sábado, 31 de enero de 2015

Revista Cañada Real, nº XV - Revista Cultural de Torrijos y Comarca

Portada de Cañada Real 2015
Ayer viernes se presentó en la sala de prensa del Palacio Pedro I de Torrijos la Revista "Cañada Real, nº XV - (Revista cultural de Torrijos y Comarca)".

Este nuevo numero de la revista de la Asociación Amigos de la Colegiata (Torrijos 2015 - Año de centenarios) se centra en el estudio de los centenarios que se están celebrando en estos años: el cuarto centenario de la muerte de El Greco; el cuarto centenario de la publicación del Quijote apócrifo de Avellaneda, que atribuyen a Pedro Liñan de Riaza, capellán mayor de la Colegiata de Torrijos; el cuarto centenario de la publicación de la Segunda Parte del Quijote de Cervantes; y el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

Yo he tenido la suerte de participar con un pequeño articulo, "Santa Olalla y El Greco (Los Condes de Orgaz, Mariana de Mendoza, Alvar Gómez, Cristóbal de Fonseca y otros santaolalleros del entorno del Greco)", que sirve de presentación comarcal de mi libro de nombre inverso "El Greco y Santa Olalla" (paginas 9 y 10; también aparece citado en la pagina 3).

La revista ha sido impresa en papel y también se difundirá una edición digital. Os dejo el enlace para poder leer la revista de manera digital:


Cartel de la presentación de la revista

miércoles, 21 de enero de 2015

Un Cristo de papelón en La Mata

El Cristo está modelado con papeles con  caligrafía del siglo XVII
El 25 de octubre de 2014 recibía un mensaje de mi amigo mateño Juan Oeo Delgado, informándome de que en presencia del párroco de La Mata y del restaurador Germán Pérez Martínez habían examinado la imagen del Cristo Yacente del antiguo Sepulcro de la parroquia, hoy en desuso por la adquisición de un nuevo Santo Sepulcro en 2009.


Se trata de una imagen que había pasado desapercibida, metido dentro de la caja del Santo Sepulcro y tapado con sabanas para que solo se le viera la cabeza y se disimulara el mal estado de la imagen. De hecho era conocido de forma popular por muchos mateños como “El arropado”.

En aquella inspección ocular, que yo también repetí poco después, pudimos ver como el busto se encontraba totalmente repintado pero el resto del cuerpo conservaba la policromía original; varias rajas nos permitían ver que era una imagen hueca y que estaba elaborada con fibras textiles y especialmente con papel reutilizado. También pudimos comprobar que en realidad no era un Cristo yacente, sino un crucificado adaptado con escasos medios a ese uso.

El papel reutilizado que da forma a la imagen está escrito en muchas partes con letra clara y legible en las zonas menos arrugadas, son documentos manuscritos en su mayoría de temática religiosa.
Busto del Cristo de "papelón" - Cristo de la Misericordia
Parroquia de La Mata
El estudio de la caligrafía que encontramos sobre el papel nos permitió saber que se trata de una imagen del siglo XVII, elaborada con la técnica del papelón, un sistema que permite elaborar imágenes muy ligeras, aptas para las procesiones, y también muy baratas. En contra de esto, son imágenes delicadas y poco duraderas, esta es indudablemente la explicación al mal estado de conservación del Cristo de La Mata y a su adaptación como un Cristo para el Sepulcro. Pese a que estas imágenes fueron muy comunes, actualmente son muy pocas las que se conservan.

Coincidiendo con este hallazgo, tuve acceso al Expediente de 1773 que se remitió al conde de Aranda en el que se enumeran todas las cofradías existentes en los pueblos de Toledo . En el listado que aparece para La Mata encontramos la función al Santísimo Cristo de la Misericordia junto a los datos de las cofradías de la Santa Vera Cruz, Sacramental, Nuestra Señora del Rosario y a las funciones de Nuestra Señora de la Soledad, San Antonio de Padua y San Juan Bautista, patrono de la villa.

