viernes, 16 de febrero de 2018

La Virgen de la Piedad y Mariano Benlliure, 75 años de la talla de su cabeza por Mariano Benlliure


Mariano Benlliure retratado por Sorolla
La venerada imagen de la Virgen de la Piedad, patrona de Santa Olalla, es por muchas de sus características una de las imágenes más singulares dentro de las patronas de la provincia de Toledo. Es poco común que una imagen procesional esté labrada en piedra, lo más probable es que su uso primitivo no fuera el que finalmente ha tenido, pero estas peculiaridades nos permiten tener una rareza dentro de la imaginería castellana.

La Virgen de la Piedad es una talla de piedra caliza policromada y datada en los primeros años del siglo XVII, respeta el modelo de Piedad triangular marcado por Miguel Ángel en la “Pietà” del Vaticano.
Pero a todas estas singularidades se ha sumar todavía una más. En 1943, se cumplen ahora setenta y cinco años, la imagen de la Virgen de la Piedad fue restaurada por el más prestigioso de los escultores del momento: Mariano Benlliure, que tuvo incluso que rehacer de nuevo su cabeza por completo, perdida tras los incidentes de la Guerra Civil.
La imagen fue trasladada al estudio del artista en la calle José Abascal de Madrid, y el coste de la restauración fue sufragado por el empresario Cirilo Calderón Pérez (1890-1947), cuyo esfuerzo fue reconocido aquel año por la Hermandad de la Virgen.[1]
Mariano Benlliure y Gil (Valencia, 1862- Madrid, 1947), es considerado como el último gran maestro del realismo decimonónico, perteneciente a una familia de artistas, fue precoz y extraordinariamente prolífico. Se formó en su Valencia natal, en Madrid en la Academia de San Carlos y en la de San Fernando, en París y Roma donde estuvo como pensionado lo que le permitió estudiar a los clásicos italianos. Su obra escultórica sintetiza elementos impresionistas, modernistas e, incluso, naturalistas. Alcanzó muy pronto la fama y el éxito, que le acompañaron toda su larga vida, como escultor preferido de la sociedad de su tiempo.
Virgen de la Piedad de Santa Olalla (detalle de la cabeza)
Sus obras civiles más representativas son los monumentos en Madrid a Emilio Castelar, en la Castellana; a Álvaro de Bazán, en la plaza de la Villa; a Alfonso XII y el General Martínez Campos, en El Retiro; a María Cristina de Borbón, frente al Casón del Buen Retiro; Monumentos a Sagasta, Eduardo Dato y Canalejas en el Panteón de Hombres Ilustres de Atocha; Goya y Velázquez, en el entorno del Museo del Prado; y el grupo escultórico del edificio Metrópoli. El monumento funerario a Joselito “Gallo”, en Sevilla; Diego López de Haro, en Bilbao; Capitulaciones entre Isabel la Católica y Cristóbal Colón, en Granada.
Desarrolló la escultura taurina y realizó numerosos retratos de la sociedad de su tiempo como los de Ramón y Cajal, Gayarre, Fortuny, Sorolla y Pastora Imperio. Cultivó la imaginería religiosa, especialmente en los años posteriores a la Guerra Civil, época en la que se encuadra la restauración de nuestra Virgen.
En la ciudad de Crevillent (Alicante) se encuentra el Museo Monográfico de Mariano Benlliure, donde se exponen numerosas obras, tanto civiles como religiosas, de este artista.
En noviembre de 1951 el Banco de España emitió un billete de 500 pesetas con la imagen de Benlliure en el reverso. Desde ese momento era fácil explicar a cualquiera quien había restaurado la Virgen de la Piedad, dicho de una manera muy popular: “la había restaurado el hombre del billete de 500 pesetas”.



[1] Hermandad de Ntra. Sra. de la Piedad: Libro de actas (1903).

miércoles, 14 de febrero de 2018

Vía Crucis Popular de Domingo Pérez


En 2014 participe en la reedición del del "Vía Crucis Popular de Domingo Pérez", hoy, cuatro años después, comparto el texto integro de este singular cancionero popular.



