domingo, 10 de agosto de 2025

Clichés de las estampas de Santa Olalla, una colección de 5 placas de mediados del siglo XX


Colección de cliches de las estampas de Santa Olalla

En este artículo os quiero presentar una colección de cinco placas fotográficas de vidrio, también conocidas como clichés de cristal, que probablemente pertenecieron a algún laboratorio fotográfico o imprenta. Estas piezas eran utilizadas para la impresión de estampas, en este caso todas ellas dedicadas a devociones del pueblo de Santa Olalla (Toledo).

Las placas fotográficas de vidrio fueron una técnica muy utilizada desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Funcionaban como negativos: una capa de emulsión fotosensible (normalmente gelatina con sales de plata) se aplicaba sobre un soporte de vidrio. Al exponerla en una cámara, la imagen quedaba registrada en negativo y, posteriormente, ese negativo se empleaba para realizar copias en papel.

Nuestra colección reúne tres de las principales devociones de Santa Olalla. Todas las imágenes fueron tomadas a mediados del siglo XX y llevan incorporado el texto con el titular de la estampa.

En primer lugar, encontramos tres versiones de la Patrona de Santa Olalla, la Virgen de la Piedad: dos idénticas pero de distinto tamaño y una tercera, fechada en 1965, que muestra un rudo fotomontaje de la Virgen con la nueva corona que se estrenaría ese mismo año. Esta estampa se editó en mayo de 1965 con motivo del Centenario de la Novena y del acto de entrega de dicha corona. Según hemos podido comprobar en una de las estampas conservadas, fue impresa en la Imprenta Moderna de Torrijos.

En segundo lugar, está representado el Patrón de Santa Olalla, el Santísimo Cristo de la Caridad.

Y por último, la colección incluye la venerada imagen de San Blas.

Aportamos fotografías individuales de los clichés y su versión positivada para conocer su aspecto final. Todas estas estampas tuvieron una amplísima difusión en su momento en Santa Olalla.










domingo, 3 de agosto de 2025

Vitrina Cero - Punta de lanza de hierro


Punta de lanza de hierro

Punta de lanza de hierro, con hoja foliácea de doble filo, alargada y estrecha, con discreto nervio central y cubo de enmangue. Pieza posiblemente romana o altomedieval.

Esta punta de lanza habría sido utilizada como arma ofensiva, ya fuera en contextos militares, de caza o incluso como parte del ajuar funerario de un guerrero.

Número de inventario: SO/21

Datación: Siglo I

Contexto histórico: Etapa romana

Materia: Hierro

Técnica: Forjado

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández http://ceres.mcu

sábado, 2 de agosto de 2025

El Tío Caracas, un santaolallero pionero del toreo cómico



Felipe Sanz Peña «El Tío Caracas»

El Tío Caracas fue uno de los grandes toreros cómicos del siglo xx. En una época en la que esa especialidad humorística del toreo estaba muy en boga, y los nombres de Llapisera, Charlot, El Bombero Torero, La Paleta Manuela, El Chino Torero, Don Canuto... y tantos otros conquistaron una enorme fama, Felipe Sanz Peña adquirió un gran prestigio en su profesión. Fue tío político del matador de toros Gregorio Sánchez y de su hermano el torero cómico Julio Lozano Sánchez “El Tío Roque”.

Felipe Sanz Peña, conocido popularmente como “El Tío Caracas”, nació en Santa Olalla el 15 de noviembre de 1900.[1] Siendo practicante un niño se trasladó a Talavera de la Reina, donde ejerció como limpiabotas en la plaza del Reloj, pero su fama llegó por el espectáculo cómico taurino que montó.

Tras comenzar como novillero (como la mayoría de los toreros cómicos), toreó por última vez vestido de luces en Talavera de la Reina el 9 de abril de 1950.

Muy pronto comenzó a acompañar a la banda cómico-taurina-musical Los Talaveranos, que dirigía Félix Medina Ruiz. Al principio, incluso toreó festejos mixtos, en los que también toreaban toreros serios vestidos de luces. Toreó incluso en la plaza de Las Ventas, de Madrid.