Todo apunta a que nuestro Cristo modelado con papelón es aquel Santísimo Cristo de la Misericordia, al que en la parroquia de La Mata se hacía función solemne, ojala se pueda recuperar esta imagen peculiar y por su material tan escasa en la iconografía de nuestra provincia.

sábado, 17 de enero de 2015

Por San Antón, no hay niebla que llegue a las dos

San Antón, patrón de los animales
Desde el final de la Navidad hasta el inicio de la cuaresma se suceden en la mayoría de nuestros pueblos una serie de fiestas de marcado carácter popular. Son las conocidas como fiestas de invierno, santos viejos o santos frioleros, en Santa Olalla celebramos tres de los más populares: San Antonio Abad (17 de enero), San Sebastián mártir (20 de enero) y San Blas obispo y mártir (3 de febrero). 
En pueblos vecinos la tradición se extiende a otros santos como San Ildefonso y San Sebastián (La Mata), Santa Brigida (Maqueda), Santa Apolonia (Talavera), Santa Agueda...

El refranero popular recoge multitud de referencias a estas fechas:

"De los santos frioleros San Sebastián el primero, ¡detente varón que el primero es San Antón!"

"Hasta San Antón, Pascuas son"

"Por San Antón busca la perdiz al perdigón"

"Por San Antón, refajo y capa pon"

"Por San Antón, no hay niebla que llegue a las dos"

"Por San Antón, crece el día un pasito de ratón"

Comparto con vosotros algunas de las fotos que he podido realizar en esta soleada mañana de enero, en la que se ha cumplido el refrán: "Por San Antón, no hay niebla que llegue a las dos", ahora habrá que salir al campo para comprobar si "por San Antón busca la perdiz al perdigón".











viernes, 16 de enero de 2015

Francisco de Mendoza, un obispo natural de Santa Olalla en el siglo XVII

Escudo episcopal de don Francisco de Mendoza
y Ribera, como obispo de Málaga
Francisco Hurtado de Mendoza y Ribera fue un destacado eclesiástico santaolallero que llegó a ser obispo de cuatro ciudades españolas: Salamanca, Pamplona, Málaga y Plasencia; hijo de los condes de Orgaz, mantuvo hasta su muerte una intensa relación con su pueblo natal, Santa Olalla.

Nació en Santa Olalla el 8 de noviembre de 1573, era hijo de los condes de Orgaz, Juan Hurtado de Mendoza y Guzmán (Antoniana (Álava), 1536 - Santa Olalla, 1606) y Leonor de Ribera y Figueroa. Fue bautizado en San Julián el mismo día de su nacimiento, fueron sus padrinos Diego de Mendoza y su hermana mayor Mariana Hurtado de Mendoza, futura condesa de los Arcos. El acta de su bautismo dice así: “En ocho días del mes de noviembre de mil quinientos setenta y tres años, se bautizó el señor don Francisco hijo del ilustrísimo señor don Juan Hurtado de Mendoza Rojas y Guzmán, Conde de Orgaz, y de la ilustre señora doña Leonor de Figueroa, Condesa de Orgaz. Fue su padrino que le tuvo a pila el señor don Diego de Mendoza y comadre mayor la señora doña Mariana de Guzmán, hermana del bautizado. Francisco de Bazán y el bachiller Gaspar Gómez y Jerónimo de Fonseca, bautícele yo el licenciado Diego Palomino”.  

Estudió los dos derechos en la Universidad de Salamanca, fue colegial del Colegio Mayor de Cuenca en Salamanca fundado en 1500. Siendo ya sacerdote se doctoró en Derecho Canónico en la Universidad de Salamanca. Su primer destino fue Toledo donde fue canónigo de la catedral, y después ejerció de inquisidor en Salamanca y de Consejero de la Suprema Inquisición en Toledo.

El 5 de septiembre de 1616, con 42 años, fue nombrado obispo de Salamanca tras haber sido presentado por el rey Felipe III y confirmado por el Papa Paulo V. Recibió la consagración episcopal en el convento de las Descalzas Reales de Madrid el 22 de enero de 1617 por el arzobispo de Sevilla, el arzobispo de Mecina y el obispo de Valladolid. En Salamanca fundó el Colegio de San Carlos de clérigos menores y el Real Colegio de la Compañía de Jesús que impulsó la reina Margarita de Austria. Recibió y confirmó el Voto Solemne que hizo la ciudad se Salamanca en 1618 por el que toma “por patrona de ella a la Santísima Virgen, en su imagen de Nuestra Señora de la Vega, de defender, hasta derramar su sangre, que fue concebida sin mancha del pecado original y guardar como fiesta de precepto, la de su Concepción Inmaculada.” 

