domingo, 21 de enero de 2018

La Fiesta de San Sebastián, la devoción de un barrio de Santa Olalla

En la confluencia de las calles Toledo y Aldeanos se levanta la ermita de San Sebastián en Santa Olalla. Pese a su aspecto completamente renovado la pequeña ermita de San Sebastián se construyó por mandato de los Condes de Orgaz a finales del siglo XVI con el fin de que sirviera de capilla a los viajeros y peregrinos que entraban al pueblo de Santa Olalla desde el Camino Real de Toledo por la conocida como puerta de Toledo. Se eligió la advocación de San Sebastián por ser el abogado contra la peste, siendo su culto potenciado por los Reyes Católicos y Felipe II.

Destaca en la emita la talla de estilo manierista del santo que la mayoría de los autores atribuyen al taller de escultura de Jorge Manuel Theotocópuli (Toledo, 1578 - 1631), el hijo del Greco. Algunos autores se aventuran a atribuírsela al escultor Giraldo de Merlo.
El hijo de El Greco, Jorge Manuel Theotocópuli siguiendo los pasos de su padre fue pintor, escultor y arquitecto, oficio en el que destaco especialmente. Pero además fue un gran comercial: primero de la obra de su padre, que en sus últimos años delega en su hijo esta labor de buscar encargos y cerrar contratos; y más tarde de su propia obra y de las obras generadas en su taller. Aunque hay que decir que acabó arruinado debido a un litigio con el Hospital de Tavera, por el que le fueron embargados todos sus bienes.
El objetivo del Greco, a su llegada a Toledo, era formar un taller amplio que le permitiera hacerse cargo de la realización completa de retablos (arquitectura, escultura y pintura) y de producir gran cantidad de cuadros devocionales a precios asequibles. Todavía hoy son muchas las obras que se atribuyen al Greco y son obras de su taller, en las que el maestro intervenía de manera mínima. También son muchas las obras de taller que se han atribuido a su hijo Jorge Manuel.[1]
En cuanto a nuestra ermita, sabemos por las relaciones de Felipe II que en 1575 que la ermita todavía no existía: “hay dos ermitas extramuros una se dice de San Juan Baptista y otra de Santa Olalla”[2].
Los documentos antiguos que hacen referencia a esta ermita son ciertamente escasos, se conserva una autorización por la que el Arzobispado de Toledo da licencia para que la fiesta de San Sebastián pudiera celebrarse en domingo, no contiene fecha pero parece ser de los primeros años del siglo XVIII. [3]
Transcribimos el documento que en la parte superior contiene la nota “Da se licencia”. Dice así: “Alonso de Yepes en nombre de los mayordomos y cofrades de la cofradía del glorioso Mártir San Sebastián, que se venera en la parroquia del Señor San Pedro de la villa de Santa Olalla digo que el domingo próximo veintitrés de este mes se celebra su fiesta principal con todo aparato de adorno y mucho número de lucir y para más devoción: Vuestra Señoría Ilustrísima suplican mande dar licencia para que este descubierta la Divina Majestad Sacramentada y se recibirán mercedes. Yepes.[4]
Esta licencia que autoriza a exponer el Santísimo y celebrar la fiesta de este santo en el domingo más próximo al 20 de enero, algo que sigue estando vigente actualmente ya convertido en tradición. El domingo anterior se acude a la ermita para trasladar el Santo hasta la iglesia de San Pedro, allí esta durante una semana hasta que nuevamente después de su misa es devuelto a la ermita donde los vecinos ofrecen limonada, y otros aperitivos a todos los asistentes. 

El árbol del martirio de San Sebastián es decorado con ramas de laurel, y de él se prenden naranjas y rosquillas que se ofrecen y se bendicen durante la misa y que finalmente se venden entre los participantes.





[1] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: El Greco y Santa Olalla, (Santa Olalla, 2014). Págs. 36 a 39.
[2] VIÑAS, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones Histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II. Pág. 425
[3] Archivo Histórico Diocesano de Toledo: Legajo TO-48 / Expte. 26.
[4] Agradezco la colaboración en la trascripción de este documento de Sara González Castrejón, experta paleógrafa. Que también me apunta que su profesor en la UCLM Fernando Llamazares apuntó que la imagen de San Sebastián seria del siglo XVI y la situó en el entorno del taller de Alonso de Berruguete.

jueves, 18 de enero de 2018

De los Santos frioleros... el primero es San Antón


Comparto algunas de las imágenes realizadas ayer durante la procesión y bendición de los animales en la Fiesta de San Antón. Con San Antón se inician las fiestas de invierno de Santa Olalla pues como dice el refrán: "De los santos frioleros San Sebastián el primero, ¡detente varón que el primero es San Antón!"