La forma que Domingo Pérez tiene de rememorar  cada año en la mañana del Viernes Santo la Pasión de Cristo, el Camino de la Cruz con su procesión y sus versos cantados, es probablemente la mejor muestra de su patrimonio inmaterial. Es un tesoro etnográfico y de religiosidad popular de la provincia de Toledo.
El Vía Crucis Popular de Domingo Pérez es un conjunto de versos, cantados con una musicalidad que la tradición oral nos ha señalado como mozárabe. Son versos de arte menor, con una métrica culta, quitillas con cuartetos como estribillos. 
Aunque la costumbre de rezar el Vía Crucis se conocía desde los primeros cristianos en tierra Santa, en occidente se extendió mcho más tarde y no fue hasta 1742 cuando Benedicto XIV recomendó la colocación de Vía Crucis en todas las iglesias con el correspondiente auge de esta liturgia. Muy probablemente nuestros versos fueron compuestos en esos años del siglo XVIII.
Desde entonces se han trasmitido mediante algunas copias manuscritas que se fueron copiando de unos a otros, algo que sucedió más abundantemente desde principios del siglo XX siendo muchas las familias de la villa que poseen uno de esos manuscritos. En 1985 se editó por primera vez el texto en imprenta y hoy se reedita ilustrado con todas las imágenes de pasión de nuestra parroquia.



Esa cruz
dónde estáis mi bien clavado
es mi luz
aunque el sol esté eclipsado
dulce amado
si muriera yo por ti.

¡Ay de mí!
Yo soy el que os ofendí,
y sois vos
el que padecéis mi Dios.

Tu prisión
la causó mi libertad,
sin razón
me arrojé tras la maldad,
sin lealtad
por un gusto te perdí.

¡Ay de mí! …

Tus heridas,
azotes y bofetadas,
fueron dadas
por mis manos atrevidas,
y sufridas,
manso cordero por ti.

¡Ay de mí! …

Tu corona
tejieron mis vanidades,
tu persona
llevó todas mis maldades,
tus bondades
cantaré diciendo así.

¡Ay de mí! …

Tus espinas
traspasaron tu cabeza
en las mismas
hallo mi mayor riqueza
con largueza
diste tu sangre por mi.

¡Ay de mí! …

La amargura
de tu boca acibarada
fue dulzura
de mi alma regalada
y pagada
la fruta que yo comí.

¡Ay de mí! …

Son tus manos
tus pies y costado abierto
dulce puerto
donde nuestro bien hallamos,
inhumanos
no nos mueve el verte así.

¡Ay de mí! …

Los baldones
las afrentas tan sin cuento
son blasones
de mi alma y mi contento
sólo siento
que yo te los merecí.

¡Ay de mí! …

Buen pastor
busca la oveja perdida
pues tu vida
la ofreciste por mi amor
gran dolor
tengo porque te perdí.

¡Ay de mí! …

Los dolores
de su madre dolorida
son amores
ofrecidos por mi vida.
¡Madre afligida!
Si muriera yo por ti.