Pocos años después participó, ya siendo obispo de Pamplona, en un voto a la Virgen de similares características. El voto solemne que Santa Olalla hizo a la Inmaculada Concepción y que se firmó en la iglesia de San Julián el 2 de febrero de 1621.  Este voto se realizó en presencia de los Condes de Orgaz don Esteban Hurtado de Mendoza y Guzmán y doña Catalina de Rivera y Mendoza, sobrino de nuestro obispo, y juntó con el clero, justicias, regimiento y vecinos de Santa Olalla.

El 30 de mayo de 1620 deja vacante la mitra de Salamanca para trasladarse a la de Pamplona. El 17 de marzo de 1621 pasa a ser obispo de Pamplona, donde estuvo poco más de dos años. En Pamplona fue su provisor y vicario general el doctor Alonso Ordoñez de la Real, arcediano de la Valdonsella. Destaca la gran fiesta que organizó con motivo de la canonización del navarro San Francisco Javier el 12 de marzo de 1622.

El 14 de noviembre de 1622 es propuesto como obispo de Málaga, haciendo su solemne entrada en la ciudad el 2 de abril de 1623. Preocupado por la defensa de la ciudad, frecuentemente atacada por los piratas berberiscos que causaban graves daños, hizo construir en 1624 y 1625 unas grandes torres en el puerto, bien pertrechadas de artillería, y armo ocho carabelas para combatir a los corsarios. Socorrió al ejército que vino de la bahía de Brasil. En 1623 actuó para hacer desaparecer las mancebías. En 1624 ejerció de guía del rey Felipe IV que visito la ciudad. En 1625 firmó la fundación del convento de las madres Agustinas. El 26 de enero de 1626 se volcó económica y personalmente en a ayudar a los damnificados por el desbordamiento del río Guadalmedina. Por todo esto tiene una calle dedicada en Málaga en la zona de La Mosca.

Finalmente, el 27 de enero de 1627 ocupa su última sede obispal en Plasencia (Cáceres), donde toma posesión el 17 de abril de 1627.  Donde esta hasta 1631, fecha en que enferma, renuncia al obispado y se retira un tiempo a Santa Olalla en busca de descanso.

En 1632 acepta ocupar la tarea de gobernador del Arzobispado de Toledo, regido por el cardenal Infante don Fernando de Austria.

Conservamos documentación de 1633, en el archivo parroquial, por la que crea una Memoria en su recuerdo en la iglesia de San Julián.  También en el Archivo Diocesano de Toledo se conserva documentación de las capellanías que fundó en Santa Olalla, encontramos la presentación y fundación y varias provisiones de los años 1664, 1677 y 1683. 

Hizo donación de diversos objetos litúrgicos a la iglesia de San Julián de Santa Olalla, conocemos la existencia de un “cofre de tortuga que dio el obispo de Málaga” y que se vende en 1623. En el inventario del 4 de febrero de 1647 encontramos un “cáliz con patena de plata sobre dorado todo y labrado a lo moderno. Lo mandó don Francisco de Mendoza” y “dos frontales, uno morado y otro amarillo que dio el señor obispo”. 

Su estado de salud empeora y fallece con 61 años de edad en Madrid el 22 de octubre de 1634. Dos días después era enterrado en su querida iglesia de San Julián. El acta de defunción dice así: “El ilustrísimo señor obispo don Francisco de Mendoza, gobernador de este arzobispado, se enterró en esta iglesia de San Julián, falleció en Madrid en veintidós días del mes de octubre de mil seiscientos treinta y cuatro años y fue sepultado en la dicha iglesia en veinticuatro del dicho mes y año. Hizo testamento y quedaron por sus albaceas los ilustres señores condes de Orgaz y los Condes de los Arcos. Dejo dichas muchas memorias como constara por su testamento bajo cuya disposición falleció”.