lunes, 15 de enero de 2018

La obra del eulaliense Alvar Gómez de Castro en la exposición: “Cisneros. Arquetipo de Virtudes, Espejo de Prelados”


No podía faltar dentro de la gran exposición dedicada al cardenal Cisneros en la Catedral de Toledo, “Cisneros. Arquetipo de Virtudes, Espejo de Prelados”, alguna referencia a quien fue su primer biógrafo, por encargo de la Universidad de Alcalá de Henares, el ilustre eulaliense Alvar Gómez de Castro (Santa Olalla, 1515 - Toledo, 1580). En una vitrina junto a muchas biografías antiguas sobre el cardenal encontramos en primer lugar la obra "De Rebus Gestis", publicada por nuestro humanista en 1569.
También encontramos el relieve de Felipe Vigarny con el busto del cardenal que fue propiedad de Alvar Gómez de Castro, tal y como consta en su testamento, y que actualmente pertenece a la Universidad Complutense de Madrid. 




domingo, 14 de enero de 2018

El Púlpito de San Julián, un artístico elemento litúrgico en desuso

La iglesia de San Julián de Santa Olalla conserva entre su patrimonio artístico un precioso púlpito de estilo barroco elaborado en el siglo XVII.

El púlpito o tribuna es una plataforma elevada dentro de la iglesia desde la que se predicaba. Se sitúa adosado a uno de los pilares de la nave central del templo, próximo al altar. Actualmente no se usa puesto que las normas litúrgicas vigentes recomiendan que la homilía, como parte integrante de la misa, se diga desde el presbiterio, junto al altar.

El pulpito de San Julián se conserva completo y consta de varias partes: la «escalera», situada alrededor del pilar que sostiene el púlpito; el «sostén», que está en voladizo, reposando únicamente sobre un refuerzo de forja; la «tribuna», con la plataforma sobre la que se colocaba el oficiante y el antepecho o pretil, que es la barandilla de forja que cierra la parte inferior del púlpito y que tiene incluso puerta para cerrar el acceso de la escalera; y el «tornavoz», que es el dosel de forma octogonal que cubre el púlpito en su parte superior y que favorece la transmisión del sonido.

Destaca en el conjunto todo el trabajo de hierro forjado y la decoración con una cenefa estofada en oro que encontramos en el borde de la base. Y muy especialmente destaca el tornavoz octogonal, policromado y dorado, y de estilo barroco. Cuenta con una pintura sobre la tabla de Escuela Toledana que representa al Espíritu Santo, la paloma blanca con las alas abiertas  rodeada de rayos y nubes y de siete cabezas de angelotes. La parte superior del tornavoz está decorada, entre otros elementos, de una pequeña cornisa nacen seis brazos en sus esquinas frontales que se elevan para confluir en un florón de hojarasca.

lunes, 1 de enero de 2018

El Pelícano, una representación Eucarística en la Iglesia de San Pedro Apóstol de Santa Olalla

El salón parroquial de la iglesia de San Pedro Apóstol de Santa Olalla conserva un curioso sagrario empotrado en uno de sus muros. Se trata de una pieza barroca del siglo XVII con varias molduras de talla de madera en sus bordes. Las tallas estaban doradas aunque actualmente está en mal estado de conservación y se encuentra repintado con purpurina.
La puerta del sagrario conserva una hermosa y colorida pintura al óleo que representa uno de los símbolos eucarísticos más antiguos. El conocido como Pelícano Eucarístico, que en esta ocasión parece en su nido, con su plumaje blanco, las  alas abiertas, el cuello torcido y picándose el pecho con su propio pico hasta herirse y sacarse sangre con la que se alimentan sus cuatro crías.  
Este símbolo tiene su origen en una antigua leyenda muy difundida en los bestiarios medievales, según la cual el pelícano, en tiempos de escasez, nutría a sus crías con la sangre que sacaba de su pecho con su propio pico. Tan admirable comportamiento condujo a relacionar a esa ave con Jesucristo, el cual ofrece su propio cuerpo y sangre en la Eucaristía.
Y para terminar un fragmento del himno “Adoro te devote” de Santo Tomas de Aquino, en el que se menciona al pelícano.
Señor Jesús, Pelícano bueno,
límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre,
de la que una sola gota puede liberar
de todos los crímenes al mundo entero.
Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego,
que se cumpla lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro cara a cara,
sea yo feliz viendo tu gloria.

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