martes, 1 de marzo de 2022

Mesa de altar y cimacio visigodos de Santa Olalla



Santa Olalla es un pueblo de fundación prerromana, pero es durante la etapa paleocristiana y el Reino Visigodo cuando se consolida el núcleo poblacional que hoy conocemos. Además es en estos momentos cuando toma el nombre de Santa Eulalia, en honor de la mártir emeritense, extendido su culto hasta estas tierras a través de la calzada romana que las recorría y que unía Emérita Augusta con Caesaróbriga y Toletum (Mérida con Talavera y Toledo).

Muestras de aquellos siglos son el cimacio, elemento arquitectónico que remata el capitel de una columna, y la mesa de altar, una muestra pétrea de mobiliario litúrgico, expuestas en la Casa de Cultura de Santa Olalla y que nos permiten entroncar con aquellos primeros cristianos asentados en nuestro pueblo.


Las dos piezas tienen una cronología diferente, siendo más antigua la mesa de altar, siglos V-VI, que el cimacio, siglos VI-VII. Proceden de dos canteras distintas y están talladas con motivos y estilos diferentes. Presentan una moldura con cenefa de repetición: la mesa de altar formado rombos y el cimacio lóbulos o arquillos apuntados.

Para el mejor conocimiento de nuestra historia local se exponen estos dos elementos pétreos de origen visigodo en la Casa de Cultura de Santa Olalla desde el 26 de febrero de 2022, formado parte de su exposición permanente.

Fueron donadas al Ayuntamiento de Santa Olalla por la familia Hormigos-Ortiz.

Fueron limpiadas y restauradas por el graduado en conservación y conservación de bienes culturales, José Javier Peces Ochovo de la empresa D’Art Nova.[1] Contando con el asesoramiento técnico de los arqueólogos Javier Peces Pérez y Samuel Rodríguez Martín.

Los soportes para su exposición fueron elaborados y donados por la empresa Mármoles y Granitos Santa Olalla. Siendo dos soportes de piedra caliza pulida, de líneas rectas para evitar la distorsión de los dos elementos de época que exponen.

Y la artista local Ana Díaz Alba realizó sendos dibujos recreando su uso y estado originario.

Estos dos elementos pétreos, que quedan expuestos al público, vienen a aportar luz sobre los escasos datos históricos que teníamos de época visigoda. A continuación resumimos brevemente los datos más relevantes con los que contábamos de la época Visigoda en Santa Olalla:

En el siglo V entran los pueblos bárbaros y se consolida el Reino Visigodo. Pocos datos tenemos de su relación con nuestro pueblo, únicamente sabemos que en esta etapa se mantuvo el nombre dado por los romanos, Santa Eulalia, en honor de la famosa mártir emeritense.

Es posible que se construyera en esta época la primera iglesia de nuestro pueblo, y que se dedicó, como no podía ser de otra forma, a Santa Eulalia que en ese momento se convierte en patrona del pueblo. No debió ser un templo muy grande, pero cumplió una importante función en la cristianización de nuestros antepasados. Fue destruida posteriormente por los musulmanes.

            Hasta la fecha, el resto arqueológico de esta época más destacado era una sepultura aislada, con restos humanos, encontrada en 1995 al norte del término municipal de Santa Olalla en el paraje de Alcantarilla. Según el arqueólogo que la estudió y realizó informe, Zacarías López-Barrajón Barrios, data del siglo V d. C.

Esta es la descripción del hallazgo que nos da el arqueólogo Zacarías López-Barrajón que también incluyó una fotografía en su publicación: “ubicado a unos 2 km. del pueblo de Santa Olalla y su descubrimiento tuvo lugar como consecuencia de labores agrícolas en el terreno de la finca la Alcantarilla. La tumba que se hallaba cubierta de tierra, aunque se podía ver parte de la cabecera que estaba formada por una laja de granito y los dos trozos de la cubierta, que retiró y partió el arado en su momento.

El método empleado en la excavación arqueológica ha sido el llamado “Matrix Harris” de unidades estratigráficas, que dejaron al descubierto el relleno de la fosa de la tumba, compuesto por limos, arenas y una mezcla de cales y arcillas aterronadas propias del terreno, a estas cales se las denomina “toscas” por los agricultores.

Constaba de tres lajas laterales (granito, caliza y arenisca) y la cabecera (de granito) que delimitan la tumba y que servirán para apoyar la cubierta. En su interior se depositó un individuo, cuyos restos fueron apartados para colocar a otro individuo, lo que hacía apreciar bastantes restos óseos en bastante buen estado de conservación.

El suelo de la tumba, donde se depositaron los cadáveres, estaba formado por tejas -ímbrices- grandes y pequeñas, que aparecen dispuestas como formando una tumba o lecho. Se trata, pues, de una clara reutilización de estos materiales que le conceden al hallazgo cierto interés -al no haber ajuar- ya que no existen muchos en la provincia, pero al que podemos otorgar una cronología en torno al siglo V d. C., asociado a una villa rural, alejada de los grandes núcleos urbanos donde residía el “dominus” hispanorromano bajo el dominio visigodo.”[2]



[1] PECES OCHOVO, José Javier: Memoria final de trabajos de restauración en elementos pétreos de Santa Olalla, (Toledo, 2022)

[2] LÓPEZ-BARRAJÓN BARRIOS, Zacarías: Espacios funerarios romanos en la provincia de Toledo y tres ejemplos de su transición a época tardo-antigua. La Muerte en el Tiempo Arqueología e historia del hecho funerario en la provincia de Toledo. (Colectivo de Investigación Histórica Arrabal. Talavera de la Reina, 2011). Pág. 134.


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