viernes, 29 de marzo de 2024

El Entierro del Señor de Orgaz del Greco, una visión desde Santa Olalla

 

“Vienenla a ver con particular admiración los forasteros, y los de la ciudad nunca se cansan, sino que siempre hayan cosas nuevas que contemplar en ella, por estar retratados muy al vivo muchos insignes varones de nuestros tiempos. Fue el artífice y pintor Domingo de Theotocápuli de nación griego”.[1]  Ya en 1605 el historiador toledano Francisco de Pisa (Toledo, 1534 – Ídem, 1616) escribía sobre la que es considerada obra maestra de El Greco, era de los primeros en escribir sobre esta obra tantas veces estudiada.

Y en medio de esta montaña de estudios ¿qué puede aportar desde nuestro propio prisma local? pues una simpe visión desde Santa Olalla, desde la villa que en los años en que se pintó el cuadro era residencia de los Condes de Orgaz.[2]

El entierro del señor de Orgaz es un óleo sobre lienzo con unas medidas de 4,80 x 3,60 metros, pintado por el Greco entre los años 1586 y 1588. Fue realizado para la parroquia de Santo Tomé de Toledo, donde todavía hoy se conserva. Representa la leyenda del entierro milagroso de don Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz. La tradición toledana narra que en 1323, cuando se trasladaron los restos del señor de Orgaz desde el convento de los agustinos, próximo a San Juan de los Reyes, a la parroquia de Santo Tomé, los mismísimos San Agustín y San Esteban descendieron desde el cielo para con sus propias manos colocar el cuerpo en la sepultura, mientras que los admirados asistentes escuchaban una voz que decía: “tal galardón recibe quien a Dios y a sus santos sirve”.

Gonzalo Ruiz de Toledo, no fue señor de Santa Olalla, título que si obtuvo su hijo Martín Fernández de Toledo, que logró unir ambos señoríos en su persona. Le fue concedido el señorío de Santa Olalla el día 20 de julio de 1350, por el rey de Castilla Pedro I "el cruel", en la ciudad de Sevilla dándole el portazgo y término de Santa Olalla. Este es el documento de la cesión del señorío a Martín Fernández: "a vos Martín Fernández mi ayo e mi Notario mayor de la Andalucía e mi canciller mayor del sello de la puerta e mi Alcalde mayor de Toledo; por vuestros servicios e buenos e muy leales que hizo don Gonzalo Ruiz vuestro Padre a bos a los Reyes ende Vengo e señaladamente al rey don Alonso mi padre que Dios perdone quantos con el dicho don Gonzalo Ruiz vuestro padre e vos. Conste es muy grande voluntad hede vos facer bien y merced de vos que ayades libremente el donadio, el Portazgo de Santa Olaya e de su término e aquellas cosas que suelen andar e andan ahora en Renta con el dicho Portazgo de Santa Olaya la tienda de la Farina e las huertas que llaman de dal venga e las tablas que yo he en las carnicerias de dicho logar e las tiendas de los Cordones y alajar que benden especias [...] e otras cosas  e Tiendas e solares que yo he en dcho lugar...".[3]

Gonzalo Ruiz de Toledo fue un hombre muy piadoso y benefactor de la parroquia de Santo Tomé. No en vano la iglesia fue reedificada y ampliada en 1300 a sus expensas. Al morir el 9 de diciembre de 1323 dejó una manda en su testamento que debían cumplir los vecinos de la villa de Orgaz: “páguese cada año para el cura, ministros y pobres de la parroquia 2 carneros, 8 pares de gallinas, 2 pellejos de vino, 2 cargas de leña, y 800 maravedís”, esta manda en nada afectaba a los vecinos de la Villa de Santa Olalla.

Pasados más de 200 años, en 1564, don Andrés Núñez de Madrid, se percató del incumplimiento por parte de los habitantes de la localidad toledana de seguir entregando los bienes estipulados en el testamento de su señor y reclamó la manda ante la Chancillería de Valladolid.