Acta de bautismo de Francisco de Mendoza y Ribera
Archivo Parroquial de Santa Olalla
Acta de enterramiento de Francisco de Mendoza y Ribera
Archivo Parroquial de Santa Olalla

lunes, 5 de enero de 2015

Publica Laetitia, los grabados para una obra de Alvar Gómez de Castro

Portada de "Publica Laetitia"
En este año en el que conmemoramos el 5º centenario del nacimiento en Santa Olalla del humanista Alvar Gómez de Castro, “El Eulaliense”, desde este Blog Eulaliense debemos hacer un repaso a su biografía y detenernos en algunas de sus obras más destacadas.

Este primer artículo lo queremos dedicar a los numerosos grabados alegóricos que podemos encontrar en su obra “Publica Laetitia, qua dominus Ioannes Martinus Silicaeus Archiepiscopus Toletanus ab Schola Complutens susceptus est” publicada en Alcalá de Henares en 1546 en la Imprenta de Juan de Brocar.  En castellano el título de la obra se traduciría como: “Publica alegría con que la Universidad de Alcalá recibió al señor Juan Martínez Silíceo Arzobispo de Toledo”.

Los grabados son alegorías a las virtudes del cardenal Juan Martínez Silíceo (Villagarcía de la Torre, 1477 - Toledo, 31 de mayo de 1557), que llega a Alcalá de Henares en 1546, meses después de haber sido nombrado arzobispo de Toledo. La Universidad y la ciudad se esfuerzan por recibirle con esplendor, tal y como era costumbre en la época, la fiesta se revistió de "riqueza de tesoros de ingenio, se hicieron arcos de costosísima y vistosa arquitectura repartidos por calles y adornados con jeroglíficos, letras y versos, que hablaban de su voluntad y virtudes".

Alvar Gómez de Castro era por entonces profesor de griego en la Universidad Complutense alcalaína y participa en la elaboración de algunos de los arcos de triunfo y decoración efímera que se coloca durante la fiesta hecha a Silíceo. Pública Laetitia es la recopilación impresa del certamen literario que convocó la Universidad con motivo de la visita, en ella aparecen los veinticuatro grabados elaborados para el arzobispo, acompañados de breves epigramas latinos salidos del ingenio de nuestro humanista.


domingo, 4 de enero de 2015

5º centenario de un eulaliense ilustre, Alvar Gómez de Castro

Retrato de Alvar Gómez de Castro
Biblioteca de Castilla-La Mancha
Alcázar de Toledo
Este año 2015 llega cargado de efemérides, se cumplen quinientos años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús y cuatrocientos de la publicación de la Segunda Parte del Quijote de Miguel de Cervantes. 

También en Santa Olalla tenemos una importante efeméride que celebrar, el quinto centenario del nacimiento de Alvar Gómez de Castro. Nacido en Santa Olalla el 6 de diciembre de 1515, procedía de una familia de origen judeoconverso, su abuelo era medico del primer conde de Orgaz, llegó a ser un reconocido humanista e historiador del renacimiento vinculado a la Universidad Complutense de Alcalá, biógrafo del cardenal Cisneros, recopilador de la obra de San Isidoro de Sevilla y consultado por Felipe II para la creación de la Real Biblioteca de El Escorial. Aficionado a la arqueología y la numismática, fue el primero que en 1572 estudió los restos romanos de Talavera la Vieja (Cáceres). Entre sus contemporáneos era conocido como "El Eulaliense".

El académico Francisco de Borja San Román decía en 1928: “De los humanistas españoles del siglo XVI es, acaso, Alvar Gómez de Castro, sino de los más olvidados, si de los menos conocidos. Copiosas referencias a su saber y erudición se encuentran en los escritos de sus contemporáneos, y también menudean las citas y los elogios a tan ilustre toledano en las monografías modernas tocantes a la cultura en aquel siglo”.

Portada de la primera edición de 1569
de su biografía de Cisneros
Pagina de presentación
"Alvarvs Gometivs Castrvs"
Edición alemana de la misma obra, 1581