Con algunos de sus compañeros en aquellos primeros años formo la cuadrilla de “Los Lagarteranos”, aquellos primeros compañeros fueron: Antonio Moreno “La Tía Antonia”, un camarero del Bar Nueva España que en el espectáculo se vestía de mujer y hacía de pareja del “Tío Caracas”; don Armando y Anselmito que en ocasiones imitaban a los famosos comicos “Cantinflas” y “Charlot”; y finalmente “El Niño Pollito”.[2] Personajes que hacían las delicias de los chavales que asistían a la plaza de toros “La Caprichosa” y a las plazas de los pueblos durante sus fiestas.

A continuación, El Tío Caracas se colocó en el espectáculo Galas de Arte, que dirigía Isidro Ortuño Jumillano, trabajando entre otros con Ángel Villaverde “La Paleta Manuela”. Ambos cómicos pasaron después al espectáculo Toros y Claveles, de Ricardo Villaverde “el Gran Kiki”, formando una pareja que adquirió gran fama. En los años siguientes viajó con el espectáculo Alegrías de España, donde coincidió, entre otros, con Julián Melero “El Toronto”, un cómico que años después adquirió mucha fama con su propio espectáculo, en el que incluía una trouppe de “monos-toreros”.

Toreó por última vez en Talavera de la Reina el 9 de mayo de 1979. Se retiró de los toros en Madrigal de la Vera (Cáceres) el 23 de septiembre de 1981. Felipe Sanz falleció en Talavera de la Reina el 9 de mayo de 1985. La ciudad de Talavera, en recuerdo de los muchos años que allí vivió, le puso su nombre a una calle.

Del Tio Caracas se cuenta una anécdota: estando un día de 1956 en un café donde se suscitó una discusión sobre toros, ya que un sevillano hacía grandes elogios de un torero andaluz. El Tío Caracas se levantó y dijo al sevillano: «Lo que ese torero hace, también lo hago yo» y se fue. El sevillano le despreció sin saber quién era y, cuando alguien le dijo que se trataba de un torero-cómico, el sevillano contestó: «En el mundo sólo hay dos grandes de ese toreo-cómico: el Bombero Torero y ese otro al que dicen el Tío Caracas».

Lejos del clasicismo serio de los grandes maestros del toreo, Caracas conquistaba al público con su ingenio, su arte desenfadado y su capacidad para sacar una carcajada incluso en mitad del ruedo. Armado con trastos de broma, sombreros estrafalarios y mucha picaresca, formaba parte de aquellas cuadrillas de toreros cómicos que recorrían pueblos durante las fiestas patronales, parodiando las faenas taurinas y conectando con grandes y chicos.

Aunque no cortó orejas, Felipe cortó muchas penas, llevando alegría con su humor directo y castizo, y dejando huella en cada albero que pisaba. El Tío Caracas es recordado como un símbolo del espíritu popular, de esos personajes que con poco hacían mucho: una sonrisa en tiempos duros.



[2] Folleto publicitario de la Cuadrilla Cómica-Taurina Los Lagarteranos, de Felipe Sanz Caracas. (Imprenta Ramiro Gómez. Talavera de la Reina, 1954).

Folleto publicitario del espectaculo del Tío Caracas - 1954






viernes, 1 de agosto de 2025

El retablo de Jesús de Medinaceli de Santa Olalla

 

Retablo de Jesús de Medinaceli en San Julián

Una de las mayores responsabilidades y obras de mayor envergadura que debía afrontar la Cofradía de Jesús Nazareno de Medinaceli de Santa Olalla, fundada en 2005, era dotar a su titular del retablo que merecía en su capilla, situada dentro de la histórica iglesia de San Julián.[1]

Tras diversos estudios, en 2011 se encargó la realización del retablo con el objetivo de consagrarlo en la festividad de Jesús de Medinaceli, celebrada el primer viernes de marzo de 2012. El diseño fue obra de José Julián del Olmo Soriano y su elaboración corrió a cargo de su taller “Arte del Olmo”. El montaje finalizó el 22 de febrero de 2012, Miércoles de Ceniza.[2]