¡Ay de mí! …


domingo, 4 de febrero de 2018

Los orígenes de la Romería de San Blas, de Alanchete y Valverde a Santa Olalla

Como muchos sabréis nuestra romería de San Blas se inició pocos años antes de 1905 con la construcción su ermita en Santa Olalla, pero procede de otra más antigua de carácter comarcal que se celebraba en el despoblado de Alanchete y Valverde, paraje que hoy conocemos como Los Lugares, anejo del actual termino de Otero.[1]
Esta fiesta popular estaba llena de anécdotas y tradiciones festivas en las que participaban los vecinos de Santa Olalla, El Casar de Escalona, Otero y los pocos lugareños de Alanchete y Valverde. La importancia de las tradiciones populares que se desarrollaban en aquel evento provocó que fueran recogidas en 1932 en una publicación por el experto en folclore toledano Ismael del Pan (1889-1968)[2] y lo hacía gracias a uno de sus informantes, su amigo y antiguo discípulo, el abogado natural de Santa Olalla Félix Sánchez-Caro. A continuación transcribo el texto recogido en 1932.
 “Cerca de Santa Olalla existieron dos lugares, desaparecidos hará unos ochenta años, que poseían un pozo denominado de “La Porra”. Un chopo frondoso, viejo y austero, daba su sobra bienhechora al pozo, y allí precisamente, se celebraba una típica fiesta: -la conquistas del árbol-.
La competencia por la posesión de aquel gigante arbóreo, se establecía anualmente entre los pueblos de El Casar de Escalona y Santa Olalla; y con tal ardimiento se lo disputaban los pueblerinos de ambos, que la referida conquista degeneraba siempre en sangrienta batalla campal, que costaba la vida a alguno de aquellos pretéritos habitantes, y aumentaba los rencores familiares.
Por fortuna para dichos pueblos, al desaparecer aquellos lugares, desapareció también -la conquista del árbol-, que hubieran podido realizar con menos ardimiento y menos sangre.”[3]
Esta fiesta de la conquista del árbol entre los vecinos de Santa Olalla y el Casar de Escalona tenía lugar en la mañana de la romería de San Blas y es que los ganadores eran los encargados en ese año de organizar y protagonizar la romería. El final de aquella historia fue que los santaolalleros, no sabemos con qué autorización, decidieron traerse la imagen de San Blas a nuestro pueblo y para tal efecto construyeron en 1905 la nueva ermita, aunque se sabe que la decisión tardo al menos tres años, y durante ese tiempo la imagen se guardó en la iglesia de San Pedro y la fiesta se celebró en una explanada a la entrada del pueblo, en la zona donde hoy está la ermita de San Cristóbal.
Como hemos dicho en 1905 se construyó la ermita en unos terrenos baldíos, conocidos como Prados de la Villa. Estos terrenos no se escrituraron a nombre de la Hermandad de San Blas hasta el 19 de febrero de 1999.
Desgraciadamente la imagen original de San Blas que se trajo a Santa Olalla fue destruida en la Guerra Civil. La parroquia de Otero guarda otra imagen que tiene las mismas características y que llama la atención por la curiosa representación del niño con la espina clavada en la garganta, uno de los milagros más famosos de San Blas.
Adjuntamos también el documento de 1773 donde se da cuenta de un listado de las cofradías de Alanchete y Valverde y de las rentas que se destinaban a su famosa Función de San Blas.[4]
            Actualmente la fiesta y romería de San Blas es la más popular de las tres fiestas de invierno que celebra Santa Olalla: San Antón, San Sebastián y San Blas. Una semana antes de la romería se baja a recoger el Santo y llevarle a la iglesia donde se le dice un septenario. En la víspera tienen lugar fuegos artificiales y el retablo de pólvora. Ya en su día la imagen vuelve a bajar a la pradera donde tiene lugar la misa campestre, se bendicen y venden las roscas del santo y la hermandad regala  huevos cocidos y naranjas. La tradición marca comer en la pradera, bien la paella que ofrece la hermandad o bien la tortilla que cada uno lleve de casa. Por la tarde tiene lugar la tradicional subasta, procesión y traca de fin de fiesta.
Pasadas estas fiestas se iniciará la cuaresma y estaremos a un paso de la Semana Santa Eulaliense, y es que ya nos advierte uno de los muchos refranes que citan a San Blas: "Mocitas a San Blas que fiestas no vienen más".
Y para no dejar nada en el tintero, recojo algunos de esos refranes populares:
- "Por San Blas la cigüeña verás, y si no la ves mal año es"
- "Por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres año de nieves"
- "Por San Blas una hora más"
- "Como es San Blas, en Semana Santa y Carnaval"
- "Por San Blas ajete, mete uno y sacarás siete"
- "Si hiela por San Blas, treinta días más"
- "Mocitas a San Blas que fiestas no vienen más"




[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué y RODRÍGUEZ SALAMANCA, Jaime: La Romería de San Blas en Santa Olalla 1905-2005. Entre-Ríos nº 1. (Instituto de Estudios Comarcales Señoríos de Entre-Ríos. Torrijos, abril de 2005). Pág. 26.
[2] PAN FERNANDEZ, Ismael del: Folclore Toledano –Supersticiones y creencias, papeletas folklóricas comentadas-, Tomo I (Imprenta de A. Medina. Toledo, 1932). Pág. XI del prólogo al lector.
[3] PAN FERNANDEZ, Ismael del: Folclore Toledano –Supersticiones y creencias, papeletas folklóricas comentadas-, Tomo I (Imprenta de A. Medina. Toledo, 1932). Pág. 62.
[4] Archivo Histórico Nacional: Expediente de remisión de Alberto de Suelves, intendente de la provincia de Toledo al conde de Aranda del estado de las congregaciones, cofradías y hermandades que hay en los pueblos de dicha jurisdicción. Año 1773. Signatura: CONSEJOS, 7098, Exp. 26.