncion-la-pintura-principal-del.html
[3] Archivo Diocesano de Toledo: Pleito
con el cura sobre el pago del construido retablo de la iglesia parroquial de
San Julián. Reparación de templos - Caja 53 – Expte. 2.
[4] COLINA TEJEDA, Laura de la: Propuesta
de restauración e intervención de la Asunción de Santa Olalla. (Universidad
Complutense de Madrid. Madrid, 2010).
San José con el Niño Jesús |
Santa Ana con la Virgen María Niña |
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