José Julián del Olmo Soriano es un artista integral, dedicado al diseño, construcción y restauración de arte sacro, especialmente retablos. Desciende de la familia de artistas manchegos Lara Molina, aunque desarrolla su actividad en la ciudad de Elda (Alicante). Hacia 1945, su padre, Julián del Olmo Lara, comenzó a trabajar en la restauración de iglesias con tan solo 12 años, colaborando con sus familiares y aprendiendo todos los oficios del gremio. En 1994 se fundó el actual “Taller de arte religioso Julián del Olmo Lara”. En este taller, José Julián del Olmo, junto a un equipo de profesionales, continúa con la labor artística heredada, recogiendo el testigo generacional. Como anécdota, cabe destacar que en una de las visitas que José Julián del Olmo realizó a la iglesia de San Julián para tomar medidas, fue acompañado por su padre, ya con 80 años. Al entrar en el templo, recordó que había trabajado allí en la década de 1940 en la restauración del retablo del Cristo de la Caridad.

Trabajos de montaje del retablo de Medinaceli

El nuevo retablo, de estilo neobarroco, tiene unas proporciones de 3,20 metros de ancho por 7 metros de alto. Se compone de una única calle con dos cuerpos y un ático, decorado con dorados y estucados marmoleados en tonos rojos y verdes.

La estructura comienza con una mesa de altar curva decorada con relieves vegetales, motivos que se repiten en todo el conjunto. En el centro del altar se encuentra una cartela con el escudo de la Cofradía, bordeado por una corona de espinas, pintado al óleo.

En el banco o predela del retablo se sitúan las bases de las columnas y la peana de la imagen, decorada con un bajorrelieve que muestra el emblema “JHS” con tres clavos entrecruzados.

En el primer cuerpo, o cuerpo principal, se abre la hornacina destinada a la imagen titular, enmarcada por un arco rebajado y fondo enrayado, característico de las representaciones del Cristo de Medinaceli. La hornacina está flanqueada por seis columnas salomónicas de siete espiras, decoradas con motivos vegetales de trepadoras y capiteles corintios, dispuestas en haces de tres columnas a cada lado.

Cuerpo central del retablo

Ático del retablo

El segundo cuerpo se separa del primero mediante una cornisa o guardapolvo, adornada con canecillos y una nueva cartela con el emblema “S-clavo”. En el centro se ubica un óleo sobre lienzo de gran formato con la imagen de la Virgen de la Piedad, patrona de Santa Olalla. Esta pintura está enmarcada por dos columnas salomónicas de cuatro espiras y relieves florales.

La elección del tema del lienzo fue objeto de debate en diversas reuniones de la Junta de Gobierno de la Cofradía. Se valoraron varias opciones: un Crucificado, un Resucitado, y finalmente la imagen de la Virgen en un momento de la Pasión. Se optó por representar una Piedad, y dado que la Virgen de la Piedad es la patrona de Santa Olalla, esta advocación se consideró la más adecuada. La decisión fue comunicada a la Junta Directiva de la Esclavitud de la Virgen, que la recibió con agrado, celebrando que la patrona tuviera también un espacio en la iglesia de San Julián. La pintura, de estilo hiperrealista, representa a la Virgen de la Piedad sobre su tradicional trono con el arco de las campanillas, y está firmada por la pintora Mara Haro.

Pintura de la Virgen de la Piedad - Patrona de Santa Olalla

Firma de la Pintura

Una segunda cornisa separa este cuerpo del ático, donde el retablo culmina con un pequeño monte a modo de calvario. Allí se sitúa una cartela con el anagrama coronado “Ave María”, escudo de la Virgen de la Piedad de Santa Olalla. A ambos lados del ático se encuentran dos ánforas decorativas. Por último, remata el conjunto una cruz latina lacada en los colores trinitarios, con las puntas floreadas.



[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Santa Olalla: La Cofradía de Jesús de Medinaceli ha inaugurado la nueva capilla de su titular. ABC edic. Toledo. (Toledo, 9 de marzo de 2012).

[2] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: La Capilla de Jesús de Medinaceli en San Julián. Depósito legal: TO-307-2012. (Cofradía de Jesús Nazareno de Medinaceli de Santa Olalla. Santa Olalla, 2012).