Y cuando al fin ganó el pleito en 1569 y recibió lo retenido (suma considerable por los muchos años impagados), quiso perpetuar para las generaciones venideras al señor de la villa de Orgaz, encargando a Alvar Gómez de Castro el epitafio en latín que se encuentra a los pies del cuadro, en el que además del pleito emprendido por el párroco se narra el relato del suceso prodigioso que ocurrió durante el entierro del señor de Orgaz, dos siglos antes. No conforme con este epitafio unos más tarde decide representar la leyenda en una pintura.

Existen muy variadas descripciones del cuadro que nos desvelan los numerosos simbolismos representados en él.[4] Además de intentos de identificación de los personajes representados entre los asistentes al entierro, que como sabemos son contemporáneos de El Greco representados en la escena de manera anacrónica. La identificación de estos personajes ha supuesto durante siglos todo un juego de apuestas y lo cierto es que muy pocos han sido identificados de manera inequívoca.[5] Algunas hipótesis contrastadas nos apuntan que en el cuadro se encuentran representados dos santaolalleros, Juan Hurtado de Mendoza y fray Cristóbal de Fonseca.

Juan Hurtado de Mendoza
Conde de Orgaz
Detalle del Entierro del Señor de Orgaz del Greco

El caballero de Santiago que muestra sus dos manos abiertas, una de ellas muy cercana al cadáver de don Gonzalo, ha sido identificado como don Juan Hurtado de Mendoza Guzmán y Rojas (Antoniana (Álava), 1536 - Santa Olalla, 1606), Conde de Orgaz y Señor de Santa Olalla en el momento en que se pintó el cuadro. Tal vez por ser el descendiente del protagonista de la obra ocupa un lugar destacado y es una de las figuras más expresivas.

Fraile agustino
Detalle del Entierro del Señor de Orgaz del Greco

Entre los frailes que aparecen en el cuadro hay un franciscano, un dominico y un agustino, tres órdenes religiosas que solían acompañar en los entierros. La figura del fraile agustino, vestido de negro y con la capucha puesta, se ha identificado como la de fray Cristóbal de Fonseca (Santa Olalla, 1550 – Madrid, 1621), protegido del conde de Orgaz que en el momento en que se pintó el cuadro tenía 35 años y estaba en el convento agustino de Toledo.[6]  El padre Gregorio de Santiago Vela dice que había un retrato de Fonseca en la portería del convento de Toledo “por haberle honrado con sus escritos”[7]. Inspirado en este retrato puede estar el que se conserva en la Colección Borbón-Lorenzana de la Biblioteca de Castilla-La Mancha y que pintó Dionisio de Santiago y Palomares entre 1780 y 1800. Con este último retrato, único que se conserva de Fonseca, sí que se pueden establecer claros parecidos fisionómicos que vendrían a corroborar esta hipótesis.

Cristóbal de Fonseca
Biblioteca de Castilla-La Mancha - Toledo


[1] PISA, Francisco de: Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo, historia de sus antigüedades, grandeza y cosas memorables; los Reyes que la han señoreado, o gobernado, y sus Arzobispos más celebrados. (Toledo, 1605). Edición de José Carlos Gómez-Menor Fuentes, (Toledo, 1976).

[2] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: El Greco y Santa Olalla: El Maestro, su hijo, sus discípulos y sus vínculos con Santa Olalla, residencia de los Condes de Orgaz. (Ediciones Andante. Santa Olalla, 2014). Pág. 31.

[3] Archivo Histórico Provincial de Toledo (AHPTO): Transcripción de todos los títulos del Señorío de esta villa de Santa Olalla, año 1751. H-1816, folio 112.

[4] LÓPEZ-COVARRUBIAS MARTIN-CARO, J. Andrés: Toledo en 59 preguntas. (Ediciones Covarrubias. Toledo, 2011). Pág. 142.

[5] Reproducimos dos infografías de José Miguel Travieso Alonso autor del blog Domus Pucelae. www.domuspucelae.blogspot.com

[6] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Cristóbal de Fonseca, su biografía. La Ciudad de Dios – Revista Agustiniana Volumen 233 – nº 2. CiuD-Ra 233-20 (2020) 473-498. (Editorial Agustiniana. Guadarrama, mayo-agosto de 2020). Revista y separata.

[7] SANTIAGO VELA, Gregorio de: Ensayo de una Biblioteca Iberoamericana de la Orden de San Agustín, vol. II. (El Escorial, 1915). Pág. 621.



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