domingo, 28 de septiembre de 2025

Dos platos de Talavera homenaje a Joselito

 

Platos de cerámica con caricaturas taurinas de Joselito - 1921

Han llegado a mis manos dos curiosos platos de temática taurina, que constituyen un singular homenaje a la figura del maestro Joselito: José Gómez Ortega, conocido como Joselito o Joselito el Gallo (Gelves, Sevilla, 8 de mayo de 1895 - Talavera de la Reina, 16 de mayo de 1920).

Estos platos se pintaron como recuerdo de la muerte del torero en la plaza de toros de Talavera de la Reina. Proceden del alfar de Emilio Niveiro, como se aprecia en el anagrama «E-N» que figura en los reversos, y fueron pintados por Eduardo Carrasco, quien los firma «E. Carrasco» en la parte delantera, al pie de cada dibujo.[1]

Firmas de la Fabrica de Emilio Niveiro Gil de Rozas

Tienen unas dimensiones de 26 cm de diámetro; en uno aparece el maestro en la suerte de banderillas, y en el otro se representa a Joselito tocando el cuerno del toro en uno de sus habituales desplantes.

La trágica muerte del “rey de los toreros” el 16 de mayo de 1920, en la plaza de toros de Talavera, dio lugar a la formación de un mito unido eternamente a “La Caprichosa”. Estos platos fueron el suvenir ofrecido a algunos de los participantes en la excursión que tuvo lugar el 1 de noviembre de 1921, con motivo de la inauguración de una lápida en la plaza de toros de Talavera de la Reina para perpetuar su recuerdo.

Con tal motivo se organizó una excursión en tren desde Madrid. Entre los visitantes se encontraban “D. Justo” —seudónimo de Isidoro Amorós-Manso, crítico taurino y director de la revista taurina The Times— y el también crítico taurino Eduardo Carrasco.

Un antecedente de estos platos es el publicado por la revista ilustrada Nuevo Mundo, que dedicó un amplio reportaje al torero en su número del 21 de mayo de 1920, justo después de su muerte. En el texto se indicaba que el plato reproducido había sido vidriado, poco antes del fallecimiento de Joselito, por el ceramista Enrique Guijo en los hornos de Niveiro.

Plato publicado en la Revista Nuevo Mundo - 1920

Parece improbable, sin embargo, que dicho plato fuera pintado por Guijo, a la vista de otras piezas suyas con representaciones taurinas.

Sí parece más evidente que los platos fueran pintados —o realizados a partir de dibujos suyos— por Eduardo Carrasco Jiménez, crítico taurino que desarrolló su actividad en Madrid. Natural de Calera y Chozas, mantenía una especial relación con Talavera, pues cubrió las crónicas taurinas de El Criterio, periódico dirigido por Ginestal entre 1904 y 1907. Además, era un buen dibujante y solía ilustrar muchas de sus crónicas con caricaturas y plumillas de su autoría.

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